Por los horarios, para muchos argentinos seguir la Copa América no fue sencillo. Y los que peor la pasan, sin dudas, son los que están radicados en Europa porque deben ver los partido durante las madrugadas. En ese grupo se encuentra Sofía Cuba Timo, una tucumana que llegó hace días a España, tras un tiempo en Italia persiguiendo su sueño de ser futbolista profesional.
El fútbol le corre por la sangre a Cuba Timo; al menos, así lo asegura en diálogo con LA GACETA. “En general la familia Cuba está abocada al deporte; al vóley, al fútbol, al handball y al básquet. Mi papá y mis tíos son fanáticos de River y mi abuelo también lo era”, cuenta Sofía. Y esa pasión ella misma la empezó a demostrar muy temprano en su vida.
“Mi papá me contaba que cuando era chiquita siempre perseguía la pelota. De hecho, tengo una foto mía, cuando recién había cumplido cuatro años, y ya dormía con una pelota inflable. La pelota tiene en mi vida mucha historia; ni caminaba sola y ya me hacían patear para pasar el tiempo”, relata.
El fútbol siempre estuvo presente en su vida. Y aunque comenzó a estudiar ingeniería y luego ingresó a la Policía Federal, su sueño de llegar a ser profesional pudo más: decidió emprender una travesía a Europa con el objetivo de llegar a jugar en Primera. “En 2023 solicité la baja de la Policía y me fui a Santiago del Estero, en donde estaba viviendo mi mamá Ana Gabriela. Durante un año, estuve entrenándome en Central Córdoba mientras hacía los papeles para obtener la nacionalidad italiana”, cuenta.
En marzo de este año, junto a su mamá, finalmente dejó Argentina y se fue a Italia, en donde se afincó en Alimena, un pequeño pueblo de Palermo de la región de Sicilia.
Por supuesto, los primeros meses en Europa le sirvieron a Sofía y su madre para establecerse y empezar a ganar dinero. “Trabajé en una pescadería y en un hotel costero”, asegura. Mientras tanto, se mantuvo activa jugando partidos amistosos de fútbol con un grupo conformado por argentinos e italianos, en una cancha de césped sintético.
Justamente allí, en Alimena, se encontraba cuando comenzó la Copa América.
La Selección es una de las pasiones de Cuba Timo, por lo que nunca puso en duda el hecho de ver los partidos; aún cuando tuviera que desvelarse porque los encuentros comenzaban entre las dos y las tres de la mañana de Italia. “Me ha tocado tener que ir a trabajar desvelada; durmiendo solamente dos horas y tomando alguna bebida energizante”, reconoce.
Según explicó, en la fase de grupos, dos de los tres partidos los vio en la casa en la que se alojaba junto a otras chicas argentinos con las que compartió estadía. Sin embargo, tuvo la experiencia de ver uno de los partidos en un bar, en plena madrugada y junto a otros argentinos. “El pueblo tenía sólo dos bares, entonces fuimos a uno. Tuvimos que convencer al dueño de que pasara el partido y la mayoría de los argentinos que vivían ahí fueron a verlo. Yo le decía ‘es el partido del campeón del mundo, tienen que pasarlo‘”, recuerda Cuba Timo. Finalmente, los fanáticos “albicelestes” cumplieron su cometido y pudieron ver el partido en el bar.
“Sonó el himno y estábamos todos cantando vestidos con algo de Argentina. Fue muy hermoso. Por un momento sentí como s hubiera estado en Argentina, no me sentí lejos”, expresa la joven que también reveló la admiración de los italianos por el seleccionado de Lionel Scaloni. “Escuchaba que decían ‘me piace Argentina‘ (me gusta Argentina), que tenía muy buenos jugadores y mencionaban al ‘Toro‘ (Lautaro Martínez) y a (Paulo) Dybala”, apunta.
La semana pasada, Cuba Timo se puso rumbo a España junto a una de sus compañeras de cuarto. Allí está parando en casa de unos amigos en Palau-solità i Plegamans, un pueblo de Barcelona. Lo particular es que le tocó llegar justo minutos antes del duelo entre Argentina y Ecuador por los cuartos de final.
“Llegué a Barcelona pasadas las una de la mañana y recién podía salir a la calle a las siete. Entonces tuve que hacer tiempo en el aeropuerto, cansada por el viaje también. Llegó la hora del partido y con el roaming de datos, que no sabía cuánto me iba a durar, puse el teléfono y me tiré a ver el partido. Fue muy gracioso, porque estaba apoyada en una columna cargando el teléfono, con mis valijas, y al frente mío había argentinos escuchando el partido por la radio”, detalla Sofía, que anoche pudo ver el partido un poco más tranquila. “Por el momento no trabajo, estoy gestionando los papeles, entonces no tengo la necesidad de madrugar. Me puse auriculares en mi pieza, y vi el partido”, sostiene.
Mientras sigue firme la campaña de la Selección, Cuba Timo continúa adelante con su sueño de llegar a ser futbolista. De hecho, ese fue el motivo que la llevó a trasladarse a España dejando a su madre en Italia. “Ella consiguió un buen trabajo, entonces vine y voy a hacer los papeles. Después va a venir ella”, explica.
Mientras avanza con los trámites para estar totalmente legal en su nuevo país, comenzó a entrenarse bajo las órdenes de un profesor de Tucumán que la dirige a distancia; y está en la búsqueda de una academia de fútbol femenino para ponerse rápidamente en actividad.
“Llegar a Primera y a la selección es el sueño máximo”, anhela, aunque como plan alternativo asegura que baraja la chance de hacer el curso de entrenadora. Eso sí; pase lo que pase, está disfrutando del proceso. “Esto es lo que me hace feliz; me di cuenta que vale la pena soltar para elegir lo que me hace feliz”, concluye la joven que está pendiente de Messi y compañía.