PARIS, Francia.- El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió a su primer ministro Gabriel Attal continuar “por el momento” para “garantizar la estabilidad” de Francia, tras las elecciones legislativas y a menos de tres semanas de los Juegos Olímpicos.
Tras la victoria de la oposición de izquierda en unas ajustadas legislativas, Attal se reunió ayer con Macron para presentarle su dimisión y el presidente “le dio las gracias” por liderar a su alianza de centroderecha en las elecciones, agregó.
El gran perdedor en esta segunda vuelta de las elecciones legislativas de Francia fue el partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN), que quedó tercero después de haber sido favorito a quedarse con la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (Parlamento).
Sus dirigentes denunciaron una “alianza del deshonor” entre la izquierda y el oficialismo para arrebatarles la victoria en las elecciones legislativas en Francia, pero la extrema derecha también mostró su falta de preparación, con polémicos candidatos y medidas.
Solo contra todos
RN era el gran favorito para ganar la segunda vuelta de las elecciones legislativas, tras lograr junto a sus aliados un 33% de votos en la primera e imponerse en los comicios europeos con un 31,37%.
Pero el bloque ultraderechista terminó tercero, por detrás de la alianza de centroderecha de Macron y de la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP), que ganó los comicios por sorpresa.
Aunque los resultados representan la mayor entrada de diputados ultraderechistas en la Asamblea Nacional desde el final de la segunda Guerra Mundial con 143 de los 577 escaños, el principal motivo de su revés fue el “frente republicano” en su contra.
El NFP y la alianza de Macron retiraron más de 200 candidatos en conjunto en el balotaje para concentrar el voto en aquellos “republicanos” con más posibilidades de derrotar a un rival ultraderechista en cada circunscripción.
La extrema derecha perdió así 90 de los 152 duelos contra un candidato del NFP y 105 de los 128 contra un candidato oficialista, lo que para los analistas demuestra una mayor movilización de los votantes de izquierda para frenar al RN.
Pero más allá del “frente republicano”, RN parece haber adolecido de falta de preparación. Sobre el terreno, decenas de candidatos dieron una imagen de incompetencia, amateurismo y un racismo sin complejos.
Una candidata rechazó que RN fuera racista al asegurar que tiene “un oculista judío” y un “dentista musulmán”; otro expresó sus “dudas” sobre el carácter antisemita de las declaraciones del líder histórico Jean-Marie Le Pen, condenado en los años 80; etc.
Las redes sociales se llenaron de fragmentos de debates televisados en los que candidatos de extrema derecha en cada circunscripción se mostraban incapaces de explicar su programa. Otros incluso no aparecieron en público durante la campaña.
“Sigue habiendo un problema de imagen y una falta de credibilidad”, explicó el domingo por la noche el especialista de la extrema derecha Jean-Yves Camus en la cadena Public Sénat.
RN evocó algunas “ovejas negras” cuyos casos examinaría, pero Marine Le Pen también habló de “meteduras de pata” de “gente de bien”, jugando con la imagen del pueblo contra las élites.
“Lo digo claramente, en algunas circunscripciones, no escogimos los buenos” candidatos, reconoció el presidente de RN, Jordan Bardella.