Miles de kilómetros separan a Houston de Pampa Pozo, pero hay un vínculo especial que une a la selección argentina con el pequeño pueblo que se ubica al límite entre Tucumán y Santiago del Estero: Lionel Messi.
El capitán de la “albiceleste” volvió a sumar minutos en la Copa América contra Ecuador y quiénes celebraron este retorno fueron los habitantes de esta localidad. Sobre todo la familia de “Lio”. Por la ruta provincial N°34, en el límite entre Gobernador Garmendia (Burruyacu) y Rapelli (Santiago del Estero), esperaba con una enorme sonrisa y una pelota naranja en sus manos, nada menos que Lionel Reynaga Barrera. El pequeño de ocho años lleva el mismo nombre del astro rosarino debido al fanatismo de su papá Fabián Néstor, por la figura de Inter Miami.
“Este lugar es muy tranquilo y me encanta; acá nos ayudamos entre todos. A mi hijo le puse el mismo nombre que Messi”, le dijo Fabián a LA GACETA. “Lo sigo a ‘Leo’ desde que empezó a jugar y jamás lo insulté. Me pareció una locura que le hayan dicho pecho frío. Para mí no va a pasar nada con la Selección cuando él no esté. A pesar de que tiene buenos jugadores, Messi es la figura central”, agregó.
El santiagueño que pasó gran parte de su vida en Gobernador Garmendia siempre se acerca a Pampa Pozo, un lugar bastante particular, para colaborar con los vecinos.
La mayoría de las localidades ubicadas a la vera de la ruta N° 34 tienen su respectivo cartel de bienvenida con letras coloridas similares a un arco iris. En tanto que en Pampa Pozo ocurre todo lo contrario.
Al pueblo tucumano sólo lo separa de Santiago un mini puente de madera y su distintivo pintado de celeste que perdió valor con el paso de los años. A unos metros, se puede apreciar la Escuela N° 431 “Pampa Pozo” (perteneciente al distrito santiagueño) y, cruzando la ruta sin pavimentar, aparece la ex estación de Ferrocarriles.
Más allá de tener pocos habitantes, el corazón de Pampa Pozo está marcado a fuego por el fútbol. Tal es así que la casa de la familia Guerra se transformó en una especie de sede para el deporte más popular del mundo.
Cerca del mediodía su actividad quedó interrumpida por la visita de LA GACETA. Los Guerra, con la colaboración de otros vecinos de la zona, ponían en forma la segunda cancha de fútbol 5 denominada “El Morumbí”, mismo nombre que el estadio de San Pablo de Brasil.
Entre el bullicio de los perros y la música, se realizaba la tarea de emparejamiento de la cancha. Carretillas, pala, mangueras y mucho amor fueron los recursos utilizados. Claro, no podía ser menos para el tricampeón de la Liga Rapeleña.
“Todos somos vecinos y la mayoría familia. Estamos en el límite, pero básicamente somos todos tucumanos. Son pocas las familias de Santiago”, dijo Daniel Armando Guerra, que inició el armado de la cancha por idea de su hijo Esteban Ezequiel Benjamín. “Hay muchos chicos que vienen desde Garmendia para jugar; el sueño de todos es hacerlo de manera profesional. A las pelotas las compramos con el aporte de todos y ahora el fútbol está un poco paralizado por lo que estamos haciendo la ‘canchita’. Nuestra vida se basa en levantarnos a la seis de la mañana para trabajar y volvemos cuando oscurece”, agregó Benjamín, que se encargó de ponerle el nombre a la cancha y también de pintar un llamativo mural de Diego Armando Maradona, con la camiseta azul de Pampa Pozo FC.
A pesar de que esa casaca lleva en las dos mangas la fecha de la primera cancha (1 de enero de 2022), en este último tiempo se renovó la indumentaria. No obstante, mantiene los valores de los primeros títulos obtenidos por el equipo de Pampa Pozo.
“Hay una liga en Rapelli, que pertenece a Santiago del Estero. Vienen haciendo cuatro torneos y Pampa Pozo salió campeón en tres oportunidades. Son nueve equipos de allá y el nuestro es el único tucumano. Se juega todos contra todos y después se hace un Reducido para conocer al campeón. Acá todos arman caravanas para alentar al equipo en el torneo que es organizado por otro tucumano fanático de Atlético”, aseguró Eduardo Javier Muñoz, integrante del plantel campeón de Pampa Pozo.
Así como los varones buscan progresar con la redonda, las mujeres del pueblo también aportan lo suyo: se creó un equipo femenino que también participó del torneo.
“Nosotras jugamos desde chicas. Lo hacemos por hobby porque la mayoría somos mamás y nos juntamos sólo los fines de semana. A veces jugamos a las 16 o a las 20, dependen del horario en el que podamos todas”, explicó Claudia Marisel Guerra de 30 años. “Yo estuve compitiendo en los Juegos Evita de Mar del Plata. Me desempeño como mediocampista, acá disfrutamos mucho con las chicas. También llegamos a jugar con los chicos cuando no completan el equipo”, agregó Marisa del Valle.
A unos metros de esa casa futbolera se podía escuchar música folclórica. Unos chicos de la zona estaban practicando un baile en parejas para los festejos del 9 de Julio que organizará la escuela del lugar. “Nos enseñan tradiciones de Tucumán y de Santiago del Estero”, explicó Ian Nuñez, de 12 años, que estaba sentado en la vereda junto a sus compañeras de coreografía Josefina García, Julieta Mansilla y Agustina Guerra.
En tanto que cerca de la salida de Pampa Pozo se encontraba el hogar de David Cuello, actual técnico de la reserva de Unión del Norte. “Si bien Rapelli está en Santiago, tiene un poco de identificación con Tucumán. La zona es muy tranquila; es muy sencilla y humilde. Es algo típico de una zona rural”, sentenció Cuello, que al igual que la mayoría de los habitantes del lugar no ocultó su pasión por la Selección. “Soy muy fanático de Argentina. Disfruté mucho del Mundial de 1986 y sufrí demasiado en el ‘90. Cuando perdimos contra Alemania fue uno de los peores días de mi vida”, aseguró Cuello.
¿Y el resto? No se imagina a la “albiceleste” sin Messi. “Vamos a salir campeones otra vez. Sin Messi no somos nada, los partidos anteriores fueron horribles”, concluyó Muñoz.