La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una patología que está aumentando a grandes pasos a nivel mundial. Es difícil de tratar y altera la vida de las personas en forma dramática, a tal punto que muchos pacientes llegan a sufrir un dolor insoportable y, en algunos casos, requieren cirugía para extirpar partes del intestino.
En los últimos 30 años, hubo un aumento de casi el 50% en los casos. La enfermedad suele confundirse con el síndrome del intestino irritable (SII), que es una afección que afecta el sistema digestivo. Pero la EII es más grave. Es una afección crónica, cuyos síntomas pueden incluir sangrado rectal, fatiga, pérdida de peso, dolor de estómago y de las articulaciones. Los dos tipos principales de la EII son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Puede afectar el tracto digestivo, pero también otras áreas del cuerpo, aclara Victor Chedid, gastroenterólogo de Mayo Clinic, quien en una entrevista con periodistas de distintos medios de América Latina nos compartió detalles sobre la EII y consejos para afrontar la aparición de la enfermedad.
“A nivel mundial la enfermedad inflamatoria intestinal está aumentando de una manera exponencial. Antes se pensaba que era una patología de europeos caucásicos o de la población judía ashkenazí. Pero en los últimos 10 o 20 años hemos visto un crecimiento muy rápido en personas de todo el mundo; o sea, en América del Sur, en Asia, en África, en Medio Oriente”, describió.
- ¿Por qué aumenta la prevalencia de la enfermedad?
- No estamos demasiado seguros de cuál puede ser la explicación directa. Una de las razones puede ser la globalización de la dieta; la alimentación se está haciendo cada vez más occidental con las comidas rápidas; por ejemplo, las diferentes cadenas de comidas rápidas que están yendo a lugares donde antes no estaban instaladas. Otra teoría es la de la higiene: a medida que nos vamos industrializando estamos viviendo en situaciones más higiénicas. Se cree que eso puede alterar nuestro sistema inmunitario porque no estamos tan expuestos a gérmenes a los que estamos acostumbrados antes. Finalmente, también se habla de que ahora se diagnostica más y por ello hay muchos más casos.
- ¿Es el intestino el órgano más importante del cuerpo?
- El órgano más importante de nuestro organismo es el corazón, porque es lo que bombea la sangre que nos mantiene vivos. Pero en segundo lugar, los intestinos sí son muy importantes porque es el órgano que nos expone al mundo exterior, y abarca desde la boca hasta el ano.
- ¿Cuáles son los síntomas de la EII y cuáles son las razones por las que aparece esta patología?
- La EII es una afección médica crónica que ataca el tubo digestivo. Los pacientes pueden tener una predisposición genética y también hay exposiciones ambientales que pueden llevar a que células inmunitarias e inflamatorias empiecen a atacar el tracto gastrointestinal y que pueden producir inflamación en diferentes partes del tracto intestinal. Y hay dos tipos principales de enfermedad inflamatoria intestinal Una es la colitis ulcerosa, que solamente afecta el colon, y la otra es la enfermedad de Crohn, que puede presentar inflamación en cualquier lado, desde la boca hasta el ano. Los pacientes que tienen EII pueden tener muchos síntomas que son muy inespecíficos, como dolor abdominal, diarrea, náuseas. Pero hay síntomas que son más específicos, como diarrea sanguinolenta, sangre en las heces, fiebre, fatiga general, malestar general y pérdida de peso. Además, pueden tener manifestaciones extraintestinales, como úlceras en la boca, inflamación en los ojos, artritis o sacroileitis, inflamación en la columna hasta erupciones cutáneas, entre otros. Y hay pacientes que tienen enfermedad hepática asociada.
- ¿Hay tratamiento para la enfermedad?
- No hay cura para la EII, pero existe una variedad de tratamientos para ayudar a los pacientes a lograr la remisión. Los tratamientos incluyen medicamentos antiinflamatorios, supresores del sistema inmunitario, productos biológicos, antibióticos y cirugía. La terapia se elige de acuerdo al paciente y al tipo de gravedad de la enfermedad. La patología más leve puede tener un cierto tipo de tratamiento que no utilizaríamos para con alguien con una enfermedad más grave. La medicación que elijamos va a apuntar a reducir la inflamación. Siempre nuestro tratamiento es multidisciplinario, de manera que para cada paciente hay todo un equipo de profesionales que atienden, desde la enfermera, un asistente, farmacéuticos, nutricionistas, psicólogos, endoscopistas, cirujanos, todos especializados en EII.
- ¿Hay muchos mitos en torno a esta enfermedad? ¿Se suele confundir con otras patologías, como por ejemplo síndrome de intestino irritable?
- Sí, efectivamente hay muchos mitos o confusiones entre el síndrome de intestino irritable y EII. El síndrome de intestino irritable es diferente de la enfermedad inflamatoria intestinal. En el primer caso no hay una inflamación activa, pero sí hay síntomas. Entonces el paciente que tiene un síndrome de intestino irritable tiene diarrea, dolor abdominal, algunas veces estreñimiento, y estos son síntomas que son muy parecidos a los de EII. Ademas, las dos patologías suelen darse en jóvenes y eso puede confundir. Pero si en un paciente diagnosticado con colon irritable, los síntomas persisten y progresan, y empiezan a tener sangre en las heces, y entonces allí se los evalúa con una colonoscopía.
- ¿Los pacientes con EII suelen llegar tarde al diagnóstico?
- Si, precisamente cuando se confunden las enfermedades, esto puede llevar a una demora en el diagnóstico. Pero otra razón por la que los pacientes pueden llegar tarde a su diagnóstico es que hay mucho estigma asociado a los movimientos intestinales, la diarrea, la sangre en los heces. Mucha gente puede padecer en silencio en su casa y le da vergüenza hablarlo incluso con su familia o con su pareja, no quieren compartir lo que les pasa con los amigos y sufren en silencio, incluso le puede dar vergüenza decírselo al médico. Y para cuando llegan al profesional han estado sufriendo tal vez por meses, o un año, y luego para entonces su enfermedad ya es más grave. Es por eso que tenemos que crear conciencia y asegurarnos de que la gente busque atención médica cuando presente los síntomas.
- ¿Cuál es la importancia de tener una dieta equilibrada para la salud intestinal?
- Siempre les digo a mis pacientes, constantemente les hablo sobre la importancia de seguir una dieta que sea rica en antioxidantes, en fibras y con pocos alimentos proinflamatorios, como azúcares y harinas procesadas. La que yo recomiendo es la dieta mediterránea, porque tiene un muy lindo equilibrio. Que tenga aceite de oliva, fibras como la avena, lentejas, semillas oleginosas, frutos secos, y también pescado y carnes blancas como el pollo. Y hay que optar menos por las carnes procesadas, sobre todo las ahumadas.
- ¿Puede el ejercicio incidir positivamente en la salud del tracto digestivo?
- El ejercicio bombea la sangre, nos hace sentir con energía, y si los niveles de energía están altos y mantiene la salud cardiovascular. Esto también impacta positivamente en la salud intestinal. Hace que los movimientos intestinales sean más regulares; es un buen tratamiento del estreñimiento. El estar activo y móvil ayuda también con la salud hepática, impide el aumento de peso y la obesidad, que también es importante para la salud del hígado. Para quienes les cueste, debe hacerse un trabajo en progreso, aunque hagan 10 o 15 minutos de movimiento. La clave es no quedarse quietos.
- ¿Cuál es el papel que juega el estrés en las enfermedades intestinales?
- Este es un punto muy importante, la salud mental. Hay que asegurarse que el ánimo esté bien controlado, que los niveles de estrés estén bien manejados, porque una cosa que nos damos cuenta cada vez más es que cuando la salud mental no está bien, puede alterar la salud intestinal y puede aumentar la inflamación y elevar la carga de síntomas vinculados a la enfermedad inflamatoria intestinal, pero también para otras afecciones. Hay muchas interacciones entre el intestino y el cerebro. Por ejemplo, la gente que ha sufrido un trauma infantil o que tiene otros factores de estrés en su vidas puede experimentar síntomas o afecciones gastrointestinales, como síndrome del intestino irritable, dispepsia funcional, disfunción del piso pélvico o estreñimiento.
- ¿Además de la alimentación, el ejercicio y la salud mental, hay algo más que pueda ayudar a la salud intestinal?
- Una buena hidratación. Hay que tratar de beber dos litros de agua al día. Esto ayuda a prevenir el estreñimiento y asegura que sus órganos estén bien nutridos. Esto es particularmente importante en climas cálidos donde la deshidratación puede ser un problema.