San Francisco: de lo mejor que se hizo en mucho tiempo en Tucumán

San Francisco: de lo mejor que se hizo en mucho tiempo en Tucumán

Quitaron las vallas publicitarias y los últimos andamios. Mañana el municipio dejará inaugurada la obra. La feliz recuperación de los colores originales.

DESPUÉS DE MUCHO TIEMPO. La fachada de San Francisco quedó totalmente a la vista. DESPUÉS DE MUCHO TIEMPO. La fachada de San Francisco quedó totalmente a la vista.

Hace rato que la fachada de San Francisco dejó de ser un secreto para los tucumanos. Quienes transitan por 25 de Mayo y San Martín no dejan de sorprenderse por la coloración, en la que predomina el celeste, con detalles en otras tonalidades. ¿Por qué la modificación?, es la pregunta recurrente. En realidad no se trata de un cambio, sino de la recuperación de los pigmentos originales. Ese es uno de los atractivos de la puesta en valor del frente de la iglesia. Se trata de un trabajo de remodelación patrimonial que, por varios motivos, figura entre los mejores que se hicieron en Tucumán en los últimos tiempos.

Ya sin las vallas publicitarias, retirados los andamios que cubrían la fachada de punta a punta, en cuestión de horas la Intendencia cumplirá la formalidad de inaugurar la obra. Será mañana a las 19.30. De las arcas municipales salieron los fondos, un aporte millonario iniciado durante la gestión de Germán Alfaro y seguido por Rossana Chahla. Sería un acto de justicia y de madurez política que ambos compartieran la foto. También un mensaje para la tucumanidad.

Y pensar que el templo estuvo a punto de quedar a la deriva. Es Monumento Histórico Nacional, pero ¿quién estaba dispuesto a hacerse cargo, una vez que la Orden Franciscana anunció la marcha de Tucumán del último de sus representantes? Con mucho de quijotesco, se formó una comisión ejecutiva dispuesta a proporcionar tiempo, conocimientos y esfuerzos a la causa. Bajo esa bandera, Olga Paterlini, Daniel Mafud, Andrés Nicolini, Nilda Velásquez y Ana Chiarello peregrinaron golpeando puertas y ablandando conciencias, unidos por la consigna de recuperar San Francisco.

El primer paso, imprescindible, fue la elaboración del proyecto de refacción. Demandó una profunda investigación histórica, de la que formaron parte las arquitectas Laura Cuezzo y Ana Lozano, y así se determinó, por ejemplo, cuáles eran los materiales originales empleados, cuáles fueron las técnicas de construcción del templo y con qué colores se pintó el frente diseñando por el fraile Luis Giorgi en el último cuarto del siglo XIX. Llegar a esos pigmentos no fue sencillo y demandó un período de prueba y error hasta que dieron en la tecla.

El proyecto se dividió en tres etapas, desde el campanario hacia abajo. Pero no cualquiera podía subirse a los andamios para intervenir los muros. Trabajaron obreros especializados, quienes los iban relevando centímetro a centímetro. La contratación de una empresa idónea para este tipo de tarea, tan delicada (Línea Construcciones), también resultó determinante.

Vale la pena apreciar en detalle la fachada de San Francisco. A simple vista se nota lo intrincado del conjunto de pináculos, capiteles, pilastras, molduras y balaustradas que la ornamentan. Cada una de esas piezas fue recuperada por el grupo de escultores encabezado por Jaime Pereyra.

La precisión y el rigor de los trabajos permitió ir descubriendo, como si de capas geológicas se tratara, los secretos guardados en ese retazo de historia que reposa en el microcentro. Así emergió un mensaje de 1904, escrito en latín, que celebraba los 50 años del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Esa leyenda había quedado tapada por una de las tantas manos de pintura que se fueron aplicando con el paso del tiempo.

La recuperación del patrimonio es una materia en la que no cabe otra condición que el profesionalismo. Acostumbrados a las “lavadas de cara”, a los parches, a los cortes de cinta apurados, los tucumanos encontramos en esta puesta en valor de San Francisco el lado virtuoso del trabajo en equipo. Por un lado, la decisión política -en este caso del municipio- de correr con los gastos, y por el otro la gestión de especialistas de primer nivel en todos los rincones de la obra.

San Francisco: de lo mejor que se hizo en mucho tiempo en Tucumán

El fraile franciscano Emilio Andrade estará en Tucumán para la inauguración. Lo cierto es que la Orden deberá tomar importantes decisiones, porque queda muchísimo por hacer. En lo externo, está pendiente la pintura del muro sobre calle San Martín (hay un pedido a la intendenta Chahla para que el 24 de septiembre esté lista esa etapa). Pero queda seguir en el interior del templo -que permanecerá cerrado- y en la sacristía, donde se detectan distintos problemas estructurales. Una donación de la Fundación Los Balcanes ($ 15 millones) permitirá iniciar los proyectos para continuar con la recuperación de la iglesia. El aliciente está dado por lo acertado de la refacción de la fachada, que llevó años. Una espera que valió la pena.

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