Pocas veces antes, una administración de Gobierno nacional le ha puesto tanto celo al operativo de seguridad. Todo número es poco cuando se trata de cuidar la integridad del Presidente de la Nación. Por eso, la avanzada que la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, para que recorra las zonas por donde transitará su hermano, Javier Milei, ha sido muy celosa en los detalles. No se le escapó nada. Absolutamente nada. Y eso se vio ayer en el tercer patio de la Casa Histórica cuando Mara Gorini, la enviada nacional que tiene a su cargo la organización del protocolo y del ceremonial del jefe de Estado, lanzó una pregunta que sorprendió a los presentes: “¿la vicepresidenta no tendrá problemas en caminar por este lugar?” La misma funcionaria, mano derecha e incondicional de Karina, explicó su interrogante. Se refería a los tacos que usualmente se calza Victoria Villarruel en cada acto y tomando en cuenta la irregularidad del piso del solar histórico. Ella llegará antes que Milei, tal vez una o dos horas, también por una cuestión de seguridad, y es probable que sí tenga encuentros con dirigentes políticos locales y regionales. La acompañará el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. El abogado y empresario riojano es sobrino del ex presidente Carlos Saúl Menem, que fue el que instituyó que cada 8 y 9 de julio San Miguel de Tucumán sea la Capital de la República Argentina, en homenaje a la Declaración de la Independencia de 1816.
Un millar de uniformados no dormirán al menos entre el domingo y el martes. Casa Militar ha pedido un celo extremo para que todo se desarrolle con normalidad. El Presidente estará tan blindado como siempre. Sucedió en Córdoba y también en Rosario. Y pasará en San Juan, escala previa a la visita a Tucumán. Las salidas al interior serán más periódicas. Milei debe mostrar que es un presidente federalista y que no sólo viaja al exterior. Los sondeos de opinión han marcado esa situación.
La sanción de la Ley Bases y del paquete fiscal han marcado otra etapa de la administración del gobierno nacional. El economista libertario tiene las herramientas que viene demandando desde que arrancó su gestión, en diciembre pasado, aunque no el compendio que se llamó Ley Ómnibus, que luego se transformó en combi y luego en minibus. De una u otra manera, Milei tiene que renovar los votos con la sociedad en general y con el mercado en particular. Justamente los operadores y los inversores han puesto un signo de interrogación al rumbo económico, que se tradujo en un alza desmedida en el precio del dólar que se ofrece en el mercado libre. Milei y sus funcionarios podrán argumentar, por ejemplo, que el “blue” tiene un mercado pequeño, pero la realidad es que esa cotización termina incidiendo en el resto de los precios de la economía, como el valor del combustible. “El mercado está afilando las tijeras para cortarle la melena al león”, señala un operador que sigue el humor en la City. El viernes pasado, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, chocaron contra las expectativas: dieron una conferencia de prensa en la que no definieron cómo seguía el proceso de normalización de la economía. Los agentes económicos pensaban que se anunciaría una batería de nuevas medidas. No fue así. Dejaron más dudas y menos certezas acerca de lo que hará el Gobierno nacional para salir de la recesión, contribuir a la unificación cambiaria o, simplemente, llamar a una acción conjunta entre la economía y la política para reconstruir la confianza en la Argentina. “En gestión de crisis existe una máxima comunicacional: evitar celebraciones parciales. Mucho más en casos conmocionantes. No adelantar la clausura de la crisis sin que se haya dado simultáneamente en lo político y operativo. Tan básico y, sin embargo, siempre se olvida”, ha escrito en su cuenta en “X” Mario Riorda, presidente de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (Alice). No es gratis jugar con las expectativas económicas. Generalmente terminan en crisis más profundas.
Los últimos movimientos de los valores dan cuenta de que, otra vez, el mercado se suma en la incertidumbre. Como lo describe el economista Gustavo Ber, no sólo el plan de emisión cero -a través de un nuevo esquema monetario- acentuará aún más la presión sobre el superávit fiscal, ancla central y cada vez más crítica bajo la actual estrategia, sino que también la extensión de los principales lineamientos de la política cambiaria genera inquietudes sobre la dinámica de las reservas. A todo ello se suma una salida del cepo que se posterga, incluso sin claridad sobre los tiempos y las condiciones para su salida, así como una negociación con el FMI cuyos plazos y alcance aún resultan demasiado inciertos.
Más definiciones
Como definió Portfolio Personal Inversiones, la reacción del mercado de los últimos dos días deja en evidencia que los inversores necesitan más definiciones sobre los parámetros a alcanzar para salir del cepo. Es decir, no alcanzó con el anuncio de un nuevo esquema monetario que redundaría en una tasa real positiva. Lo mismo le puede ocurrir a la Libertad Avanza el año que viene en el terreno electoral si es que, además de no alcanzar los objetivos propuestos ahora en materia cambiaria y monetaria, deba someterse al debate político con varias promesas de la campaña pasada, por ahora incumplidas: la dolarización de la economía y la eliminación del Banco Central.
Milei debe convencer a ese mercado que el rumbo elegido es el correcto y que los resultados llegarán más temprano que tarde. Paralelamente, el Pacto de Mayo se convirtió en una cuestión central: la cantidad de gobernadores que firmen el Acta en la madrugada del martes testimoniará el apoyo institucional de las provincias a un Gobierno nacional que necesita fortaleza política. Otro dato llamativo de las celebraciones de los 208 años de la Declaración de la Independencia es, precisamente, la tarea de convencer a los mandatarios provinciales para que visiten Tucumán y sean parte de la foto en la puerta de la Casa Histórica, una vez que el reloj marque los primeros minutos de la fecha patria. Las invitaciones son cursadas por la Casa Rosada, que dio plazo hasta el sábado a primera hora para recibir las confirmaciones. Ayer, por ejemplo, el gobernador tucumano Osvaldo Jaldo y otros mandatarios provinciales pasaron por el despacho del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para definir otros detalles de los actos oficiales en Tucumán. Llamativa fue la visita que ayer hicieron al edificio porteño de Balcarce 50 el santiagueño Gerardo Zamora y el riojano Ricardo Quintela, enfrentado con los libertarios. Ambos entraron en el grupo de provincias que gozarán del financiamiento de obras públicas con fondos federales. Es un indicio de que, para la Nación, no habrá hijos y entenados, una demostración de reciprocidad política e institucional.
El Pacto de Mayo vuelve otra vez a convertirse en una suerte trampolín de lanzamiento político para un gobierno de turno. La firma no será ningún problema, pero sí la ejecución de las medidas que ese decálogo establece. Hay posturas políticas tan blindadas en las provincias como la preservación de la integridad presidencial.