Fue clave en la carrera espacial, la primera mujer ingeniera en la misión Apolo y abandono todo por el activismo femenino

Fue clave en la carrera espacial, la primera mujer ingeniera en la misión Apolo y abandono todo por el activismo femenino

Frances Northcutt hizo historia enfrentando desafíos técnicos y sexismo en el control de misión.

Fue clave en la carrera espacial, la primera mujer ingeniera en la misión Apolo y abandono todo por el activismo femenino

A lo largo de la historia las mujeres con frecuencia fueron invisibilizadas, se habla de las grandes hazañas de grandes hombres, pero hay muchas mujeres que jugaron un rol importante y a las que recien estamos conociendo. Ese es el caso de Frances "Poppy" Northcutt fue ingeniera en el equipo de soporte de análisis y planificación de la misión Apolo. Su responsabilidad era vital: asegurar que los astronautas regresaran a salvo a la Tierra desde la órbita lunar. Northcutt trabajó bajo una presión intensa para cumplir con el mandato del presidente John F. Kennedy de llevar a un ser humano a la luna y traerlo de vuelta de manera segura antes de que terminara la década. 

Northcutt y su equipo enfrentaron numerosos desafíos técnicos. La tarea de crear y perfeccionar la trayectoria de retorno era compleja, especialmente debido a la tecnología limitada de la época. Durante la misión Apolo 8, la primera misión tripulada en orbitar la luna y regresar a la Tierra, su equipo desarrolló y ajustó la trayectoria de retorno en tiempo real, utilizando herramientas informáticas primitivas. Los astronautas tuvieron que realizar maniobras críticas sin comunicación con el centro de control debido a la posición de la nave detrás de la luna.

A pesar de los logros técnicos, Northcutt también se convirtió en el centro de atención de los medios debido a su género, siendo la primera mujer en trabajar como ingeniera dentro del control de la misión. Los titulares a menudo la describían de manera sexista, destacando su apariencia en lugar de sus logros profesionales. A pesar de estos desafíos, Northcutt sentía la responsabilidad de mostrar que las mujeres podían desempeñar roles cruciales en la ingeniería aeroespacial.

El trabajo de Northcutt en la NASA no fue fácil. Al unirse a TRW, una agencia contratista de la NASA, en 1965, inicialmente se le asignó el título de "computadora mujer", reflejando el sesgo de género de la época. Las leyes laborales restrictivas también limitaban sus horas de trabajo, lo que dificultaba su promoción. Sin embargo, Northcutt perseveró, y eventualmente fue ascendida al equipo técnico masculino, desempeñando un papel más prominente en la carrera espacial contra la URSS.

Durante la misión del Apolo 13, Northcutt y su equipo recibieron el mensaje de “Houston, tenemos un problema”. La presión era inmensa, y el ambiente en el centro de control era tenso; Poppy trabajó en planificar la trayectoria que podía traer a los astronautas de vuelta a la Tierra. Ella había programado el software que calculaba las maniobras. 

A pesar de su éxito profesional, Northcutt enfrentó discriminación tanto en los medios como en su entorno personal. Su padre, en lugar de celebrar sus logros profesionales, expresó su deseo de ver su compromiso anunciado en el periódico local. En 1968 realizó una entrevista en uno de los programas de ABC para hablar sobre su trabajo en las misiones Apolo, y el presentador Jules Bergman le hizo preguntas sobre su aspecto físico: "¿Cuánta atención prestan los hombres del control de misiones a una chica guapa que lleva minifaldas?, le preguntó. "Se dice que cuando entras en la sala de control de las operaciones, la misión se detiene en seco."

Este tipo de actitudes solo fortalecieron su determinación. En 1970, Northcutt se unió a la huelga de la mujer por la igualdad, lo que marcó el inicio de su activismo en la lucha por los derechos de las mujeres.

Eventualmente, su activismo la llevó a alejarse de la ingeniería. En la década de 1980, Northcutt se convirtió en abogada de defensa penal, utilizando su formación legal para luchar por los derechos civiles. Reconoció que su éxito fue posible gracias a muchas mujeres de color de bajos ingresos que permanecieron en segundo plano mientras ella recibía la atención de los medios.

Reflexionando sobre su carrera, a mediados de los ´80, Northcutt puntualizó en algunos avances y retrocesos con respecto a la lucha por la igualdad de género. "Aunque ha habido mejoras en algunos aspectos, persisten problemas como el acoso sexual y la desigualdad salarial", sostenía. 

La historia de "Poppy" Northcutt es un testimonio de la perseverancia y el impacto de las mujeres en campos dominados por hombres. Su trabajo en el programa Apolo no solo contribuyó a logros históricos en la exploración espacial, sino que también allanó el camino para futuras generaciones de mujeres en la ciencia y la ingeniería. 

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