Los niveles productivos de los tres principales sectores agroindustriales de Tucumán (el sucroalcoholero, el citrícola y el de cereales, oleaginosas y legumbres) tuvieron una leve recuperación a partir del ajuste -en parte- del retraso cambiario. La proyección para el segundo semestre en cuanto a las mejoras dependen del manejo de la política económica para terminar con el “cepo”.
Del análisis sobre el comportamiento de la economía de Tucumán en el primer trimestre, la consultora Arquímedes Carrizo & Asociados señaló que los precios externos de granos y productos sucroalcoholeros son muy interesantes, pero no para los limones y sus derivados. Sin embargo, el ingreso final de los productores depende del valor del dólar que fija el Gobierno y que tiene aún un atraso significativo. “La buena producción azucarera anunciada será un problema si el nivel de precio del dólar no es de mercado, porque no incentiva las exportaciones por más acuerdo que hagan los productores”. Agregan que el resultado final puede finalizar en sobreofertas internas (aunque se exporte lo acordado), lo que haría caer el precio doméstico (el mayor mercado del sector).
“Las provincias que tienen producciones exportables se afectan mucho por el atraso cambiario, ya que reduce el ingreso de los productores y aumenta sus costos en divisas minando su competitividad mundial”, dice el informe. “Esta distorsión cambiaria funciona como un impuesto no autorizado por el Congreso, y el que fija el valor del dólar tiene el poder de destrozar un sector productivo competitivo o de convertir en rentable otra producción no competitiva. Y produce un cambio en los precios relativos de la economía, que termina deteniendo las inversiones y el empleo”, agrega.