Perplexity, la IA que quiere ser todo al mismo tiempo

Perplexity, la IA que quiere ser todo al mismo tiempo

Perplexity, la IA que quiere ser todo al mismo tiempo

Está acusada de ser una “basura”, pero otros la ven como la más transparente de las plataformas basadas en inteligencia artificial. Perplexity está en boca de todos, odiada y admirada por partes iguales y la tensión está puesta en cómo adquiere información este robot conversacional, similar a ChatGPT o Gemini. Algunos la definen como una mezcla entre el producto estrella de OpenAI y Wikipedia, ya que se presenta ante el mundo como “una herramienta que empodera a todos en el mundo para aprender cualquier cosa a su manera, usando su propio idioma o nivel”. Otros creen que el modo en que muestra sus resultados transformará también a los buscadores de internet. Y de hecho, algo de eso ya está pasando.

Perplexity es una plataforma con la cual el usuario puede interactuar en forma de diálogo como ya aprendió a hacerlo con otros productos. Su modelo, basado en la indexación de millones de datos de diversos sitios web, busca dar respuestas a todo tipo de consultas. Sin embargo, su entorno tiene algunas diferencias sutiles que están convirtiéndola en la inteligencia artificial más comentada de los últimos días.

Cuando Perplexity responde muestra las fuentes en las que se basa sus respuestas. Por lo tanto, el usuario puede chequear o ampliar dichos datos en sitios de terceros. Además, la herramienta está conectada en tiempo real con los sitios de internet, por lo tanto sabe lo que está pasando en el último momento. A pesar de que estas características podrían ser grandes ventajas, son las que la están poniendo contra las cuerdas con los medios de comunicación, como Forbes o Wired, dos prestigiosas publicaciones que calificaron a Perplexity como una “basura” o “una máquina de mentiras”, por supuesto plagio de su contenido sin autorización.

Perplexity fue creada por Aravind Srinivas, un científico informático que fue empleado de OpenAI y Google. Su compañía hoy vale 3.000 millones de dólares y en la industria todos coinciden que está en ascenso por su producto pero también por la repercusión mundial que está obteniendo. Él mismo compara su plataforma con Google pero asegura que Perplexity es un motor de “respuestas” más que un motor de búsqueda, por el modo en que utiliza la generación de texto por IA para resumir resultados.

Según algunos especialistas en motores de búsqueda, Google está siguiendo de cerca la evolución de su ex empleado. El buscador dio un gran paso en las últimas semanas al incorporar su “AI Overview” en su plataforma, un nuevo método de búsqueda que emplea IA generativa en la parte superior de los resultados. Y a eso se suman versiones en X (ex Twitter) que indican que la compañía está probando incorporar enlaces en dichos extractos, al estilo de Perplexity.

Plataformas similares

Más allá de las diferencias de cada asistente, la pregunta que siempre aparece es si existe mercado para tantas plataformas similares, es decir, que operan con la lógica de conversaciones. ChatGPT, Gemini, Claude y Microsoft Copilot, son algunas de las más usadas y competidoras de Perplexity, aunque según el último informe de Reuters, en el que analizó qué piensa el público de seis países sobre la IA generativa en las noticias, la más conocida es sin dudas ChatGPT, dos o tres veces más extendida que sus competidores.

¿Por qué debería elegir una u otra plataforma? Alguna vez hubo varios navegadores de internet, así como diversos buscadores hasta que Google hizo el mejor de todos. Algo similar está ocurriendo hoy con los asistentes de IA y quizás resta esperar dos posibles escenarios: o bien el mercado depurará la oferta y queden pocos sobrevivientes para los usuarios o bien entremos a una nueva etapa, con menor volumen de usuarios pero con mayor diversidad de productos. Es decir, por más revolucionario que parezca Perplexity, difícilmente se convierta en el próximo Google o en la mejor Wikipedia, porque en la nueva era de la IA, el valor de las herramientas promete ser más volátil aún que el interés de los usuarios.

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