Día internacional de los asteroides

Día internacional de los asteroides

Día internacional de los asteroides

El 30 de junio se celebra el Día Internacional de los Asteroides, promulgado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2011. La fecha se eligió para conmemorar el impacto de un gran asteroide en Tunguska (Rusia) ocurrido el 30 de junio de 1908.

Este día se estableció para que se conozca más acerca de los asteroides, su origen y su movimiento en el Sistema Solar. También para concientizar al público sobre la peligrosidad de algunos de ellos y de la necesidad de contar con un sistema de detección y de protección de la Tierra. Para celebrarlo se realizan diferentes actividades de divulgación relacionadas con los asteroides en distintos lugares del mundo.

En la cercanía de la Tierra hay aproximadamente 16.000 asteroides de diferentes tamaños y ninguno de ellos es peligroso. Las Naciones Unidas tiene La Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre (United Nation Office for Outer Space Affaire) que se ocupa del tema de los asteroides, entre otras cosas. La Red Internacional de Alerta de Asteroides (International Asteroid Warning Network) tiene protocolos de comunicación, para asistir a los gobiernos en el caso de un potencial impacto, para prever los posibles daños y planificar la respuesta. El Grupo Asesor para Planificar las Misiones Espaciales (Space Mission Planning Advisory Group) es un Foro de Agencias Espaciales de varios países que están desarrollando tecnología para destruir o desviar los asteroides potencialmente peligrosos. En 2022 probaron una nave que logró desviar al asteroide Dimophos, pero también ocurrieron cosas inesperadas que están siendo estudiadas para lograr impactos cuyos resultados no sean peligrosos para la Tierra.

El evento de Tunguska afectó una zona boscosa de más de 2.150 km cuadrados y aplastó más de 80 millones de árboles. Afortunadamente ocurrió en una zona despoblada y aunque no hay registros oficiales se estima que hubo algunos muertos. Se habla del impacto pero no se encontró un cráter, por lo que algunos suponen que el asteroide explotó algunos kilómetros antes de llegar a la Tierra y los daños fueron causados por la onda expansiva generada en la explosión. Otros investigadores afirman que se trató de un asteroide de hierro que ingresó a la atmósfera a una altura relativamente baja y que luego volvió a salir produciendo una compresión en la atmósfera que llegó a la superficie terrestre. La tecnología de la época no permitió detectar al asteroide ni evaluar la magnitud de la onda de choque. Análisis de los daños y estudios geológicos llevaron a pensar que produjo un sismo de magnitud 5 en la escala de Richter y que el asteroide tenía entre 50 y 190 metros de diámetro. Estudios más recientes detectaron micropartículas de origen meteorítico.

El tema de los asteroides es importante por su potencial peligrosidad, por lo cual las Naciones Unidas y muchos países se ocupan del tema. Todavía no se podría desviar o destruir un asteroide que se aproxime a la Tierra de forma segura. Para desarrollar la tecnología necesaria hay que seguir estudiándolos. No sólo se trata de detectarlos y conocer su trayectoria; también se estudian sus propiedades físicas y sus movimientos propios, como la rotación. Es un tema que está lejos de resolverse y hay que dedicar esfuerzos para hacerlo.

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