Del papel a las interfaces cerebro-máquina

Del papel a las interfaces cerebro-máquina

Del papel a las interfaces cerebro-máquina

La aceleración vertiginosa de los cambios en esta Era de la Humanidad Aumentada es ya una obviedad. La Inteligencia Artificial irrumpió en nuestras vidas más rápido que la pandemia de la covid 19 en 2020. Ahora, hay algo que cambió para siempre en estos meses: la forma en que buscamos y procesamos información.

Somos seres sedientos de información. Vivimos y le damos sentido a la vida porque tenemos la capacidad de contar historias, de emocionarnos, de sufrir y de llorar. Pero todas estas actividades humanas tienen algo en común: son un intercambio de datos ordenados y estructurados a los que decidimos llamarles información.

Por mi edad, soy de la generación que dejó de buscarla en las bibliotecas o en los libros de papel. Recuerdo cuando estudiaba comunicación en Buenos Aires y escribía para el diario La Nación. Una tarde, mi jefe de redacción me pidió que prepare una nota con infografía sobre la Plaza de Mayo.

Para hacer esa tarea, tuve que recurrir al archivo del diario y al de la Biblioteca Nacional. Me ayudaron unas bibliotecarias a encontrar documentación. Y me pasé horas y horas leyendo y buscando planos, relatos, guarismos, etcétera. El que haya ido con frecuencia a un archivo aún recordará ese olor a papel húmedo. Tenía su encanto, sin dudas.

La Era de Google

Unos pocos años después se consolidó el Internet. Muchas empresas, periódicos y bibliotecas iniciaron un proceso arduo, agotador y que consumía incontables horas de “data entry” para digitalizar su información. Entramos en la Era de Google. Fue cuando la empresa del buscador se convirtió en la reina indiscutible. “Organizar la información del mundo para que todos puedan acceder a ella y usarla” reza la misión de la empresa. Y claro, lo consiguieron.

De fines de los 80 a finales del milenio pasado, en menos de 20 años, pasamos de la información en papel a la digitalizada y a encontrar toda en tu computadora personal, en tu trabajo. Creo que todos los mayores de 40 años podemos contar historias sobre estos cambios.

Considero a Google como la “madre” de la Inteligencia Artificial Generativa. Gracias, entre muchas cosas, a su investigación plasmada en el artículo “Attention is all you need” (2017, hace nada), dio a luz a los “transformers”. No, no hablo ni de Optimus Prime ni de Megatrón.

Los “transformers” revolucionaron el Aprendizaje Profundo (Deep Learning) de las redes neuronales. Imaginá que son como pequeños cerebros computacionales que permiten comprender y procesar información con un lenguaje natural de manera similar a cómo lo hacemos nosotros. Esta habilidad les permite generar texto, imágenes y otros tipos de datos de forma autónoma y creativa, como si fueran artistas o escritores. Son razonadores computacionales, más que una inteligencia artificial.

¿Había creado Google su propio Frankestein? Estoy seguro que puertas adentro de la empresa más de uno aún se lo pregunta. Sucede que su modelo de negocio se basa en dos fuentes principales: la publicidad en su buscador y en Internet en donde son la puerta de acceso de casi todo el contenido y los servicios de nube para empresas.

Esta es la razón por la que muchos percibimos que Microsoft y OpenAI van a otra velocidad. No tienen nada que perder en esta carrera. En cambio, Google está en un proceso de redefinir las búsquedas y el modelo de monetización de su negocio. Están siendo más cautelosos y conscientes de la responsabilidad que tienen de que esa información sea “saludable”.

Entonces, ¿cuál es el cambio para tu vida diaria? En mi caso, que uso mucho la tecnología, ¿estoy “googleando” menos y usando más Copilot (de Microsoft), ChatGPT o Perplexity (buscador con IA)? No encontré guarismos pero la percepción, al menos en mi caso, es que “googleo” menos y uso más Gemini (gemini.google.com/app) o las herramientas que te acabo de mencionar.

Esto porque no sólo da resultados, sino que los procesa y responde de forma hiper personalizada. Con el estilo que les pidamos, relacionando contenidos y nuestro contexto. Las búsquedas ahora vienen masticadas y listas para digerir. Hemos entrado a la Era de la Información procesada, en esta de la Humanidad Aumentada.

AI Overview, la nueva forma de buscar

En este contexto, Google, luego de varios intentos con fracasos y éxitos, lanzó AI Overview en las búsquedas. Al buscar algo te genera una respuesta con fuentes de páginas de Internet que califican por ser contenidos verificados y de calidad. Esta “búsqueda inteligente” está en fase de pruebas ya que, como toda IA, comete errores (lo que en la jerga se dice “alucina”) y Google no se puede permitir estos errores por la responsabilidad que tiene por su misión.

Podés probar estas funcionalidades y muchas más entrando a https://labs.google/. Te lo recomiendo, te vas a sorprender con las herramientas que aún no han salido y que pronto van a seguir cambiando nuestra relación con la información y la creatividad.

Desde el punto de vista empresarial, el SEO, la optimización de la web de tu empresa para que aparezca en el motor de búsqueda se ha vuelto más importante que nunca. Te recomiendo que busques empresas en SEO, es el momento porque las búsquedas han cambiado para siempre. Y la calidad de tu contenido se ha vuelto clave.

En tu día a día, vas a empezar a interactuar en forma natural escribiendo o con voz con herramientas de IA Generativa. Y más adelante, con la evolución de las interfaces cerebro/máquinas, vas a interactuar sólo con tu pensamiento. Sin necesidad de expresarlo físicamente. A ese mundo vamos.

Ahora amigo lector: nunca va a ser reemplazado de nuestra cultura eso de juntarse con amigos alrededor de un fuego y una carne asada. O contarnos historias e interesarnos por el otro. Es más, soy un convencido de que caminamos hacia una vuelta al humanismo 2.0.

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