La excursión a Jujuy dejó saldo negativo en San Martín. No sólo porque al “santo” se le escapó una nueva oportunidad de treparse a la cima, sino también porque dejó una imagen preocupante y porque ese duelo vio caer el invicto de Darío Sand.
El arquero llegó a los 1.114’ sin recibir goles y quedó a un minuto de igualar la marca de Alejandro Otamendi. A los 37’, tras un despeje corto de Gustavo Abregú, la espalda de Iván Molinas (marcó en contra) puso fin a la extensa racha que ostentaba el arquero. “Sabía que podía pasar”, anticipa Sand, que no pudo reaccionar frente a la intervención de su compañero.
El sinsabor se magnifica si se considera que minutos antes le había tapado un penal a Blas Palavecino. “No quería pensar tanto en el tiempo exacto. Mi cabeza estaba en el partido. Cuando me enteré que me faltaba un minuto, lo tomé con tranquilidad; no pasa nada. Lo único que quiero es que el equipo siga teniendo confianza”, comenta.
Sand fue autocrítico con el rendimiento del equipo. Entre los errores que remarcó, hizo énfasis en que el “santo” cedió demasiados tiros de esquina, vía por la que Gimnasia llegó a los dos goles. La afirmación se certifica con la estadística: San Martín entregó 12 córners en todo el partido; mientras que sólo lanzó dos. “Me parece que fue un partido sin muchas situaciones para ambos lados, pero nos complicaron mucho con la pelota parada. Dimos muchos córners y les permitimos generar peligro. También tuvimos algunas intenciones que, por detalles, no terminaron en el arco. Diego (Flores) seguro revisó el partido y habrá sacado sus conclusiones sobre lo que tendremos que corregir”, explica, aunque reconoce que el equipo no debe perder el foco. “Pese a que hace mucho que no perdíamos y a que la cosa venía bien, tenemos que mantener una línea. Intentó transmitir confianza e ilusión porque todavía falta mucho. Las derrotas tienen que llevarnos a ser mejor equipo; tenemos que aprender de lo que hicimos”, agrega.
Durante el invicto que se extendió por 11 partidos, Sand admite que tiene una tapada favorita. “Me gustó mucho la doble atajada frente a Patronato porque estábamos de local. Fue lindo sentir los aplausos de la gente dos veces consecutivas”, confiesa, mientras asegura que los duelos frente a San Martín de San Juan y Güemes de Santiago del Estero fueron los más difíciles. “Ambos fueron partidos de visitante y nos patearon muchas veces al arco”, puntualiza.
El arquero asegura que los goles del “lobo” no manchan su buen presente en la temporada. Al contrario, siente que expuso la mejor versión de su juego. “Me parece que es uno de los mejores momentos de mi carrera. Lo que significa el club y lo que se genera magnifica todo. Pero hubo muchos momentos en los que me sentí muy bien, sólo que ahora se dio en un momento bueno del equipo. Estábamos muy firmes en defensa y eso ayudó a que tengamos ese invicto tanto tiempo”, indica.
Sand recuerda sus inicios en las inferiores de River y confiesa que sentía gran admiración por Franco Costanzo. “Lo admiraba mucho. Me acuerdo que cuando era alcanzapelota me iba detrás del arco de él para poder verlo de cerca. Lo miraba e intentaba imitarlo en un montón de cosas. Con el tiempo, me di cuenta que uno tiene que explotar sus cualidades. Uno tiene que ver las virtudes de los demás pero hacerlas a su manera. Eso hizo que fuera encontrando mi manera de atajar y de marcar mi estilo”, explica.
Por último, el correntino advierte que pese al buen momento el objetivo no está cumplido. “Lo único que pienso es ir partido a partido. Estamos haciendo todo lo posible para poder lograr la meta de volver a Primera; hay que devolver al club al lugar que se merece”, sentencia el arquero que reconoce que todavía queda un camino de 18 fechas por recorrer y que hay varios puntos a corregir. Eso sí, confía en que el equipo logrará reponerse de manera rápida del golpe sufrido en Jujuy y que lo mejor está por venir.