25 Junio 2024
Axel Kicillof.
El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, admitió diferencias adentro del peronismo, luego de que la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, protagonizó un cruce con su homólogo de Avellaneda, Jorge Ferraresi.
La interna peronista asomó fuerte días atrás en Buenos Aires; hasta hace algunas semanas todo se venía desarrollando de manera subterránea, y se mostraba una especie de tregua que incluía mensajes entre Kicillof y el presidente del Partido Justicialista (PJ), Máximo Kirchner.
Pero el martes la crisis se hizo pública. Mendoza participó de la firma de un convenio con Provincia Leasing en la gobernación bonaerense y exteriorizó su malestar por el acto político que el día anterior había protagonizado Ferraresi en Quilmes.
Mendoza dijo ante Kicillof y otros intendentes que ella decidía “cuando la tomaban de pelotuda”, y que “esto va a traer consecuencias”. Ferraresi no se amilanó; el viernes encabezó un acto en Lanús, donde gobierna Julián Álvarez, dirigente de La Cámpora. Para este espacio político, los movimientos de Ferraresi son una declaración de guerra. Luego, Ferraresi redobló la apuesta. “Escuchaba a alguien que decía que lo que hacemos nosotros va a traer consecuencias. Y son las consecuencias que estamos buscando”, desafió Ferraresi. Además de los concejales y dirigentes locales también lo acompañó el intendente de Berisso, Fabián Cagliardi. “Sos pieza especial en la reconstrucción que llevará adelante nuestro gobernador”, le dijo el último.
Distancia
Kicillof admitió que existen las discusiones, pero tomó distancia de ellas. Ayer ponderó la unidad que se consiguió en el Senado, donde el peronismo rechazó a la “Ley Bases”. Desde el entorno de Mendoza plantearon que Kicillof no puede estar ajeno a los movimientos que llevaban adelante dirigentes de su cercanía política.
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