¿La pasión tiene límites? No. O, por lo menos, esa fue la respuesta de los hinchas de San Martín que se reunieron en el estadio “23 de Agosto”. La afirmación se contrasta con sólo charlar con un par de fanáticos. Claro, cada uno de ellos tiene una historia de fondo en la que las locuras y los sacrificios no faltaron.
En una de las veredas de la plaza polideportivo “20 de Junio”, José Avellaneda da fe de ello. “Con mi novia cumplíamos un mes más de relación, pero decidí dejarla para venir a ver a San Martín. No hubo ningún reproche ni reclamo de ella porque entiende que esto está primero”, confiesa, mientras asegura que el viaje fue improvisado. “Se dio de casualidad. Tenía un amigo que sí o sí iba a venir y, a último momento, me llamó diciendo que otros hinchas se habían bajado. No dudé un segundo en decirle que sí. Entré por la ventaja, ja”, dice. “Tenía algo ahorrado y mi amigo me dio una mano para llegar con la plata. Gasté alrededor de $40.000 con la entrada incluida”, comenta.
Josefina Selada protagonizó una historia con un tinte diferente. Si bien reconoce que la salud es una de las prioridades humanas, decidió contradecir las indicaciones médicas para estar cerca del club de sus amores. “La semana que viene tengo que operarme por una rotura de ligamentos. Mi papá me dijo muchas veces que no viniera, pero ya tenía todo organizado para viajar. Sabía que tenía que cuidarme, pero quería venir. Entonces me escapé de mi casa porque ya tenía hasta la entrada. No podía frenarme porque sabía que iba a venir igual”, cuenta. “Vine con mis dos mejores amigos”, añade.
El fin de semana largo también fue un aliciente para que los hinchas decidieran largarse a la ruta. “Era una oportunidad perfecta. En mi caso, dejé a mi mujer y mí a hija en Salta para que visiten a la abuela. Ahora, a la vuelta, las buscó porque ya nos vamos a Tucumán”, expresa Juan José Martínez, que no tenía planificado el viaje. “No lo tenía previsto, pero son gustos que uno se da. Siempre intentó seguir a San Martín; ya sea con la familia o solo”, puntualiza.
Otros aprovecharon la oportunidad para organizar una excursión con amigos. Uno de esos casos fue el de Francisco Aguirre, Carlos Aguirre, Rafael Díaz y Tomás Ocampo que se instalaron en las inmediaciones del estadio. “Somos amigos de la cancha y siempre nos organizamos para viajar de visitante. Cuando está la posibilidad, hacemos lo imposible para seguir al equipo. Incluso pedimos plata prestada para venir a Jujuy”, asegura Carlos.