Sexualmente hablando: sexo de manual

Sexualmente hablando: sexo de manual

Sexualmente hablando: sexo de manual

Es notable lo democratizada que está hoy la información. Se advierte sobre todo en relación a la sexualidad, históricamente un tabú. Basta ir a una librería para encontrarse con una importante sección dedicada al tema o, por supuesto, buscar en internet, donde abunda el material (serio, en buena medida).

Sin contar los muchos influencers, especialistas en sexología, que comparten contenido en las redes, responden preguntas y abordan mitos y creencias erróneas en torno al sexo.

No fue siempre así, por supuesto. Y a este recorrido se refiere el autor británico Stephen Arnott en su libro “Sexo. Manual del usuario”.

Pioneros en tantos asuntos, fueron los chinos, hace alrededor de 5.000 años, quienes escribieron los más antiguos manuales sobre la vida sexual. Uno de los primeros fue el “Xuan Nu” o “Manual de los misterios femeninos”, destinado a servir de ayuda al llamado “Emperador amarillo”. A menudo, estas obras mezclaban el misticismo con la medicina, ya que los taoístas de la época estaban convencidos de que el sexo proporcionaba salud y fomentaba la armonía entre el yin y el yang.

Muchos tenían títulos soberbios, como “La explicación del sentido de la investigación de la verdad, por el Gran Inmortal del esplendor del oro y la púrpura” o “El verdadero clásico acerca de la unión absoluta, por el consejero omnisciente el caballero Ch’n-Yang”.

Pero otros no se andaban con vueltas: “Visita a la cueva salvaje”, “El reclinatorio de la carne” o “Manual del sexo para las muchachas sencillas”.

Luego están los tratados más conocidos y vendidos hasta el día de hoy: el Kama Sutra, originario de la India y obra de Vatsyayana (hacia el año 100 d.C.), y el Ananga Ranga, escrito en el siglo XVI por el poeta Kalyana Malla. Del mismo siglo proviene “El jardín perfumado”, del noble de origen árabe Omar ibn Muhammad al-Nefzawi.

Muchos de ellos proporcionaban instrucciones detalladas y descripciones de lo más precisas. En Japón y China se conocían como “libros de almohada”, “libros de novia” o “pantalones para el tronco” y solían incluirse en el ajuar de las jóvenes con el fin de aleccionarlas.

Consejos para la cópula

En Europa, uno de los más reconocidos manuales antiguos fue “Los sonetos sobre los XVI modos de Aretino”, una obra del siglo XVI que describe 16 posturas sexuales básicas. Otro famoso compendio fue “Las obras maestras de Aristóteles”, reimpreso en innumerables ocasiones -aunque seguramente su autor no fue Aristóteles- y descripto como un “manual para comadronas”. Contenía abundante información sobre “el uso y la acción de los genitales”, así como “consejos para ambos sexos acerca de la cópula”. Libro de referencia en la época victoriana, era a menudo adquirido por correo.

Ya en el siglo XIX, muchos textos sobre sexualidad daban consejos a las mujeres acerca de métodos anticonceptivos. Se destacan “El libro de las mujeres”, escrito en la década de 1820 en Gran Bretaña y “Religión física, sexual y natural”, escrito en 1855 por George Drysale, un estudiante de medicina de Edimburgo. Les siguieron “Actividades sencillas de jóvenes y viejos: una visión general de la historia natural y de la higiene en la vida orgánica” (1886), “Qué debe saber una mujer a los cincuenta y cinco” (1902) y, en 1918, “El amor matrimonial”, escrito por Marie Stopes, una de las primeras feministas.

Muy pronto, las estanterías se llenaron de esa clase de libros: “El matrimonio ideal” (1929), “El amor sin miedo” (1940), “Vivir con un hombre y gustarle” (1942), “Todo lo que usted quería saber sobre el sexo, pero no se atrevía a preguntar” (1969) y “El goce de amar” (1972). Este último, del autor británico Alex Comfort, fue todo un best-seller: vendió más de 12 millones de ejemplares y fue traducido a 24 idiomas.

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