La soja, un alimento común en muchas dietas, fue objeto de debate debido a sus componentes de isoflavonas, conocidos como estrógenos vegetales. Se pensó que los niveles altos de estrógeno pueden estar relacionados con un mayor riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, estudios demostraron que los productos de soja no contienen niveles de estrógeno suficientemente altos como para aumentar significativamente las probabilidades de desarrollar cáncer de mama.
La perspectiva de los expertos
La Mayo Clinic, aclara que consumir productos de soja con moderación puede ser beneficioso y no aumenta el riesgo de cáncer de mama. "He intentado por años desmentir el mito sobre la soja y el cáncer de mama. Y parece que el mensaje aún no llega porque, casi todos los días, cada paciente que recibo se preocupa por el consumo de los productos de soja", afirma la doctora Mussallem.
Beneficios de la soja
Muchas personas disfrutan de productos de soja como las hamburguesas, tofu y milanesas. Estos productos son una excelente fuente de proteína vegetal y, según la doctora Mussallem, no aumentan la probabilidad de desarrollar cáncer de mama.
De hecho, la soja contiene isoflavonas, un tipo de fitoestrógeno conocido por sus propiedades beneficiosas. Aunque tiene una estructura química similar al estrógeno humano, la soja se adhiere a los receptores de estrógeno del tejido mamario de manera diferente, actuando posiblemente como un supresor de tumores.
Consumo de soja después del diagnóstico de cáncer de mama
"La soja no solo es una gran forma de obtener proteína vegetal después de un diagnóstico de cáncer de mama, sino que también puede mejorar los resultados del cáncer de mama", asegura Mussallem. Los fitoestrógenos presentes en la soja pueden ayudar a regular los receptores de estrógeno en el cuerpo de manera que podrían suprimir el crecimiento de tumores.
La profesional enfatiza la importancia de una dieta equilibrada para la prevención del cáncer de mama. Es crucial evitar los alimentos ultraprocesados, incluidas las carnes procesadas, y limitar el consumo de carnes rojas y lácteos ricos en grasa. En su lugar, se recomienda consumir una amplia variedad de frutas y verduras coloridas, granos enteros, legumbres, nueces y semillas.