Fiebre alta y dolor de cuerpo. Lo más común es pensar en gripe a esta altura del año. Pero también podría ser dengue. El virus sigue activo en nuestra provincia pese a que las temperaturas no son muy altas y a que estamos a pocas horas del comienzo del invierno.
Este año, al igual que en 2023, la enfermedad que transmite el Aedes aegypti rompió con la estacionalidad y volvió a demostrar que ya no es una patología que se concentra en el período estival de altas temperaturas y que desaparece a fines de mayo. La transmisibilidad sigue presente todavía, al punto que en las dos últimas semanas se notificaron 1.332 nuevos casos. Tucumán sufrió este año la peor epidemia de la enfermedad, con 67.293 contagios, el 70% más que el año pasado.
Además, la provincia sumó en los últimos 15 días ocho muertos por la enfermedad (eran casos que estaban en investigación). Ya son 32 los tucumanos que fallecieron por esta causa. Teniendo en cuenta las cifras de hace un año, los decesos se multiplicaron por cuatro y esto llamó la atención de los médicos porque la epidemia fue mucho más grave esta vez. Además, en el primer semestre del año, el dengue fue una de las principales causas de ausentismo laboral y escolar.
Explicaciones
¿Qué pasó este año? Es lo que se están preguntando por estos días los expertos, a quienes les preocupa que el dengue siga activo en pleno invierno y todo el año.
Cualquier día de calor como los que se han registrado en la última semana favorece que los mosquitos se desarrollen. Es por eso que los agentes sanitarios siguen realizando todas las semanas operativos en los barrios para concientizar a los vecinos sobre la importancia de eliminar potenciales criaderos de Aedes, explicó Leandro Medina Barrionuevo, titular la Dirección General de Salud Ambiental.
“Estamos ante una epidemia histórica, que hoy nos lleva a que sigamos registrando casos, aunque ya hay un descenso importante de contagios. Todavía hay circulación del mosquito Aedes aegypti. Hemos tenido temperaturas que llegaron a una mínima de cinco grados y, sin embargo, seguíamos encontrando actividad del mosquito”, remarcó.
Según detalló, a través de sensores donde los Aedes ponen huevos, detectan si es que hay actividad del insecto. Estos sensores están ubicados en distintos puntos de la provincia. “La última semana, con el efecto del viento sonda, hemos tenido un aumento importante de temperatura en la región centro del país, que también tuvo su impacto en nuestra provincia. Y eso se vio reflejado en estos sensores con un aumento en la cantidad de huevos registrados”, especificó. Y por eso insistió en las recomendaciones para eliminar todos los recipientes que tengamos en casa y que puedan acumular agua.
Actualmente hay pocos casos activos, y la gran mayoría se registran en Yerba Buena y en la capital. La curva de contagios está en descenso, aclaró la directora de Epidemiología, Romina Cuezzo.
Falsa creencia
Los expertos sostienen que no hay que confiarse en la relación entre el descenso de la temperatura y la desaparición de los Aedes aegypti. Se calcula que debajo de los 15 grados el mosquito no sobrevive, pero hay otros factores que entran en juego y que explican por qué aunque estemos casi en invierno no desaparece el riesgo de contagio.
“Las formas adultas de Aedes, en general, mueren con los fríos extremos cuando están en el exterior. Pero hay un ciclo interno dentro de los hogares que mantienen criaderos activos en sitios más cálidos. Si bien el ciclo de vida se vuelve más lento, cuando hay condiciones favorables se reinicia”, aclara Giselle Rodríguez, doctora en Biología, perteneciente al Instituto Superior de Entomología (Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo de la UNT) y al Instituto Nacional de Medicina Tropical (Sede Tucumán).
Ya en 2023, según la investigadora, se detectó una extensión del periodo de actividad del vector, registrándose actividad reproductiva, es decir puesta de huevos, hasta junio. Incluso se encontraron larvas en lugares poco frecuentes, como charcos, en agosto.
Ademas, aclaró que si bien las larvas y los adultos suelen desaparecer con el frío y la sequía, los huevos permanecen en estado de resistencia por periodos prolongados, en ocasiones superiores a un año, siendo capaces de eclosionar cuando se presentan condiciones relativamente óptimas.
“Las larvas también detienen su crecimiento ante condiciones desfavorables y lo reinician cuando se restablece un contexto más propicio para ellas”, añadió.
La preocupación es que pueda ocurrir lo que se registró en el NEA durante el año pasado, donde tuvieron transmisión sostenida del virus incluso en todo el invierno. “Habrá que ver qué pasa este año, si el frío ayuda o no a detener la actividad del mosquito y la tasa de replicación del virus”, dijo la investigadora.
Según Rodríguez, el cuidado debe ser continuo porque si el virus circula de forma ininterrumpida y hay mosquitos, corremos el peligro potencial de que ingresen otros serotipos de la enfermedad, que en total tiene cuatro serotipos. “El DEN 3 y el DEN 4, si bien ya circularon antes en la provincia, lo hicieron de manera focalizada. Además, pueden ingresar otros virus como el Chikungunya y el zika, que circulan en otros países de la región”, especificó.
Según la opinión de experta, la gran cantidad de contagios que se registró este año se debió a la co-circulación de los serotipos DEN 1 y DEN 2. Muchas personas sufrieron reinfecciones y por eso, según opinó, también hubo casos de mayor gravedad y más cantidad de casos mortales. En la actual epidemia, circularon los serotipos DEN 2, DEN 1 y, en menor cantidad, DEN 3. “Si esa ecuación cambia, algo que es difícil de predecir, habrá más posibilidad de contraer una nueva infección por otro serotipo y se nos complicará el escenario”, agregó.
En el país
A nivel nacional se notificaron 526.030 casos de dengue. La mayor incidencia acumulada hasta el momento es la de la región NOA. La cantidad de contagios que registra el país lo ubica segundo, luego de Brasil, que tiene más de siete millones de infectados, entre los países con más población que contrajo la enfermedad en la región a lo largo de la epidemia actual.
Uno de los anuncios que mantiene la expectativa en la región es la vacuna contra el dengue, que supuestamente se empezará a colocar en agosto en las zonas endémicas del NEA y NOA
La población objetivo para aplicar las inmunizaciones serán las personas de 15 a 39 años en departamentos priorizados según situación epidemiológica. Es decir zonas endémicas; por lo tanto aún no hay precisiones si todo Tucumán está incluido.
La campaña de vacunación se hará por etapas y se avanzará de manera dinámica, progresiva y escalonada según disponibilidad de vacunas y estrategias ya implementadas por las jurisdicciones. Está previsto que comiencen a inmunizar a los jóvenes de 15 a 19 años. En nuestra provincia, ya se vacunaron los empleados que prestan tareas esenciales en el área de salud, educación y seguridad.
La importancia de la prevención: las recomendaciones que siguen vigentes
El ingeniero Leandro Medina Barrionuevo habló sobre las medidas de prevención necesarias, incluso en pleno invierno, para evitar que haya casos de dengue.
“Cualquier recipiente puede haber acumulado una pequeña cantidad de agua, y allí es donde la hembra del mosquito va a colocar sus huevos, en las paredes”, destacó. Aunque haga mucho frío, esos huevos son capaces de resistir y eclosionar cuando suba un poco la temperatura.
Eliminar los recipientes es clave. Otros criaderos a tener en cuenta son los tanques que se encuentran en el techo de nuestras casas o las cisternas. “Revisar una vez a la semana si encontramos baldes, botellas, latas, juguetes de los niños; todos esos receptáculos que pueden acumular agua, y moverlos hacia un sitio donde queden bajo techo, o dejarlos en cierta posición para que junten líquidos. Eso ayuda a que el mosquito no encuentre dónde ir a colocar sus huevos”, señaló el especialista.
También es importante tener en cuenta los recipientes fijos, como las canaletas, apuntó. “Estamos en otoño, ya por empezar el invierno, y en esta época los árboles, por una cuestión fisiológica, desprenden ramas y hojas, y mucho de ese material vegetal va a parar a las canaletas. Entonces es importante hacer la limpieza de estas, porque si no, cuando se produzcan las primeras lluvias, el agua se va a estancar y se puede generar un criadero para el mosquito Aedes aegypti. Además, también es posible que el mosquito haya adherido algunos huevos en las paredes de las canaletas. Entonces, es importante el cepillado de todos estos espacios y de las paredes internas de los recipientes”, recomendó.
También habló de las piletas de material. “Aunque en esta época no se las utilizan, deben estar con tratamiento, de manera que tengan altas concentraciones de cloro para evitar la proliferación de los estados inmaduros del mosquito, o bien deben ser vaciadas. Asimismo, hay que desarmar las piletas de lona”, puntualizó.
“Luego tenemos todo aquel material inútil, que ya no tiene una función en nuestra casa, a veces son lavarropas, heladeras, botellas viejas, latas. Es importante descartar todos estos objetos que no le vamos a dar una utilidad. Debemos aprovechar esta época en la que no tenemos lluvia para limpiar, raspar bien las paredes, desprender los huevos y dejar ese recipiente de manera que no acumule agua a futuro y se termine transformando en un criadero”, remató. Todos estos consejos y otros se pueden encontrar en la página de instagram @direcciondesaludambiental.