18 Junio 2024
FOTO LA GACETA / MATÍAS BAGLIETTO
Pasaron cuatro años y medio desde que una denuncia estremeció la política nacional. Una mujer, en un mensaje desgarrador, acusó al tres veces gobernador y entonces senador, José Alperovich, de múltiples abusos sexuales ocurridos entre diciembre de 2017 y diciembre de 2018. La joven, cuya identidad se mantiene en reserva para protegerla, aseguró que los abusos tuvieron lugar tanto en esta provincia como en Buenos Aires, durante sus viajes para cumplir funciones en el Congreso Nacional.
Alperovich, quien nunca renunció a su cargo ni fue presionado por su espacio político para hacerlo, cumplió su mandato y utilizó sus fueros parlamentarios en un intento por trasladar la causa a Tucumán. La denuncia, sin embargo, salió de la provincia con la intervención de la Fiscalía Especializada en Violencia contra las Mujeres, a cargo de Mariela Labozzetta, y del fiscal Santiago Vismara, desarrollándose en la Justicia nacional.
El juicio contra Alperovich comenzó el 5 de febrero y ha visto desfilar a docenas de testigos en audiencias semanales. Alperovich, de 69 años, declaró varias veces acompañado por su hija Sara y otros miembros de su equipo de campaña, incluido el círculo cercano en el que también estaba la denunciante.
"Yo no abusé de ella, eso es una mentira. Yo soy un hombre de casi 70 años", afirmó Alperovich. La denunciante es hija de un primo hermano suyo, y aunque en los medios se la refería como su sobrina, Alperovich aclaró: "Son títulos que se ponen, dicen que es mi sobrina pero ella nunca me dijo tío y yo nunca le dije sobrina".
Durante la etapa de testigos de la defensa, el fiscal de juicio, Sandro Abraldes, y los abogados querellantes, Pablo Rovatti y Carolina Cymerman, del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos de la Defensoría General de la Nación (DGN), pidieron que tres testigos fueran imputados por falso testimonio.
Estos testigos son Manuel Frías, mozo de Alperovich durante la campaña electoral de 2017-2019; Víctor Hugo Decataldo, empresario de transportes y pareja de la hija de Alperovich, Sara; y David Cayatta, ex custodio y chofer de Alperovich. La situación de estos testigos deberá definirse este martes.
FOTO LA GACETA / MATÍAS BAGLIETTO
El veredicto
El fiscal Abraldes solicitó una pena de 16 años y 6 meses de prisión para Alperovich, considerándolo autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual, incluyendo tres intentos de abuso y seis actos de violencia sexual agravada.
La querella, por su parte, reclamó una pena de 22 años de cárcel y ha pedido que, de ser condenado, Alperovich sea detenido inmediatamente en el Tribunal Oral N° 29, ubicado en la calle Paraguay al 1.500, en Capital federal, sin esperar que la condena quede firme.
Abraldes fue más allá, solicitando la prisión preventiva y custodia policial para Alperovich para evitar el riesgo de fuga. Según el fiscal, Alperovich tiene los recursos, el dinero y el poder para evadirse y escapar de la justicia. El juez Juan Ramos Padilla accedió a este pedido, y Alperovich estuvo bajo custodia policial durante los últimos ocho días.
Así, con todo esto, a las 20 se conocerá el veredicto que podría marcar un hito en la lucha contra la violencia de género y el abuso de poder en la política argentina. Las últimas palabras de Alperovich este mediodía fueron: "No voy a hacer uso de la palabra, señor juez".
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