Una historia de amor adoptivo que busca ser imitada

Una historia de amor adoptivo que busca ser imitada

Adriana Tucci presenta en la Casa de la Ciudad “¡Son tres!”, el libro en el que desentrañó su experiencia al convertirse en madre de tres hermanos, hecho que le cambió la vida. Su mensaje y un relato local muy similar.

Una historia de amor adoptivo que busca ser imitada

Cuando el reloj marque esta noche las 20, en la Casa Museo de la Ciudad de San Miguel de Tucumán (Salta 532) se contará una historia de amor adoptivo que invitará a abrir el corazón y la mente. Allí se hablará de ahijar, que no es nada más ni nada menos que hacer familia, y de animarse a conocer un cariño inmenso.

“¡Son tres!” es el libro en el que Adriana Tucci cuenta su experiencia en el camino de la adopción. Se presentará por primera vez en nuestra provincia para sacar dudas y también derribar algunos mitos de ese proceso.

La escritura recorre de manera autobiográfica los pasos de esa ingeniera civil desde cómo construyó su deseo de ser madre en soledad, el impulso que la llevó a la adopción, y hoy su maternidad de la mano de tres hermanos que llegaron para crecer bajo su afecto y cuidado.

Para dar un pequeño adelanto de todas estas emociones, la autora del libro brindó declaraciones a LA GACETA en la previa al encuentro con los lectores del “Jardín de la República”.

Compartir sus vivencias

“Hoy van a conocer nuestra historia de amor”. Con esas palabras Adriana empezó a anticipar la presentación que la trajo a nuestra tierra. Y reflexionó: “van a poder comprobar que nuestros sueños, cualesquiera que sean, se cumplen si trabajamos en ellos, nos abrimos y nos dejamos sorprender. Que la vida nos presenta situaciones a resolver y podemos salir fortalecidos aun de las que parecen más duras”.

Mientras que sobre las páginas que escribió, reveló: “en el libro cuento desde cómo llegué a la decisión de adoptar, cómo fueron los trámites, mi preparación durante la espera, cómo nos conocimos y empezamos a transitar nuestra vida juntos, construyendo nuestro vínculo, adoptándonos mutuamente”.

“Decidí compartir todo esto cuando me di cuenta de que podía ayudar a derribar algunos mitos que existen en relación a la adopción”, advirtió respecto al tema Tucci y dejó algunos ejemplos: “se dice que es muy complicado, que hay que esperar mucho, que hay que estar en pareja...”.

Concientizar

Detrás de la idea de contar su experiencia, Adriana también tiene un deseo muy profundo, y es que haya más finales felices como el suyo junto a sus tres hijos. “Mi objetivo es que más niños sean adoptados, que más adultos se animen a ahijar, porque en la Argentina hoy hay 2.200 niños, niñas y adolescentes esperando ser adoptados”, contó.

En ese punto, le dejó un mensaje a quienes consideran la adopción como un sendero para alcanzar la familia que sueñen: “¡Que vayan para adelante! El amor que van a recibir va a ser infinito. Que se animen a ahijar niños grandes, grupos de hermanos, niños con alguna condición de salud. Todo niño, niña y adolescente tiene derecho a vivir en familia”.

A la vez, la autora destacó que “es importante dejarse acompañar por profesionales especializados y por otros padres/madres adoptivos”. Consultada sobre lo que ella desea que se lleven quienes asistan a la exCasa Sucar, es una gran enseñanza: “que el amor es el ingrediente más importante de la vida en todo lo que emprendemos”.

“Todos merecemos amar y ser amados. Teniendo en cuenta eso, cada día podemos hacer algo por alguien y eso, nos hará sentir mejor. Nos permitirá vivir en paz”, razonó.

Cosquillitas

La llegada de Adriana con sus vivencias, está entrelazada a otra historia con tintes muy similares.

El libro de la ingeniera tocó las fibras más íntimas de una mamá adoptiva tucumana, que sintió que su experiencia era muy similar a la de Tucci. Ella y su pareja también se convirtieron en madres de tres hermanas, que hoy crían con todo el amor con las que esperaron por su adopción plena.

En esta nota y por pedido de ambas, sólo se publican las iniciales de sus nombres, P y L, porque el verdadero protagonista es el mensaje que quieren dar. “En Tucumán hay varias familias de adopción múltiple y nuestro propósito es invitar a las personas a que se animen a dar este paso en la adopción”, mencionaron.

Una historia de amor adoptivo que busca ser imitada

“Lo hablamos con otras cinco mamás adoptivas y decimos que se siente como una cosquillita en el corazón de quienes quieren ahijar a un niño y tener esta experiencia de ser mamá o papá”, afirmaron.

“Por eso buscamos animar a que se venzan esas conversaciones internas o esos juicios que se pueden tener, que el niño debe ser bebé, porque los juicios de adoptabilidad suelen durar de tres a cinco años. Entonces, cuando un menor está en situación de adoptabilidad, probablemente ya tenga entre tres y nueve años y hasta sea adolescente”, aseveraron las mamás.

“Esa experiencia que vos querés vivir, no depende de la edad de un bebé, sino del hecho de animarse a ir a más grande”, sentenciaron.

Su testimonio

Las mamás hablan de animarse porque ellas mismas debieron hacerlo y hoy lo celebran junto a sus hijas. “Cuando llegaron ellas tenían tres, cinco y siete años y nosotras estábamos con todos los miedos, como cualquier mamá”, rememoraron.

“Sin embargo fue y es hermosa la experiencia que hoy vivimos con nuestra hija, que hoy tiene nueve años y solo el amor”, puntualizaron. “Todos tenemos la ilusión de tener un bebé. Nosotras, de hecho, en nuestra carpeta teníamos hasta tres años porque pensábamos ‘queremos jugar con nuestra hija’, y hoy nos damos cuenta que jugás siempre”, refirieron.

“Ser mamá es ir más allá de cambiar un pañal, es el amor que recibimos y todo lo que aprendés en el camino”, acentuaron las tucumanas que cumplieron su sueño.

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