Mañana habrá tiempo para jugar, hoy todos celebran aunque ninguno haya ganado. Los Tarcos, San Martín, Atlético, Huirapuca, La Querencia, Natación y Gimnasia, Monteros Vóley, Cardenales y Famaillá, los animadores del máximo torneo masculino que organiza la Asociación Tucumana Amateur de Hockey (ATAH) no festejarán goles, sino que agasajarán a los papás. La jornada de competencia dominguera habitual se pasó para mañana aprovechando también el feriado.
¿Cómo calificar la decisión? El “ni” intermedio viene bien porque sí, está linda la idea de festejar en familia, pero para nada hubiese molestado que la celebración hubiese sido en el club. Padres e hijos hubiesen gozado de igual manera la fecha especial en la cancha, quizás hasta más.
“Mañana, obviamente, quiero regalarle un buen partido y tal vez un gol, si se puede”, deseó Francisco González. Fernando, su papá, que lo entrena en Cardenales espera que contra Atlético Tucumán, el festejo del día del padre se prolongue 24 horas más. “Espero, así podamos disfrutar otra vez el deporte que nos une”, anheló el técnico de “nales”.
Sebastián Molina, asegura que ya ha recibido varias veces el mejor obsequio que puede tener en su día gracias a sus hijos. “Con ‘Mauri’, el más grande, jugamos en central Córdoba desde 2018 y pasamos varios días del padre jugando. Con ‘Facu’, el año pasado compartimos cancha. Esos son los mejores regalos”, sostuvo el DT de la Primera de Los Tarcos.
Sí, “Castor” es un privilegiado de la vida: pocos padres pueden tener esa casi gracia divina de haber jugado y luego dirigir a dos hijos. “Voy a poner un poco más de mí para no hacerlo renegar en su día. Siempre trato de dar lo mejor, pero voy a poner un extra”, anticipó Facundo. Es una muy buena oportunidad para que el jugador de 17 años ponga más.
Es que su papá deberá diseñar el esquema para sacar la mayor cantidad de puntos ante Huirapuca, campeón en 2022. “Espero regalarle un gol, una victoria o, mínimo, un buen partido”, se subió Mauricio al espíritu de su hermano. Con la garantía que sus hijos saldrán a la cancha con unas ganas particulares de triunfar, papá lo mismo seguirá siendo como es; así le sale. “Trato de ser muy objetivo al respecto. A ellos los exijo mucho más, en momentos me paso un poco”, reconoció Sebastián que en la cancha no tiene hijos, sino todos jugadores.
En casa de los Aparicio, a diferencia de los González o los Molina, hay camisetas diferentes. Papá e hijo son rivales. Sebastián no le pide a Thiago que no le marque goles a su equipo, Monteros Vóley. “El único regalo que me puede dar es que siga con esa humildad que tiene y respeto y haciendo lo que más le gusta”, pide el padre del delantero de Los Tarcos que en la última fecha anotó por dos. El duelo entre ambos se producirá en la fecha 10. Ahí veremos cómo queda el historial entre ambos, corto por cierto. “Nos enfrentamos dos veces. Él ganó uno y el otro terminó empatado”, comentó Sebastián.
Es muy probable que el “mano a mano”, en ese partido por el Anual sea el último como rivales. “Me gustaría compartir cancha con él. El año que viene podremos cumplir el sueño de ambos en Los Tarcos, en mi último año”, anticipó papá que por invitación de Andrés Takeshi Shiroma; su amigo, jugador y DT, se sumó al proyecto de Monteros Vóley que sigue dando frutos. “Jugábamos en Central Córdoba los dos y cuando se desarmó, dejé de jugar un tiempo. Thiago siguió jugando con todos sus compañeros en Los Tarcos. La propuesta de Takeshi, la acepté sin pensarlo y feliz”, explicó los motivos por los que son rivales y no compañeros.
Es difícil que hoy no se hable de hockey, por más que la meta de la ATAH haya sido interponerse lo menos posible en el festejo del día del padre. En la casa de los González habrá anécdota para clarificar porqué Francisco terminó jugando al hockey. “Comencé a jugar a los 12 años en Juventud Unida con un grupo de amigos. En 1999 me cambié a Cardenales. Un compañero de equipo me presentó a Marcela, con quién me casé y tuvimos tres hijos”, va dando ejemplos de lo que el palo y la bocha generó en su vida. “Tuve la suerte de formar parte del único equipo de caballeros en realizar una gira por Europa. Todas esas alegrías me llevaron a que lo haga participar de este deporte para que disfrute igual o más que yo. Francisco era un espectador más todos los domingos y a los cuatro años ya iba conmigo a los entrenamientos y se entrenaba en las infantiles”, relató el camino que los llevó a formar el tándem DT-jugador que curiosamente genera más conflicto que el natural de padre-hijo. “Tenemos muchas diferencias como DT y jugador. Peleamos más por eso que por otra cosa”, reconoció entre risas. Puede ser porque dentro del campo de juego tienen visiones bien distantes. “Yo siempre jugué de delantero y a él yo siempre lo vi como central. Es más en los seleccionados que participó jugó de defensor”, sostuvo González padre.
Para Molina el hockey también tuvo una tremenda influencia y por eso no hubiese lamentado que el festejo del Día del Padre coincidiera con un partido. “Somos una familia que jugamos o jugaban al hockey. Mis hermanos, mi esposa... los chicos nos acompañaban desde niños a todos lados”, detalló el técnico de Los Tarcos.
Y Mauricio lo confirma. “Toda mi vida me la pasé al costado de una cancha”, afirmó feliz “Mauri”. El jugador de 22 años considera que es toda una ventaja tener a su DT en casa. “Podemos conversar, analizar y corregir muchas más cosas. Los tratos a veces son diferentes pero siempre mantenemos el respeto entrenador-jugador. Hablamos mucho de hockey en todos lados, ya que yo también soy entrenador, intento sacarle toda la información que pueda”, reveló el “rojo”.
Hoy será un domingo diferente porque la bocha deja de rodar para agasajar, aunque si no lo hacía, tampoco iba a haber caras largas.