A pocas semanas de cerrar el cuatrimestre, los estudiantes preparan sus exámenes y muchos de ellos buscan fortalecer la memoria para evitar la “mente en blanco”, un problema que suele afectarlos al momento de rendir. Según los especialistas, diversos alimentos, que deben incorporarse en el desayuno y en la cena de la noche anterior, pueden reducir las probabilidades de sufrir estos inconvenientes.
Memorizar fácilmente es la mayor preocupación de cualquier estudiante. “Este proceso de memorización trabaja en tres niveles: la codificación –una especie de fotografía de la información-; el almacenamiento de la información y por último la restitución de la información ya archivada”, según detalla el Instituto Europeo de Dietética y Micronutrición (IEDM).
Los alimentos recomendados para el desayuno
En el desayuno, las proteínas ayudan a luchar contra el letargo de la mañana. Pero además, el queso –sobre todo el blanco-, los huevos y el jamón permiten la síntesis de la dopamina y la noradrenalina. Ambos neurotransmisores participan activamente en la concentración que requiere el aprendizaje, en el proceso de la memoria y también aportan la sensación de satisfacción al memorizar.
Un cerebro despierto, ágil, puede distinguir entre la información relevante y la irrelevante. Esencial cuando se está en situación de examen: hay que rendir mucho en poco tiempo. Para apuntar en esta dirección a la hora del desayuno, hay que pensar en un plato donde se vean frutas secas, duraznos, damascos, pasas de uvas, higos, dátiles.
La dopamina también es una sustancia química que transmite información de neurona en neurona y nos mantiene activos. Los arándanos, el chocolate y el té verde contienen dopamina. La falta de dopamina nos vuelve lentos, descoordinados; el exceso, nos excita innecesariamente.
Incluso la presencia de tics nerviosos se atribuye a veces a su abundancia. En relación con la actividad cognitiva, la dopamina interviene en el aprendizaje inyectándonos dosis de atención, memoria y concentración.
Un desayuno apropiado estimula, además, la secreción de serotonina, la “hormona de la serenidad” que, al ser un precursor de la melatonina, regula el sueño y el humor, e interviene en los procesos de memorización. Además de una buena dieta, el contacto con la luz solar y el ejercicio físico la potencian.
Qué comer la noche anterior a rendir un examen
Según los nutricionistas, el fósforo no puede faltar en la dieta de un estudiante durante sus semanas de exámenes.
Casi todos los pescados que se encuentran en las góndolas tienen fósforo, pero el puesto número uno del ranking lo ocupa la sardina, seguida por los mariscos. La primera aporta 270 miligramos de fósforo en una porción de 100 gramos. Los mariscos, en general, aportan 200 miligramos cada 100 gramos.
Sin embargo, también las carnes rojas y las aves de corral aportan fósforo. Sume al plan de alimentación diario, algún lácteo, huevo, semillas y granos o sus derivados (pan, avena, arroz integral, tortilla), legumbres, papas, espárragos y ese requisito estará cubierto a diario. Quienes tengan enfermedades renales deben consultar con un médico la cantidad de fósforo recomendable en cada caso.