En los últimos años el rugby italiano creció notablemente. Por ese motivo, la liga de ese país se volvió un atractivo para jugadores de primer nivel. Sin ir más lejos, Thomas Gallo, pilar tucumano de Los Pumas, viste la camiseta de Benetton. En ese mismo club, varios años atrás hizo historia otro pilar tucumano: Augusto Allori que lleva mucho tiempo instalado en el país europeo.
Surgido en Lawn Tennis, Allori que fue parte de los “Naranjas”, y que llegó a disputar un Sudamericano con la camiseta del seleccionado argentino, emigró a Europa en 2001; una época en la que varios tucumanos habían decidido cruzar el charco. “En ese período, todos los pilares que jugaban en Tucumán eran contactados por los clubes de Francia. Primero fue (Omar) Hasan, después Pablo Martínez, Leo de Chazal, y más tarde me contactaron a mí”, recuerda Allori.
En su caso, además, Francia fue el primer país por el que pasó. Allí jugó primero en Brive y luego en Tarbes, antes de pasar a Italia. Tras un tiempo en Catania, Allori llegó finalmente a Benetton, club en el que obtendría sus principales logros deportivos. “En mi primera etapa, jugué dos años y ganamos tres títulos”, asegura en diálogo con LA GACETA. Su buen rendimiento le permitió tener una experiencia en Escocia en donde visitó los colores de Edimburgo. Sin embargo, luego volvió a Benetton, en donde jugó cuatro temporadas más.
En medio de su segunda etapa, ya sobre el final de su carrera, se produjo la inserción de los equipos italianos en la ex Liga Celta, hoy llamada “United Rugby Championship”, y que incluye también a equipos de Gales, Escocia, Irlanda y, desde 2018, Sudáfrica. Allori vivió esa transición y se metió en la historia no sólo por ser parte de esas primeras etapas; sino también por haber superado los 100 partidos con la camiseta del conjunto de la ciudad de Treviso.
“Es un orgullo. Creo que ahora el club está más a la vista por todos Los Pumas que juegan. Benetton está entre los mejores equipos de Europa; creo que fui parte de un proceso que ayudó a que el club sea una realidad”, analiza sobre el hecho de haber superado los 100 partidos con la camiseta del elenco italiano.
Hace dos años, Allori fue reconocido en ese club junto a todos los que superaron esa marca. “Nos juntaron y fue una iniciativa muy linda. Eso es bueno para crear el sentido de pertenencia”, dice.
¿Qué lo llevó a poder jugar varias temporadas en Benetton y a triunfar? “Aparte de que ahí jugaba mi amigo Álvaro Tejeda, ex compañero de Lawn Tennis, Benetton era el mejor club de Italia en todo sentido. Armamos, más o menos como es ahora, un buen grupo de jugadores argentinos”, explica, aceptando que hubo un contexto amigable al que, además, supo adaptarse de la mejor manera.
Tras retirarse a los 34 años, debido a una lesión en el cartílago de una de sus rodillas, empezó una nueva etapa: la de entrenador, un rol en el que no se había imaginado, pero al que le fue agarrando el gustito. “En su momento no pensaba en entrenar, pero se dio así. Tuve la suerte de hacerlo al poco tiempo de dejar de jugar y se volvió mi nueva profesión”, asegura. ¿Qué fue lo que le gustó? “Transmitir un poco lo que fue mi experiencia como jugador. Tuve la suerte de jugar en distintos países y la competición es lo que más me gusta. Así, puedo seguir compitiendo desde un lugar distinto”, agrega.
Su comienzo como entrenador fue como coach de forwards en Padova Petrarca, con el que ganó un título en 2018. Luego pasó por Castelfranco Veneto, donde logró el ascenso a la Serie B y donde se desempeña actualmente luego de un paso en el medio por Pesaro. “En Castelfranco soy el head coach de la Primera y entreno las categorías M18 y M16; sobre todo los forwards. Es un club con buen proyecto para el futuro”, resalta.
Mientras tanto no deja de ver, todos los fines de semana, los partidos de Benetton, el club de sus amores en Italia. “Siempre lo seguí porque vivo en la misma ciudad. Además siempre nos invitan a los partidos y a participar de distintos eventos”, remarca, al tiempo que destaca la tarea de Gallo, una de las figuras del equipo. “Es un crack; un gran jugador que todavía tiene margen para seguir mejorando, sobre todo en el scrum. Lo sigo mucho, pero personalmente no lo conozco. Sí estuve más en contacto con Joaquín Riera, Nahuel Tetaz Chaparro y otros jugadores a los que entrené en el pasado”, remarca.
¿Allori piensa en un regreso a Argentina?
Está muy instalado en Europa. De hecho, su esposa es italiana, nacida en Treviso, y también lo son sus hijos, Lodovico (13) y Teodoro (10), que también llevan el deporte en la sangre. “El más grande jugó al rugby hasta hace poco, pero cambió por el hockey. El más chico sí juega”, cuenta.
Sin embargo y pese a la comodidad y a la estabilidad que significa una vida en el Viejo Continente, asegura que no descarte un posible regreso a Tucumán para dirigir a Lawn Tennis, el club de sus amores en el que jugó desde los cuatro años. “La verdad es que estoy muy instalado. Llevo más años viviendo acá que ahí, pero no lo descarto; sobre todo para volver a mí club. Sí lo hablamos de vez en cuando con mi familia porque es una experiencia que nos gustaría hacer”, revela.
De todas formas, también sostiene que tiene algunos sueños por cumplir en el rugby europeo; entre ellos dirigir en Benetton. “No me lo puse como objetivo pero sí me gustaría. Quisiera arrancar desde alguna categoría juvenil para después ir ascendiendo. También me gustaría entrenar en Francia”, cierra Allori, el tucumano que ingresó en la historia de Benetton, uno de los clubes más destacados de Italia.