Un corte de luz impide la comunicación por videollamada, pero él se las arregla para cumplir con el compromiso. “Hablemos de historia”, es su invitación desde el otro lado del teléfono. ¿De qué más se podría charlar con él? Felipe Pigna es, sin duda, uno de los historiadores más distinguidos del país. Algunos lo conocieron por radio, otros por sus libros y las nuevas generaciones ya por su paso televisivo. En cualquiera de los soportes, se ha encargado de difundir y de explicar “una historia federal” a la sociedad. ¿Para qué? Para reconocernos en el pasado -dice- y para encontrar respuestas en el presente que cambien nuestro futuro.
Considera que en Argentina la historia no ocupa el lugar que debería tener. “Nos cuesta mucho, y somos bastante negadores del pasado; y eso es una pena, porque conocer nos ahorraría muchos problemas”, dice luego a LA GACETA. Justamente para difundir nuestra historia publicó en 2004 “Los mitos de la historia argentina 1”, un libro que -dicen los expertos- fue el primero en traer el pasado a la sociedad. A 20 años de aquel suceso, el trabajo fue reeditado y aumentado, y el mismo Pigna lo presentará hoy en la Feria del Libro Tucumán (a las 19, en el Salón Azúcar Cerrado de la Sociedad Rural).
- Llegás a la Feria del Libro para presentar la edición aniversario de “Mitos de la historia argentina 1”. En 2004, fue un éxito. ¿Había un público ávido de este contenido?
- Yo creo que sí. A eso lo empecé a ver, primero, en nuestro programa de radio, “¿Cuál es?”. Allí tenía una columna que llegó a durar una hora, de la que luego surgió el programa “Algo habrán hecho”. Había una necesidad de contarle la historia al público, de una manera accesible; no simplificada. De una forma que se pudiese entender sin bajar los niveles de conceptualización; la idea fue hablar de una historia más federal, más integral, en la que las provincias tengan el protagonismo que realmente tuvieron.
- La historia que se enseña siempre es con Buenos Aires en el centro.
- Sí. Por eso yo no uso el término “interior”. Me parece horrible hablar del interior del país. Las provincias libraron las grandes batallas por la independencia. ¿Cómo no hablar de todas esas zonas? Y no sólo de los lugares, sino de mujeres y niños, que no suelen estar incluidos en el relato, y también fueron importantes.
- El libro se editó post crisis del 2001. En aquel momento, la sociedad buscaba en la historia entender ese presente. ¿Este momento que vivimos hoy tiene similitudes con esa crisis?
- Esto es casualidad, porque ya habíamos pactado la reedición por los 20 años. No se contemplaba, por supuesto, una situación como la que estamos viviendo, de semejante nivel de crisis, política y de representación, económica galopante... El libro es inocente, una simple coincidencia, pero ojalá sirva para reconocerse, para ver en el pasado cosas que pueden ayudar a mejorar el presente. Siempre digo que la historia tiene como función eso.
- La introducción del libro comienza con una frase de George Orwell: “quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado”. ¿Son estos hechos de la historia reciente los que modifican el interés público por el pasado?
- Siempre el presente interpela sobre el pasado. En 2001 hubo récord de libros sobre crisis; la sociedad quería explicaciones, antecedentes, saber cómo habíamos llegado a semejante desastre. El interés por la historia es siempre para comprender una necesidad presente.
- ¿Qué lugar ocupa la historia en la memoria real del pueblo? Hoy, que tanto se habla de la historia y hay políticos que intentan reescribirla.
No creo que ocupe un lugar muy importante, no al menos como merecería. Hay un problema con la historia y con la memoria. Nos cuesta mucho y somos bastante negadores del pasado; y eso una pena, porque conocerla nos ahorraría muchos problemas. Entender qué hechos del pasado nos pueden servir es clave. No cómo un elemento para fomentar el rencor, sino para no repetir cosas que ya hemos pasado. Ese es un ejercicio que no tenemos muy bien aceitado.
- ¿A qué se debe eso?
- Hay negación. Y hay un mareo de la realidad... una sucesión de hechos que se van disparando, y lo urgente no da lugar a lo importante. Nos ocupamos permanentemente de situaciones que nos están pasando y no podemos ocuparnos de cosas más trascendentes. También creo que hay un mecanismo del sistema que quiere marearnos con supuestas novedades.
- ¿Qué opinión le merece el uso que el gobierno actual le da a la historia? De repente, está en el centro de su discurso.
- Es un uso absolutamente amañado y muy poco profesional de títulos o suposiciones, como que Julio Argentino Roca fue liberal y no le importó el Estado. Y, en realidad, fue todo lo contrario; le importó el Estado y fomentó la educación pública. Creo que hay una lectura muy sesgada, muy interesada, que no corresponde con la historia real. Hay una grave utilización de los personajes históricos.
- Y ya que hablamos de actualidad, ¿qué análisis vemos de estos primeros seis meses de gobierno del presidente Milei?
- Es un gobierno que vino a cambiar de régimen. Hay un desprecio por todo lo que tiene que ver con la democracia, con la república. Hay desconfianza explícita a los valores clásicos de la democracia, y la aplicación de un sistema económico con un gran ejercicio de la crueldad por parte del gobierno y de sus funcionarios, algo que quedó demostrado con la no entrega de alimentos.
- ¿Cree que el auge de las ultraderechas en el mundo obedecen al retorno de un fascismo clásico como el del siglo XX? ¿O nos enfrentamos a algo nuevo?
- Es un neofascismo, algo que ya han definido varios politólogos, por esta oleada de una versión renovada del fascismo, no una derecha, donde la intolerancia, la misoginia, el odio a las comunidades disidentes o a las minorías, la vuelta del racismo o el desprecio por los pobres tienen mucho que ver con el fascismo. Esa intolerancia está pasando y se ve en todo el mundo: España, Austria, Suecia, Hungría... en algunos lugares están en el poder y en otros como oposición, pero todos con discursos de rechazo al sistema y con odio a la inmigración.
- Volvamos a la historia. El año pasado publicó un libro sobre “Los Infernales”. De repente la historia empezó a reconocer a estos “héroes”. Hablo de Los Infernales o Los Decididos.
- Es cierto. En los últimos tiempos se los ha reivindicado. A Güemes antes ni se lo consideraba como prócer, lo dejaban como a un costado, cuando fue un hombre clave para la independencia argentina; fue el que logró frenar las invasiones españolas. Creo que es momento de reivindicarlo a él y a su hermana “Macacha”, la primera mujer que gobernó una provincia. Y con Los Decididos también pasa algo similar; fueron muy importantes, por el Éxodo y por los primeros combates. Estos jóvenes del norte se encargaban del cuidado de la retaguardia y dieron apoyo fundamental en batallas exitosas con los Españoles, y fundamentalmente para el éxodo.
Sólo desde Buenos Aires
- ¿Por qué sucede este rescate? También pasa con próceres, como Bernabé Aráoz.
- Por el crecimiento del estudio de la historia en las provincias. Había como una historia que se impartía desde Buenos Aires, en la que sólo se hablaba de personajes de allí. Y el empoderamiento de la gente de las provincias y la calidad académica que se va logrando en las entidades públicas va permitiendo que se produzcan piezas audiovisuales o libros sobre personajes que tuvieron gran trascendencia. Y si no lo hacen las provincias, no lo va a hacer nadie. Me parece muy bienvenido.
- Ese mismo foco en Buenos Aires es el que hace que se le reste importancia al 9 de julio frente al 25 de mayo y que se hable de “la Casita de Tucumán”.
- Sí. Pero ambas fechas son complementarias: Sin 25 no hay 9, y sin 9 no hay independencia [...] Y cada vez que se habla de la “Casita” yo digo lo mismo: en Tucumán son todas casitas, y hay edificios. Digo, es la Casa Histórica de la Independencia. Decirle “casita” es absurdo y alumbra el desconocimiento que hay sobre la historia general; habla de un cierto desprecio por la historia, y que, encima, últimamente queda bien.
- ¿Qué planes le quedan para el resto de 2024?
- Estoy escribiendo una novela histórica para publicar en noviembre, que me tiene muy entusiasmado. Es sobre una situación real que se produjo cuando viajaron Belgrano y Rivadavia a Europa. Allí les proponen proclamar un príncipe español para el Río de la Plata; es un hecho frustrado, pero en medio de ello se dan muchas situaciones interesantes y divertidas.
Qué podés hacer hoy
- A las 14.30: taller “Escritor de internet vs escritor físico”, de Facundo Anagua. Diferencias entre una novela de internet y una física. Destinado a estudiantes secundarios.
- A la misma hora, actúa el Mago Espartaco.
- A las 15: taller de poesía tucumana contemporánea para adolescentes, con Gabriel Gómez Saavedra.
- A las 16: el escritor Guillermo Barrantes habla de sus libros “La dama de blanco” y “El regreso de la dama de blanco” para estudiantes secundarios. Modera Teresita Valdettaro.
- A la misma hora, “Pinceladas de octubre”, antología de escritores de Bella Vista.
- En otra sala, José Pablo López presenta sus libros “La otra orilla” e “Islandia”.
- A las 16.30, entretenimiento para chicos “Jugá conmigo”.
- A las 16.35, “Frater dixit”, de Susana Noé.
- A las 17: foro Invelec-Conicet. Diálogo abierto a la comunidad. Exponen la doctora Laura García y la licenciada Priscila Hill.
- A la misma hora, “El mundo del e-books”, con Marco Rossi Peralta, Alexander Rivadeneira y Constanza Toro.
- A las 17.10: se presenta “Cenizas de diamantes”, de Ricardo Bocos.
- A las 17.55: se presenta “Mujeres del Tucumán, la maliciosa invisibilidad”, de José María Posse.
- A las 18: mesa panel de poesía.
- A las 19: el historiador y escritor Felipe Pigna presenta la edición especial a 20 años de “Los mitos de la hiistoria argentina 1”. Modera Teresita Valdettaro.
- A la misma hora: Impacto de la dictadura en la sociedad de Monteros, coordinado por Derechos Humanos y Familiares de Detenidos y Desaparecidos.
- En otra sala, conversatorio “El trabajar el aprendizaje de la poesía las infancias”, con Candelaria Rojas Paz, Mónica Cazón y Lía Cúneo Quiroga.
- A las 20: “Hilos de historias, mujeres que cuentan”, con Eugenia Campero, Gabriela Palazzo y Ana Coviello.
- A la misma hora actúan Cecilia Villafañe y Francisco Cruz.
- A las 21: actúa el folclorista Sergio Bringas.