Es tucumano, ganó una beca en Miami y sueña con ser tenista profesional

Es tucumano, ganó una beca en Miami y sueña con ser tenista profesional

Acosta Muñoz estudia en la Universidad de Florida, donde juega al tenis, deporte que lo apasiona.

ORGULLOSO. Acosta Muñoz exhibe la bandera argentina en Estados Unidos. ORGULLOSO. Acosta Muñoz exhibe la bandera argentina en Estados Unidos.

En la vida, nunca es tarde para probar cosas nuevas, y afrontar nuevos desafíos. Sí, obviamente, los arranques tardíos pueden generar que haya demoras para ver resultados, pero no evitar que se alcance la meta. En ese camino está Ignacio Acosta Muñoz, tenista tucumano que tiene una beca en Estados Unidos, y que sueña con llegar al profesionalismo.

Aunque comenzó a practicar la disciplina desde chico, no fue hasta varios años después que Acosta Muñoz se decidió a comenzar a tomárselo con más seriedad. “Siempre estuve relacionado con el tenis por mi familia; desde chico acompañaba a mis viejos al club del que somos socios, que es Las Lomitas. Después, arranqué a tomar clases dos o tres veces por semana ahí y también en El Bosque”, recuerda.

¿Cuándo cambió el chip? “Siempre quise competir y seguir subiendo; entonces, a los 15, me cambié a Lawn Tennis. Medio tarde para los jugadores que compiten, pero todo pasa por algo”, continuó “Nacho”.

Tras llegar al club del Parque 9 de Julio, la preparación comenzó a ser más profesional. “Empecé a entrenar todos los días en la parte física y en tenis, a seguir planes alimenticios, y a viajar a torneos en el Norte”, subrayó Acosta Muñoz. Comenzaba, entonces, el camino rumbo al sueño de ser profesional.

Acosta Muñoz, que llegó a disputar torneos nacionales de menores, estaba por comenzar su último año de secundaria, en 2019, cuando le surgió la idea de buscar una beca para ir a jugar a los Estados Unidos. “El tema del inglés ya lo tenía asimilado por el colegio, pero me costó por el tema económico, por el covid y la situación del país”, indicó.

De hecho, tuvo que tener paciencia para conseguir una universidad. “Primero intenté solo: rendí el Toefl y el SAT, que son exámenes de inglés. Después me grabé jugando, y comencé a tirar mails a universidades en todos los estados y de todas las divisiones, pero no tuve mucho éxito”, cuenta Acosta Muñoz. Lejos de rendirse, decidió contactar a una empresa que se dedica a ayudar a deportistas a conseguir becas, y por esa vía, pudo encontrar la que es su actual universidad: la Florida National University, donde estudia contabilidad.

Por supuesto, a su llegada a Miami, la adaptación no fue fácil. Por un lado, por la diferencia de la cotidianidad con Tucumán. “Me costó adaptarme al ritmo de vida de una ciudad grande, más que nada. La gente anda más a las corridas, y no es tan social como en Argentina, siempre están trabajando. Todo hay que organizarlo antes, no vas a llamar a un amigo para ir a matear a un parque o a una casa”, explicó Acosta Muñoz, que aclaró que, al ser una ciudad con tanta convergencia de culturas, tuvo más facilidad para adaptarse a esa faceta. “Tampoco existe la siesta tucumana”, se lamentó, entre risas.

Por otra parte, claro, también debió amoldarse no solo a las diferencias existentes en el tenis en sí (superficie, nivel), sino también al formato. En el sistema universitario de Estados Unidos, si bien hay partidos de singles y de dobles, todas las competencias son por equipo; algo a lo que los tenistas no están acostumbrados.

“Es un deporte individual que lo convirtieron en deporte de equipo, básicamente. No es fácil al principio, porque los tenistas generalmente somos muy individualistas, entonces es difícil cambiarles el chip a todos”, admitió Acosta Muñoz, que este último año, tuvo el plus de ser el capitán de su equipo.

“Para que funcione, todos tienen que estar al 100%, porque pese a estar jugando partidos individuales, el equipo entero tiene que salir adelante. Pero la verdad que a mí, en lo particular, me encanta, porque es desafiante; tenes que estar al 100% inclusive cuando no se están dando las cosas, para mantener al grupo motivado y unido”, detalló.

El equipo de su universidad, contó, está en subida, y la ilusión, para la próxima temporada, es la de llegar a las nacionales. “Este último año lo tuvimos un poco más duro que en los anteriores, porque pasamos a otra conferencia en la que hay equipos más duros, llamada Sun Conference. La idea era clasificar a las nacionales y no pudimos, pero para el año que viene seguro lo logramos”, se esperanzó.

Una prueba en Europa

Por estos días, aprovechando el receso de verano en la universidad, Acosta Muñoz se encuentra en Francia, más precisamente en Bordeaux. Allí, se quedará seis semanas para jugar torneos por plata; una posibilidad que se le abrió, señala, gracias a la universidad.

“Conocí jugadores de todas partes del mundo, lo que me abrió muchísimas puertas. Gracias a eso puedo visitar Europa, y me vine a jugar a Francia ahora”, remarcó el tenista de 21 años, que tuvo unos días para hacer turismo en París, alojándose en la casa de una tía, antes de comenzar la competencia.

Su estancia en Bordeaux no será para nada menor, y no solo por la posibilidad de ganar dinero con el tenis, algo que no sucede en la universidad, sino porque puede ser clave de cara al futuro. “Es un poco como descubrir lo que es estar enfocado 100% todo el día en el deporte, y ver si me gusta y cómo reacciono a eso”, apuntaló.

Porque, claro, la intención del tucumano es tener un futuro en el tenis, sea en la faceta que sea. “Me encantaría probar profesionalmente; si en Francia todo empieza a fluir, me gustaría intentar. Sacar un punto, por lo menos, ya sería algo buenísimo para mí. No es fácil, obvio, y se necesita mucha inversión; pero ya iremos viendo sobre la marcha”, afirmó Acosta Muñoz. ¿Y si no se da? “Me gustaría probar también coaching, a ver si me gusta o no. Sí me gustaría seguir relacionado con el tenis de alguna manera, pero va a depender de cómo se vaya dando”, concluyó Acosta, que, con un año y medio por delante todavía en el tenis universitario, intentará empezar a delinear su futuro, soñando con cumplir el sueño de ser un deportista profesional.

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