El hambre tiene diversos orígenes que van desde la insuficiente energía alimentaria hasta factores sociales, psicológicos y emocionales. Cuando el hambre no es real, la motivación para comer puede ser la ansiedad. Las infusiones pueden ayudar a mitigar el hambre fundada en la angustia o la inquietud.
El hambre es una sensación física incómoda que incluso puede ser dolorosa. Esta indica la necesidad de comer de manera que el cuerpo ante la demanda de energía produce una sensación de estómago vacío. Para saciarla no necesitamos un bizcochuelo específico o nuestro chocolate favorito, cualquier alimento brinda un cierto bienestar ante el hambre fisiológico.
Hambre fisiológico y hambre emocional, la diferencia entre comer por necesidad y comer para canalizar las emociones
Mientras que el hambre emocional aparece de manera repentina ante la presencia de emociones intensas. Para canalizar estas emociones, un deseo de comer aparece y acallamos las sensaciones incómodas con alimento, lo que luego genera cierta culpa y frustración.
Así es que en ocasiones las ganas de comer no solo están motivadas por un hambre real que reclama un estómago vacío. Estados emocionales como el estrés o la ansiedad, pueden provocar esta incómoda sensación. Para estas ocasiones es fundamental la inteligencia emocional y las estrategias para no acudir a las comidas como una forma de mitigar los sentimientos intensos.
Las infusiones son una manera muy eficaz para disminuir el hambre emocional. Tomarlas entre horas puede ayudar a llegar a las comidas con menos ansiedad ya que puede dar la sensación de un estómago más lleno. Es importante sin embargo, detectar cuando el hambre es real y no reemplazar las comidas ni “pasar hambre”. Si nuestro deseo es cuidar nuestra figura es indispensable adoptar hábitos saludables y coherentes, sin empujar a nuestro cuerpo a estadios incómodos como es el hambre real.
La infusión que disminuye el hambre emocional y evita las sensaciones incómodas
Una de las infusiones que puede ayudar a calmar la sensación de hambre emocional es el te de garcinia. Se trata de una planta con un fruto cuya forma es similar al de una calabaza. La piel de este contiene una gran cantidad de ácido hidroxicítrico (HCA) que es el responsable de un efecto de saciedad ya que, además, bloquea parcialmente la fabricación de grasas.
Esta planta puede aumentar los niveles de serotonina en el cerebro, que genera la sensación de plenitud y ayuda a reducir el apetito. De esta manera, a través de un té caliente podemos combatir el hambre emocional que aparece de manera repentina.