Consumir bebidas alcohólicas es una práctica muy común en cualquier parte del mundo. No obstante, hacerlo en exceso puede tener sus consecuencias entre las que se encuentran los problemas de memoria a corto y largo plazo. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alerta sobre el tema y explica de qué manera se manifiestan.
De acuerdo a esta entidad, la región de las Américas se ubica como la segunda más alta en consumo de alcohol, después de la región europea. “Cada 10 segundos una persona muere por causas relacionadas con el alcohol” en este continente. Su consumo va en contra de una vida saludable, pero ¿cómo afecta al cerebro en particular?
Los riesgos inmediatos del consumo de alcohol para el cerebro
Según la OPS, el consumo de bebidas alcohólicas puede causar dolores de cabeza y migrañas, inmediatamente después de la ingestión o al día siguiente; sueño breve y de mala calidad, y deterioro cognitivo, incluida una reducción en la atención, el control de los impulsos, el juicio, la toma de decisiones y la concentración.
A su vez, también puede provocar lagunas mentales y pérdida de la memoria de eventos que ocurrieron durante el episodio de intoxicación etílica; deficiencias psicomotoras que aumentan drásticamente el riesgo de lesiones cerebrales por accidentes, violencia y sobredosis; y ralentizar las partes que controlan las funciones básicas de soporte vital como la respiración, la frecuencia cardíaca y el control de la temperatura, incluso, la sobredosis puede provocar la muerte.
Cuáles son los riesgos a largo plazo del consumo de alcohol para el cerebro
La ingesta excesiva y prolongada de alcohol también tiene efectos acumulativos: deterioro de las funciones ejecutivas como el razonamiento abstracto, la memoria funcional, la planificación, el control inhibitorio y la resolución de problemas; dependencia del alcohol; y demencia.
Al mismo tiempo, puede aumentar el riesgo de depresión y pensamientos suicidas y generar cambios en los patrones de sueño, el estado de ánimo, la personalidad, menor capacidad de atención, problemas de coordinación y afecciones psiquiátricas como ansiedad y depresión.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también advierte que el consumo nocivo puede perjudicar a otras personas, por ejemplo a familiares, amigos, compañeros de trabajo y desconocidos.
Qué es posible hacer para proteger el cerebro de los efectos del alcohol
No existe un nivel de consumo de alcohol seguro. Los estudios muestran que incluso los niveles bajos de ingesta se asocian con un mayor riesgo de resultados adversos para la salud del cerebro.
Frente a esto, la OPS recomienda reflexionar sobre el consumo de alcohol, evitar la intoxicación y buscar ayuda en profesionales de la salud.