Sexualmente hablando: cinco horas

Sexualmente hablando: cinco horas

Sexualmente hablando: cinco horas

¿Qué distingue a las parejas cuya relación no sólo se mantiene satisfactoria a lo largo de los años, sino que incluso mejora? Según John Gottman, el popular terapeuta de parejas norteamericano, sencillamente… le dedican tiempo al vínculo. Pero no en piloto automático, esas horas que necesariamente se comparten en el día a día por el hecho de vivir juntos o tener una familia. No. Se trata de un tiempo exclusivo, hecho a conciencia, con verdadera intención. Una suerte de service a la pareja, no cuando las papas queman, sino a diario, con un ritmo sostenido.

Al observar las numerosas parejas que pasaron por sus talleres y sus “laboratorios del amor”, llegó a la conclusión de que bastan cinco horas semanales de calidad. Aunque parezca artificial, el profesor Gottman es muy concreto al respecto, distribuyendo estas “Cinco Horas Mágicas”, como las ha bautizado, en distintos rubros:

Despedidas: Antes de despedirse por las mañanas, aconseja ocuparse de conocer por lo menos un evento de ese día en la vida del otro (un almuerzo con el jefe, una visita al médico, la llamada de un viejo amigo…). Tiempo: Dos minutos al día, cinco días laborables. Total: 10 minutos a la semana.

Encuentros: Al final de la jornada, recomienda conversar acerca de “cómo te ha ido” (cuestiones externas a la pareja), orientadas a ayudarse mutuamente a lidiar con ese tipo de tensiones, a mitigar el estrés. Tiempo: 20 minutos por día, cinco días laborables. Total: Una hora y 40 minutos.

Admiración y aprecio: Encontrar la manera de expresarse afecto y aprecio diariamente, como ponderar algo en el otro, agradecer un gesto, registrar los detalles y ponerlo en palabras. Tiempo: Cinco minutos, todos los días de la semana. Total: 35 minutos.

Afecto: Besarse, abrazarse, tocarse, estar juntos, darse un beso antes de dormir. Tiempo: Cinco minutos, todos los días de la semana. Total: 35 minutos semanales.

Cita semanal: Un espacio para cultivar la cercanía y estar al tanto de lo que pasa en la vida del otro. Tiempo: Dos horas, una vez a la semana.

Estas sugerencias, que parecen obvias, quizás no sean tan “mágicas”, pero incorporarlas puede generar resultados de lo más sorprendentes.

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