La pasión no se negocia: los hinchas tucumanos hacen "malabares" económicos con tal de seguir yendo a la cancha

La pasión no se negocia: los hinchas tucumanos hacen "malabares" económicos con tal de seguir yendo a la cancha

El ritual de ir a los estadios y de compartir ese tiempo con amigos implica alrededor de $25.000 por partido. Sin embargo, los fanáticos buscan la manera de abaratar costos y de recortar otros gastos.

La pasión no se negocia: los hinchas tucumanos hacen malabares económicos con tal de seguir yendo a la cancha
07 Junio 2024

Hay quienes sostienen que ir a una cancha de fútbol en Argentina es carísimo. Otros explican que desde hace algunos meses comenzaron a cambiar su rutina en los estadios. Sin embargo, más allá de la crisis económica, los hinchas de San Martín y Atlético todavía resisten y bancan “los trapos” en las tribunas. Claro, haciendo algunos ajustes, la pasión puede seguir firme. 

En Tucumán el fútbol no es simplemente un deporte; es una parte integral de la identidad y la vida cotidiana de sus habitantes. Las tribunas de los dos grandes siempre lucen repletas gracias a la pasión y al sacrificio de miles de hinchas. Sin embargo, tras cada grito de gol y cada canto de aliento, hay un costo económico significativo que muchos fanáticos deben enfrentar. Y en tiempos de crisis, seguir al equipo se ha convertido en un verdadero acto de amor.

Leandro Rojas es uno de esos hinchas que, a pesar de todo, sigue firme en la tribuna. "Por lo general vengo solo; pero, cuando los partidos son temprano, también traigo a mis hijos. En entradas gasto $10.500 y adentro compro una o dos gaseosas. En total termina siendo $15.000 o $17.000. Las papas salen entre $1.500 y $2.000. Vengo en moto, vivo cerca, pago el estacionamiento también y me quedo tranquilo porque queda adentro de una casa y vale $500. Es un número importante, sobre todo cuando venís con los chicos porque por ahí quieren comer o tomar algo a la salida y se hace un número importante", relata el hincha “santo”.

La postura de la mayoría de los fanáticos (por la asistencia que se observa en los estadios) parece ser resignar otras cosas del ritual; todo sea por estar presente sí o sí a pesar del famoso “pack fútbol” que ofrecen los cableoperadores, con precios que oscilan entre los $6.700 y los $12.000 dependiendo de las promociones y los servicios incluidos en el combo.

Las cifras que menciona Leandro no son aisladas. Representan una realidad compartida por muchos otros seguidores. Tal es el caso de Adrián Martín Insinga, quien resalta la dificultad de ir en grupo. "Estoy pagando $5.300 la entrada; vivo cerca así que vengo caminando. Depende de los horarios, se toma algo con los amigos antes o después. Por persona te diría que el monto a gastar es $10.000 el día del partido (Adrián es socio y compra la entrada con descuento). Se complica ir a la cancha cuando somos muchos. En realidad dejamos de juntarnos antes del partido para no gastar tanto. Cuando es fin de mes, venimos con la entrada nomás", detalla.

Está claro que ir a la cancha no solamente implica comprar la entrada. El traslado, la merienda o la cena, la famosa "previa" y el estacionamiento, son costos variados que también suman a la economía de los hinchas. Diego Soraire, por caso, menciona los gastos adicionales que conlleva cada visita al estadio de San Martín. "Venimos en auto y somos socios. Lo bueno es que ya podés comprar la entrada por internet. Ahí tenés $7.000. Si venís en vehículo gastás $1.000 más de estacionamiento, más el combustible. Después siempre tenés una gaseosa, una cerveza y un choripán o algo para comer. Son $10.000 por lo menos, comprando la entrada con precio de socio. Igualmente, a eso hay que agregarle el costo de la cuota social", dice el simpatizante que dijo presente en el duelo en el que el “santo” venció a Alvarado.

Ser socio de un club ofrece ciertos beneficios; pero aún así, los gastos son significativos, tal cual lo señala José Luis Barros Ale. "Estar asociado te permite ahorrar un poco más que comprar las entradas individuales. Soy de Villa Luján, vengo en auto o en ómnibus. Estamos hablando de que en promedio, necesitás $1.500 para llegar; $2.000 o $3.000 para compartir algo, y la entrada me sale $3.000. Por lo menos, un día de cancha gastás $10.000 por persona y generalmente son dos veces al mes".

El sacrificio personal es evidente según las palabras de Mariano Rodríguez, quien hace todo lo posible por ir a los partidos. "La entrada que compro es $5.700. Vengo en auto particular, gasto $1.000 en el estacionamiento, un fernet, la coca... Por ahí gasto alrededor de $14.000 sin la entrada. Trato de tener siempre la plata para la cancha. Por ahí a veces, si puedo, hago que me traiga algún amigo para bajar los costos”, admite.

En el “decano” la situación es similar. Hugo –prefirió no dar su apellido- viaja desde Concepción con su hijo a todos los partidos que Atlético juega de local y valora la importancia de la experiencia compartida, por sobre todas las cosas: "Pagué el abono anual a principio de año. Nos trasladamos todos los partidos 80 kilómetros, pero es vivirlo a pleno desde el día anterior con mi hijo. Cuando salimos de la cancha comemos una pizza, una hamburguesa o lo que él elija. El gasto de estacionamiento aumentó a $1.500; hoy lo podemos hacer, pero cada vez se complica más. Igualmente, lo importante es poder compartirlo con él", sentencia.

En otros casos, el bolsillo termina ganándole a la pasión y los grupos familiares se redujeron para poder ir a la cancha. Ese es el caso de Pablo González, a quien la situación económica lo ha golpeado. "Este año no pude pagar el abono anual; lo hice sólo por el semestre. Mi hija dejó de asistir desde que comenzó el año. Venir en auto significa gastar el estacionamiento, entre $1.500 y $2.000. En el verano te tomás una gaseosa o algo y comés un sándwich o maní. Hoy, lo que menos gastás es $4.000 en cada partido. Además, hay que tener en cuenta que ya está la inversión grande por el pack de entradas. Soy un defensor de que seamos socios; si nos quejamos tenemos que ser socios para ayudar a los clubes a tratar de cambiar la realidad”, enfatiza.

El relato de algunos hinchas tucumanos revela un aspecto crucial de la pasión por el fútbol en tiempos de crisis: la capacidad de adaptación y el compromiso inquebrantable. Si bien la mayoría apunta a hacerse socio para abaratar costos, está claro que para un hincha común asistir a un estadio de fútbol implica alrededor de $25.000 (pagando la entrada en boletería sin el descuento social), un costo elevado si se lo compara con otros entretenimientos periódicos como ir al cine (la entrada cuesta alrededor de $5.000 y snacks más gaseosa, $7.000).

La inflación y la incertidumbre económica han obligado a muchos fanáticos a ajustar gastos, priorizando el amor por el deporte y encontrando formas de seguir alentando a sus equipos. Nadie parece dispuesto a dejar de lado la pasión, el ajuste queda en otro lado.

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