Este trastorno neurodegenerativo progresivo afecta principalmente a personas mayores, aunque también puede aparecer en etapas más tempranas de la vida. Los síntomas del Alzheimer se desarrollan gradualmente y empeoran con el tiempo, impactando diversas funciones cognitivas y comportamentales.
Entre los principales síntomas se encuentran la pérdida de memoria, dificultades para realizar tareas cotidianas, desorientación, problemas de lenguaje y escritura, disminución en la capacidad de tomar decisiones, y alteraciones del estado de ánimo y comportamiento.
Estrategias para retrasar el Alzheimer
La Dra. Teresa Moreno, neuróloga y miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica que, aunque algunos fármacos pueden mejorar los síntomas del Alzheimer, no cambian el curso de la enfermedad. Sin embargo, hay acciones que podemos tomar para retrasar la aparición de estos síntomas.
“Podemos intentar que la pérdida de memoria u otros síntomas ocurran lo más tarde posible. No es lo mismo comenzar con 60 años que con 90. Para intentar retrasar los síntomas, hay que llevar una vida lo más sana posible y cognitivamente activa. Cuantas más actividades físicas o mentales hagamos, mejor”, comenta la doctora.
El impacto de una vida sana
Mantener un estilo de vida saludable tiene una gran influencia en el retraso de los síntomas del Alzheimer y el deterioro de la memoria. Esto no solo implica actividad física, sino también buenos hábitos de vida, como un descanso adecuado.
La neuróloga subraya que “un porcentaje alto de pacientes diagnosticados de Alzheimer en realidad tenían apnea del sueño.
Dormir mal afecta muchísimo a la memoria. Por suerte, es una causa tratable, y con un buen ajuste del sueño, los pacientes mejoran mucho en memoria”.
Actividades para ejercitar la mente
Además de descansar adecuadamente, alimentarse bien y hacer ejercicio físico regular, hay otras actividades que pueden ayudar a ejercitar y fortalecer la memoria. La Dra. Moreno sugiere leer, hacer crucigramas, sudokus, y cualquier actividad que exponga al cerebro a cosas nuevas. “Vale más un poco todos los días que mucho una vez al mes”, aclara.
Algunas investigaciones indican que los libros de ficción son especialmente efectivos para ejercitar la memoria, ya que requieren mayor atención y concentración del lector. “Cualquier tarea que nos haga estar más atentos fortalece las capacidades cognitivas”, explica la neuróloga. “Ver películas o leer libros de ficción innovan y hacen que el cerebro trabaje más”.
La tecnología y la atención
Estas recomendaciones llegan en un momento en el que las nuevas tecnologías están cambiando nuestro acceso a la información y modificando nuestra capacidad de atención. “Actualmente se tiene acceso a mucha información, lo cual es bueno, pero es información rápida y sin detalles. Con Internet y la Inteligencia Artificial, ya no es tan necesaria la memoria, así que los jóvenes no la ejercitan tanto”, dice la Dra. Moreno. Aunque la atención es ahora más rápida, es menos permanente, lo que no es ni mejor ni peor, solo diferente.