Pizzas, pastas, pan: ¿por qué nos gustan tanto las harinas?

Pizzas, pastas, pan: ¿por qué nos gustan tanto las harinas?

Las harinas refinadas son parte de las comidas que mayormente elegimos, ¿por qué esta preferencia?

¿Por qué nos gustan tanto las harinas? ¿Por qué nos gustan tanto las harinas?
01 Junio 2024

Sin dudas existen alimentos que son más atractivos que otros. Preferimos quizás una pizza antes que un puré de verdura, o un sánguche de milanesa antes que un pollo hervido. Las harinas juegan un papel importante en esa elección, pero ¿por qué las preferimos?

Las harinas, explica la nutricionista Cecilia Garau, “compiten en el cerebro de la misma manera que lo hace la droga”, y aunque la expresión suene un tanto exagerada, los procesos químicos nerviosos que se producen al consumirla dan fe de esto. Las harinas blancas, el azúcar y las grasas refinadas son ese listado que puede generarnos volver una y otra vez a elegirlos.

Las harinas y un efecto similar a la droga: ¿por qué son tan adictivas?

Las harinas refinadas y los azúcares son particularmente adictivos y esto se debe a que este tipo de alimentos provocan que se libere dopamina, un neurotransmisor que emite la señal del placer. Estudios científicos han demostrado que al ingerir hidratos de carbono, el área o sistema de recompensa de nuestro cerebro aumenta los niveles de dopamina, por lo que la persona experimenta más satisfacción.

Medialunas, facturas y tortillas, los predilectos de los desayunos. Medialunas, facturas y tortillas, los predilectos de los desayunos.

Y al igual que los narcóticos, las harinas refinadas provocan que cada vez necesitemos más de ellas para alcanzar esa sensación de placer. Cuando los carbohidratos desaparecen y detenemos su suministro, las dopamina disminuye a niveles muy bajos o nulos, provocando una serie de reacciones físicas que componen al síndrome de abstinencia.

Síndrome de abstinencia: ¿hasta dónde puede llegar la adicción a la harina?

El síndrome de abstinencia es ese conjunto de síntomas físicos y psicológicos que se producen cuando una persona deja de consumir una sustancia a la que su organismo se ha vuelto dependiente. En él se puede experimentar cefaleas intensas, irritabilidad, fatiga, desgano, náuseas y cansancio. Estos síntomas pueden durar entre dos y siete días.

Síndrome de abstinencia, ¿hasta dónde pueden llegar las harinas? Síndrome de abstinencia, ¿hasta dónde pueden llegar las harinas?

Para evitar llegar a este estado extremo, los expertos en nutrición recomiendan incorporar todos los grupos de alimentos e ingerir comidas que sean verdaderamente nutritivas, como carnes, verduras, frutas, huevos, legumbres, lácteos y semillas. Además debemos tener en cuenta la calidad de las harinas que consumimos, optando por aquellas integrales, que contienen el salvado y el germen del cereal, por sobre las refinadas.

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