Por Gonzalo Cabrera Terrazas
31 Mayo 2024
Foto: Twitter @ClubAlvaOficial
Entró en zona de Reducido, pero aún no encuentra una regularidad. Alvarado de Mar del Plata, el rival de San Martín, transita por una montaña rusa en la Primera Nacional: encontró su fortaleza en el “José María Minella”, pero sufre lejos de casa.
Los números del “torito” son dispares. Es el tercer mejor equipo de la categoría jugando de local (ganó seis de ocho), pero de visitante está entre los peores: se ubica penúltimo y todavía no logró sumar de a tres unidades en esa condición.
Luego de haber quedado en mitad de tabla la temporada pasada, la comisión directiva marplatense decidió dar por finalizada la etapa de José María Martínez y le dio una nueva oportunidad a Mauricio Giganti, el experimentado DT que logró el ascenso a la Primera Nacional con el “torito” en 2019; recordado por la sentada de San Jorge, en forma de protesta, y el posterior abandono del campo debido a los polémicos fallos arbitrales.
Con el regreso de Giganti, Alvarado tuvo un comienzo irregular. Cayó en el debut contra San Martín de San Juan pero desde allí no perdió hasta la sexta fecha contra Racing de Córdoba. En el medio, ganó tres (todos en condición de local) y empató dos (Agropecuario y Tristán Suárez).
Las virtudes de este equipo son el sacrificio y la intensidad en cada sector de la cancha. “Lo mejor de Alvarado es el sacrificio y el trabajo mancomunado. Es un equipo que se maneja bien con la pelota, atacando desde los extremos hacia el centro. Se muestra muy intenso en la marca y siempre busca que haya al menos dos jugadores para poder recuperar la pelota”, explica el periodista Carlos Alberto Sommi, de Radio Brisas y Alma De Gol. “Tiene un ‘11’ bien definido y un banco de suplentes con recambio interesante. Los jugadores no se cansan y buscan el partido hasta el final; aunque estén arriba en el marcador”, agrega Patricia Garciarena, de Lu6 Radio Atlántica.
En lo que va de la temporada, el “torito” no cambió demasiado ni los nombres ni el sistema táctico. Con un marcado 4-4-2, que muta a un 4-3-3, el bloque defensivo está compuesto por Lucas Monzón, Nicolás Ortiz, Alan Robledo y Mariano Bettini, hermano de Gonzalo, lateral derecho “santo”. A ellos se le suma el arquero Juan Lungarzo, una de las figuras.
“Él salvó muchas veces a Alvarado, pero también hay otros jugadores destacados como Sebastián Jaurena, que estuvo jugando muy bien en la mitad de la cancha, y el delantero Tomás Rambert, que ahora está lesionado”, dice Morena Guerrero de Marca Deportiva.
Justamente las lesiones fueron uno de los déficit de Alvarado en este último tiempo. Giganti perdió una gran cantidad de piezas claves, entre ellas, su goleador Rambert (lleva cinco goles en el torneo). Para colmo, a esa baja se le suma la de su otro centrodelantero Oscar Belinetz (no jugará en La Ciudadela por haber llegado a las cinco amarillas).
También se quedaron afuera del duelo de mañana los delanteros Lucas Franco y Lucas Rebecchi (ambos están lesionados). A esa lista se agregan el volante Franco Malagueño y Ramiro Makarte.
No obstante, las malas noticias no se quedan ahí. Alvarado tiene problemas en la generación de juego y, sobre todo, en la defensa.
“En los laterales van rotando Agustín Aleo y Monzón, pero a los dos les comen mucho las espaldas”, anticipa Guerrero. “A pesar de que tiene a Nery Leyes, necesita mejorar en el medio”, resalta Héctor Pelú, de El Batanense Deportivo.
“Se les complica a la hora de definir. Alvarado llega al arco rival, pero tiene esa falencia”, analiza Garciarena. “Lo que le falta mejorar paradójicamente es el tema defensivo en la pelota parada”, remata Sommi.
Alvarado le va encontrando el rumbo a la categoría, y a pesar de la abultada caída contra Estudiantes de Caseros 4 a 0, puede resultar una piedra en el zapato para San Martín.
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