31 Mayo 2024
Los niños se encuentran siempre entre las poblaciones de riesgo.
Así como los golpes de calor y la deshidratación son afecciones típicas del verano, el otoño y el invierno también tienen sus enfermedades estacionales. La tos, la fiebre y la congestión nasal son solo algunos de los indicadores que pueden aparecer para mostrar que estas enfermedades están presentes.
Las bajas temperaturas suelen acarrear enfermedades típicas de esta época del año como el resfrío, la gripe, bronquitis, bronquiolitis y hasta neumonía. Además de tos, fiebre y secreción nasal, pueden aparecer decaimiento, malestar generalizado y hasta dificultades para respirar.
Es importante atender a estos síntomas, sobre todo al último, para evitar que la enfermedad progrese y se vuelva algo de gravedad.
¿Qué es una enfermedad estacional?
Las enfermedades estacionales son condiciones de salud que tienden a hacerse presentes en épocas puntuales del año. Suelen estar relacionadas a factores climáticos específicos como cambios de estación u otras condiciones ambientales como la polución o quema de pastizales que inciden directamente en la calidad del aire.
Durante el otoño, las enfermedades comunes son las alergias al polen, el resfrío, la influenza, las alergias a esporas de moho que se liberan al aire y asma, que suelen manifestarse con mayor intensidad en esta época y en la primavera.
Cómo prevenir las enfermedades estacionales
El Instituto Provincial de Seguridad Social de Tucumán destaca una serie de comportamientos que se debe tener en cuenta para evitar mayores complicaciones:
- Evitar la automedicación
- Hacer reposo
- Cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación
- Ventilar los ambientes una vez al día
- No exponer a los niños al humo del cigarrillo
- Lavarse las manos con frecuencia
Además, ante la aparición de síntomas, se recomienda asistir a un centro médico en el que el paciente pueda ser diagnosticado correctamente para recibir el tratamiento adecuado.
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