Lorenzo S. Marcos
Para LA GACETA
Hace 125 años, con 20 camas para internación, comenzó a escribir su historia de vida el Hospital del Niño Jesús. La obra encarada por la Sociedad de Beneficencia de Tucumán bajo la dirección de la Sra. Sofía López de Terán le fue confiada al constructor Don Virgilio López García. La edificación comenzó en 1897, durante el gobierno de Lucas Córdoba, y dos años después, la luminosa tarde del 14 de mayo de 1899, en el boulevard Sarmiento (avenida Sarmiento 800) vecinos modestos y conspicuos, junto a la comitiva oficial encabezada por el gobernador Próspero Mena y a la comisión de las damas de beneficencia, inauguraron una obra que sería el punto de partida de una historia nueva y distinta. La comunidad se organizaba para proteger al niño y asumir visionariamente la obligación de dar vida sana a las generaciones del porvenir, según la crónica de aquella época.
“Un aspecto de fiesta ganó aquel lugar desierto; el ir y venir de los carruajes era incesante; el edificio que tomaba solemnidad en el marco del verde oscuro de las quintas circunvecinas, estaba completamente abierto y visible a la distancia con el color de los pabellones, engalanados de banderas. El torbellino de la concurrencia crecía como imantado con las alegres notas de los landós, que a ratos inundaba el ambiente con el eco de sus bronces”. Así lo describía el cronista del diario El Orden.
Hitos: el primer director del hospital fue el Dr. Manuel Cossio, quien tomó esa responsabilidad ad honorem por 35 años. En 1905 ingresaron, con residencia propia, las Hermanas de la Congregación del Huerto, a quienes se les encargó la contención espiritual de los niños y de sus familias, y no pocas veces la asistencia de los niños como auxiliares de enfermería; en 2022, luego de 117 años de ininterrumpida y desinteresada labor, la congregación fue retirada por falta de vocaciones. En 1909 el hospital había quintuplicado el número de camas de internación y se habían registrado 10.000 consultas anuales. En 1948 el estado expropió el hospital y reemplazó a la Sociedad de Beneficencia en el manejo de la institución. El 29 de septiembre de 1959 el hospital fue trasladado hacia su actual ubicación. El 17 de diciembre de 1965 se creó la Asociación Protectora del Hospital del Niño Jesús, como una derivación de la Sociedad de Beneficencia. En 1967 la incipiente residencia médica de pediatría comenzó a dar sus primeros pasos, teniendo como espejo a la residencia creada por el Dr. Carlos Gianantonio en el Hospital de Niños de Buenos Aires a fines de la década de 1950.
Con el advenimiento de la democracia, el gobernador Fernando Riera restituyó al hospital, como directora, a la Dra. Nélida Cusa, quien cambió viejos conceptos de internación e inició una nueva era en el cuidado y seguridad del paciente en la institución. Llevó adelante un cambio generacional de los profesionales en base a los frutos de la residencia y con estas medidas logró un descenso importante de la mortalidad hospitalaria. Por aquellos años 80 fallece inesperadamente una figura irreemplazable y maestra de la infectología, el Prof. Dr. Juan Francisco Villalonga, un incansable e inteligente defensor de la formación de posgrado local. En 2002 el hospital alcanzó un conocimiento mundial como consecuencia de la muerte de 23 niños desnutridos.
Es una apretada historia, en la que cada uno de los miembros de la comunidad hospitalaria dejó parte de su vida poniendo un grano de arena para el crecimiento de la institución.
Pasaron 125 años, pregunto: ¿es tan intensa la labor diaria para no permitirnos recordarle a la sociedad un cumpleaños tan importante? Volviendo a aquella tarde dominguera, luminosa y fría del 14 de mayo de 1899 ¿no convendría revivir aquella gesta vecinal e imitar a aquellos antepasados renovando sus votos de compromiso con los niños? ¿No correspondería a 125 años de la partida y a 65 años del cambio de domicilio plantearse nuevos horizontes edilicios y científicos en base a lo existente, para dar respuesta sin angustias a todas las necesidades que reclama un niño enfermo?