¡Cuánto vale la definición de Junior Arias! En Nueva Italia, San Martín de Tucumán ganó un partido que significó más que tres puntos. La falta de fútbol, la escasez de jugadas de peligro y la solidez defensiva fueron superados por el héroe uruguayo y no sólo porque ganó tres puntos fundamentales.
La victoria mantiene al “santo” como segundo de la zona A con 32 unidades pero, además, el delantero logró cortar una sequía de siete partidos sin convertir. Una eternidad para cualquier atacante.
Sin embargo, Arias no sé desesperó. Superó los fantasmas y aprovechó la única jugada de peligro que le llegó a sus pies.
¿San Martín tuvo suerte? Un poco. El partido fue trabado, algo feo y aburrido para el hincha neutral. Casi como si el frío hubiera congelado las ideas de los futbolistas.
No fue un fenómeno que afectó sólo al “santo” porque la “academia” tampoco hizo la diferencia de cara al arco de Darío Sand.
Un tiro libre de Facundo Rivero, el cabezazo de Wilfredo Olivera y remates de media distancia de Bruno Nasta fue lo poco que ofreció el equipo de Juan Carlos Olave.
Además, el gol que sentenció el resultado no fue resultado de la creatividad del medio campo de San Martín. Juan Cuevas intentó pero no pudo romper líneas; Pablo Hernández sufrió demasiadas faltas y conectó pocas pelotas filtradas, mientras que Gustavo Abregú fue la rueda de auxilio del “santo”. Esos factores llevaron al equipo a no generar ninguna ocasión clara en el primer tiempo.
Las bandas tampoco fueron el fuerte del equipo. Gonzalo Rodríguez intentó desequilibrar por la banda derecha, pero la imprecisión en los últimos metros fue su verdugo, y Lautaro Fedele tuvo menos participación de lo normal.
Nahuel Banegas tuvo un duelo personal con Matías Pardo y eso lo obligó a estar más enfocado en la faceta defensiva. Así, sus proyecciones se redujeron; algo similar a lo que sucedió con Gonzalo Bettini, enfocado en contener a Leandro Fernández.
Todo este combo daba a pensar que el partido terminaría en un empate sin goles. Claro, sólo una anomalía podía inclinar la balanza para cualquiera de los equipos porque la tenencia de la pelota era compartida.
Y esa situación llegó en el segundo tiempo. El error de Nicolás Sánchez le dejó en bandeja el gol a Arias, que no perdonó. Demostró su calidad y sumó su quinta conquista en el torneo.
El gol caldeó los ánimos en Nueva Italia. Los hinchas expresaron su descontento con cánticos contra los jugadores y el reclamo fue de tal magnitud que el partido estuvo detenido por algunos minutos.
La “academia” salió con todo a buscar torcer la historia; pero, pese al cambio de actitud, no pudo quebrar la muralla de Sand. Solamente un disparo de Nasta, que pasó cerca del palo derecho, fue lo más cercano que estuvo de lograr el 1-1.
Pero San Martín se acomodó bien. Los cambios oxigenaron al equipo y así cerró una victoria crucial para no perderle pisada al “santo” sanjuanino. Debe seguir puliendo detalles del juego, pero mientras tanto suma y sigue.