Las plazas que se vienen serán como las de Córdoba. Claro que eso dependerá, en gran medida, del rumbo que tome la economía. El dólar ha cedido después de una semana de convulsión en los mercados. El presidente Javier Milei pidió bajar la espuma a la discusión sobre el fin del cepo cambiario y, de a poco, ordenó relajar las restricciones.
Antes de viajar a Córdoba, visitó la Sociedad Rural Argentina, donde anticipó lo que hoy es un anuncio: eliminar el impuesto PAIS. “Estamos trabajando para eliminar el cepo, cuando se desactiven las bombas que los kirchneristas nos dejaron. Va a haber tipo de cambio libre, cuando se empiecen a recomponer las cuentas, vamos a eliminar el Impuesto País y vamos a eliminar las retenciones para que el campo sea libre”, le dijo el jefe de Estado a los ruralistas.
Puesto en vigencia en 2019, el Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) grava hasta 30% sobre el valor de ciertas operaciones en moneda extranjera. Como la mayoría de los tributos que alimentan la recaudación, se trató de un impuesto de emergencia con el que se intentó frenar la sangría de dólares en operaciones relacionadas con el exterior, como el caso de la compra de divisas, gastos en otros países o el cobro de servicios digitales. El mismo derrotero puede tener el impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios o impuesto al Cheque y también las retenciones a las exportaciones agropecuarias.
“Sabemos que será difícil para las arcas pero nosotros tomamos un compromiso y les vamos a empezar a devolver los impuestos”, dijo el presidente de la Nación desde el histórico Cabildo cordobés. Fue después de aclarar que esa será una de las primeras medidas que adoptará cuando la Ley Bases y el paquete fiscal avancen en el Congreso Nacional.
La creación del Consejo de Mayo, un organismo que será integrado por representantes del Poder Ejecutivo, los gobernadores, diputados, senadores, sindicatos y empresarios, fue otro de los anuncios presidenciales en la jornada patria. Este grupo de referentes aconsejará y sugerirá acciones para que el Gobierno pueda encarrilar el rumbo económico y político del país. Será una suerte de Consejo Económico y Social como los que convocaba el Justicialismo en sus tiempos de gobierno, y que, inexorablemente, fue diluyéndose.
Milei sostendrá el decálago anunciado el 1 de marzo, en su primer mensaje ante el Congreso, sobre el acuerdo fundacional para la Argentina. Esto tiene que ver con la defensa de “la inviolabilidad de la propiedad privada”; “el equilibrio fiscal sea innegociable”; “la reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del PBI”; “una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva” y la “rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual”. También con el “compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país”; con “una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal”; “una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema”; “una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados” y con “la apertura al comercio internacional”.
Tras la incursión por Córdoba, las fechas patrias que se vienen ponen el acento en el Día de la Bandera, con un 20 de junio en Rosario (Santa Fe) y el 9 de julio, con la Declaración de la Independencia, que tiene como capital de la República a San Miguel de Tucumán. Tanto Milei como el ministro del Interior, Guillermo Francos, han dado ambas fechas como probables para la firma del Pacto de Mayo con los gobernadores. El economista libertario está más cerca de la plaza Independencia que del Monumento Histórico Nacional de la Bandera. Frente a esa posibilidad, ya están trabajando para que Tucumán reciba al jefe de Estado, a su gabinete y a los gobernadores en la Casa Histórica y en la Casa de Gobierno. Para eso faltan todavía 53 días, toda una vida para una convulsionada Argentina que se debate entre la desaceleración inflacionaria, un dólar más calmo, una rápida salida de la recesión, acuerdos políticos e institucionales que todavía no llegan y una extraña apuesta al sacrificio con la esperanza de que el cambio sea real, con un adiós al ajuste y hacia un país más equilibrado.