Durante los días fríos, utilizar el aire acondicionado en modo calor es una buena alternativa para calefaccionar los ambientes de una casa. Sin embargo, también existen consejos de ahorro de energía para utilizar de manera eficiente este artefacto y evitar sorpresas cuando llegue la factura de la luz.
Cuando utilizamos el equipo para calefaccionar los ambientes, en invierno, la temperatura óptima de funcionamiento está entre 20°C y 22°C.
Es conveniente buscar la temperatura confortable para cada uno, siempre teniendo en cuenta que cuanto más alto sea el valor elegido, mayor será el consumo eléctrico: cada grado que se aumente, se produce un incremento del 7% adicional en el consumo de energía.
¿Es conveniente dejar el aire acondicionado encendido todo el día en invierno?
Mantener el equipo de aire encendido consume energía, siempre. Por eso, si una habitación va a permanecer vacía por mucho tiempo (más de una hora) siempre es conveniente apagar el equipo. De la misma manera si vamos a ventilar o mantener las ventanas o puertas abiertas.
Los equipos de tecnología más tradicional, mientras están en funcionamiento, encienden o apagan el motor compresor a medida que se requiere calefaccionar la habitación. Esto genera un pico de consumo en cada arranque, lo que hace que sean menos eficientes.
Cada vez que el equipo detecta que se alcanzó la temperatura deseada, detiene el motor, y vuelve a arrancar cuando la temperatura baja. Este ciclo se repite de manera continua mientras el aire esté encendido.
Aire acondicionado en invierno: ¿cómo usarlo durante la noche?
Es recomendable bajar la temperatura a la hora de dormir. Una temperatura confortable para dormir está aproximadamente en 18°C.
Algunos aires acondicionados tienen una aplicación llamada "modo sleep", una funcionalidad que permite ajustar la potencia de funcionamiento durante las horas de sueño, reduciendo el consumo y aumentando el confort.
Por otro lado, será clave, además, aprovechar las horas de luz natural, y asegurase de dejar las persianas levantadas durante el día y de bajarlas cuando empiece a atardecer, para que la casa guarde el calor acumulado.