Crujirse los dedos, ¿realmente daña nuestras articulaciones?

Crujirse los dedos, ¿realmente daña nuestras articulaciones?

Muchas creencias advierten que el chasquido de nuestros dedos puede dañar los mismos.

Crujirse los dedos, ¿es malo para nuestra salud? Crujirse los dedos, ¿es malo para nuestra salud?
21 Mayo 2024

Que genera artritis o que los huesos se dañan, son algunas de las creencias que advierten el crujirse los dedos como una práctica perjudicial. Pero, ¿qué tan ciertos son estos avisos?

En una oficina, en la escuela o en un bar, a una distancia considerable aún podemos oír el ruido característico de alguien crujiéndose los dedos. Ese sonido que a algunos altera y a otros resulta completamente satisfactorio. Y en ese escenario también aparece aquellos que advierten que esa práctica puede dañar nuestros dedos.  

¿Por qué los dedos crujen?

El crujido de los dedos proviene del ruido generado por el estallido de las burbujas de aire formadas en el líquido sinovial, un material espeso que se encuentra en las articulaciones. Este se encarga de amortiguar los extremos de los huesos y reducir la fricción cuando las articulaciones se mueven. Esta explosión se produce por el cambio de presión en el interior de las articulaciones.

Las burbujas que se generan en el líquido sinovial son producidas por la producción de gases en esta sustancia depositada entre las articulaciones. Al liberarse esos gases en forma de “burbujas”, explotan rápidamente y dan lugar a ese sonido tan característico.

¿Es realmente cierto?: qué dice la ciencia sobre lo perjudicial de crujirse los dedos

"Hasta ahora, no hay pruebas científicas de que el hábito pueda causar daños a la salud de las manos o engrosar las articulaciones", afirmó Renata Gregorio Paulos, médica traumatóloga especialista en manos del Instituto de Ortopedia y Traumatología del Hospital das Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo.

Diversas pruebas científicas que inclusive agregaron a su lista corroborar si este hábito generaba artritis dieron cuenta de que crujirse los dedos no es una actividad negativa. Tampoco resulta ser una actividad producente, aunque se ha observado que luego del chasquido el rango de movimientos de la articulación aumenta un poco, pero nada significativo. Para algunas personas esta acción resulta satisfactoria, ya que se estimulan algunas terminaciones nerviosas que generan una sensación placentera.

Al fin y al cabo chasquear los dedos es una práctica inofensiva. No promueve nuestro bienestar pero tampoco lo perjudica, por lo que aquellos que la adoptaron pueden seguir practicándola, ignorando a aquellos que auguran una posible futuros oscuros para nuestros extremidades. 

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