“No recuerdo bien la fecha, pero en 2016 comencé a invertir ahí. Nos había ido relativamente bien, poníamos plata y sacábamos cuando nos hacía falta y ganábamos con los intereses y te cumplían. Siempre invertimos con Soramus y con Sebastián González”, explicó N.D, una de las afectadas por una financiera en Tucumán que no puede recuperar los $ 5,6 millones que invirtió la última vez.
Su hermana, A.D, contó que ella también invirtió en su momento y que la firma era “confiable”. “Yo llegué a sacar mi capital antes de que empezara el problema, pero me salvé porque estaba pensando en volver a invertir cuando tuviera la posibilidad”, sintetizó.
El jueves la Justicia allanó las oficinas de La Madrid al 300 y al 400, en barrio Sur, donde funcionaba Soramus S.A, la financiera en la que González figuraba como presidente según informan las firmas de algunos pagarés. Se desconoce el paradero del hombre, al que la Justicia ya le dictó una orden de captura.
“Todo iba bien, pero en agosto quisimos sacar nuestro dinero y descubrimos que ya estaban con dificultades para cumplir. Nunca había habido problema, pero esa vez nos hablaron de ‘fechas programadas’. Fue la excusa con la que nos fueron postergando hasta diciembre...”, detalló N.D.
F.S se encontraba en una situación similar. Fue uno de los denunciantes que acudió en diciembre a la reunión a la que los habría convocado González, para dar explicaciones. “Nos dijo que esperáramos seis meses para que se recuperara y pudiera entregar el dinero, que el cambio de gobierno le había traído dificultades y que la plata estaba pero que en ese momento estaba todo ‘congelado’”, recordó.
“Después de eso, entre diciembre y mediados de febrero no nos recibió, hasta que nos firmó un pagaré para julio, pero con la posibilidad de empezar a retirar parte de la plata en abril. Cuando fuimos a la oficina el 26 de abril el portero del edificio nos informó que ya no estaban ahí; ya nadie atendía las llamadas tampoco”, agregó el hombre que invirtió $ 4,6 millones y que debía recibir aproximadamente $ 7 millones por su aporte.
“Fue un daño muy importante, eran prácticamente todos nuestros ahorros. La verdad no queríamos llegar a denunciarlo porque era confiable, pero ayer cuando estaba en Tribunales y vi que había tres personas más denunciando lo mismo me di cuenta de que no podrá cumplir sus promesas”, concluyó N.D.
La operatoria
Capitalización.- Ofrecían a adherentes de diferentes mutuales ingresar a una especie de sistema de ahorro. El cliente entregaba una suma de dinero y cobraba los intereses que iban del 100 al 300%, según el tiempo que ellos elegían estar en el grupo. Por ejemplo, entregaban $1.000, en el máximo plazo, obtenían $3.000. El ahorrista tenía la posibilidad de retirar todo el dinero, únicamente las ganancias o ir incrementando el capital para obtener mayores dividendos. El sospechoso, según confiaron fuentes judiciales, contaba con una mutual propia, pero también firmaba convenios con otras para que les permitieran a sus afiliados ingresar a este especie de mecanismo de ahorro. Otras entidades, sin consultar a sus adherentes, habrían colocado dinero ajeno.
Préstamos.- Recibían sumas de dinero para que personas vinculadas a la firma lo ofrecieran en el sistema financiero paralelo. Mensualmente cobraban los intereses del capital que entregaban y que iban desde el 20% al 800%, dependiendo siempre el monto del capital que entregaban y el tiempo del contrato que firmaban. Por ejemplo, una persona que entregaba $1 millón, en un mes podría cobrar al menos $200.000 o $800.000. “Eran como unos intermediarios. En vez de dedicarnos nosotros a hacer ese negocio, lo hacían ellos a nuestro nombre. Obviamente que se quedaban con una parte de los intereses”, destacó L.M. R, otra de las víctimas que anunció que no hará una denuncia en contra de los responsables de la financiera.
Robo de nombres.- según las denuncias que recibieron los investigadores, el titular de la financiera podría haber utilizado los nombres de los clientes para acceder a créditos en distintas firmas. Los damnificados se dieron cuenta de esta situación cuando comenzaron a recibir intimaciones de pago de esas firmas.
Al descubierto.- Los problemas surgieron cuando los ahorristas comenzaron a recibir sus pagos con cheques que no tenían fondos o que eran falsos.