18 Mayo 2024
PARA ENTRAR EN TRANCE. Con temas como “Dorado y púrpura”, los riffs que interpreta Winona Riders pueden extenderse más de ocho minutos.
Cuando se escuchan temas como “Dopamina”, “Dorado y Púrpura”, “Joel”, “Abstinencia”, “¿Así que te gusta hacerte el Lou Reed?” o incluso “Falso detox”, el sonido transporta de inmediato y el trance se inicia, en un ritmo sostenido, reiterativo.
Las capas de guitarras y sintetizadores pueden tapar las voces, pero el sonido de rock psicodélico es inconfundible. Para todos aquellos que hayan vivido los tiempos memorables de los primeros Rolling Stones o The Doors, The Velvet Underground o Lou Reed, los 60 en una palabra, Winona Riders se presenta con discos como “El sonido del éxtasis”, en una gira por el NOA que se inició en Tilcara el martes, cuando los músicos llegaron a esa ciudad y que hoy hace base en Tucumán.
“Dorado y púrpura” puede durar ocho, 10 minutos o más, quién sabe, porque la repetición de riffs está ahí, con un sentido claro.
“Estamos muy influenciados por la música de esa época por esas bandas de vanguardia, hay mucho doors, stones, velvet pero también con la estética. Sorprende que seamos seis y podamos coincidir en los gustos, en las propuestas musicales que hacemos”, le dice a LA GACETA Gaby Torres Carabajal (percusión), quien integra la banda con Ariel Nigrelli (voz y guitarra), Ricardo Morales (guitarra y coros), Santiago Vidiri (bajo) y Francisco Cirillo (batería), (guitarra y coros) y Mauro Arenas (sintetizadores y teclados).
La gira que se inició en Jujuy, siguió en Salta, ahora en esta ciudad y culminará en Santiago del Estero. El grupo tuvo dos nominaciones a los Premios Gardel 2024, en las categorías Mejor Nuevo Artista y Mejor Álbum Rock Alternativo, y pasó de tocar en locales o centros culturales pequeños de la zona oeste de Buenos Aires a cerrar una jornada ante miles de espectadores en marzo de este año en el festival Lollapalooza.
Aquí tocará esta noche en Magic Music Box (José Colombres 427) desde las 21, con las bandas Brahmans y Ciruela Baker de invitadas.
Rebeldía y desafío
“Irreverentes, arriesgados, rebeldes, precisos, rockeros y desafiantes”, así lo califican distintos medios nacionales a la formación que ya se instaló en el centro de la escena del país.
“Me bañé en un mar lleno de LSD y empecé a balbucear. Satanás en el cielo apareció y empezó a negociar. No quiero tu alma, no me queda tan bien, Es un poco anticuada. Satanás me pintó y me hizo bailar en unas medias de red”, son algunas de las letras de las canciones.
El EP “Esto es lo que obtenés cuando te cansas de lo que ya obtuviste” (álbum debut del grupo nacido en 2018) y “El sonido del éxtasis” se editaron el año pasado.
En las remeras del grupo están claras las referencias; pueden leerse ¿Stooges? ¿Spaceman? ¿Velvet?
“Hay un clima de éxtasis, a lo que ayudan mucho las percusiones. Va todo por ahí, con esos grupos, por una cuestión de inercia terminamos sonando así. Por lo general Ari y Rocky llevan los temas y entre los seis laburamos y salen los temas”, dice Gaby, que toca la pandereta y curiosamente, ocupa el espacio central de la banda en las presentaciones y en los videos.
“Hay siempre un clima éxtasis que es lo que sentimos. Es rock ácido, más allá del consumo o no, terminamos sonando así. En temas como ‘Dopamina’ que me preguntás, es entrar en un viaje, en un trance,” responde con claridad a LA GACETA. Y se alegra que los hijos vayan con sus padres a los recitales. “Me lo estás diciendo vos que nos escuchaste por tu hija y te acordaste de películas como ‘The Doors’ o ‘Apocalypsis now’”, comenta durante la conversación.
“Aprendimos que hay que tocar mucho, cuando salimos de la pandemia lo hicimos y así pudimos difundir lo que hacíamos, en la zona oeste bonaerense desde donde somos. Pensar que somos seis y coincidimos en nuestros gustos; estamos ahí, para nosotros es toda una presentación, alargar los temas como en ‘Dorado y púrpura’ es un trance”, insiste.
La adicción al celular o el snobismo están presentes en algunos de los temas que compusieron. Pero Gaby prefiere no detenerse en eso: “es la moda, siempre hay un juego, no queremos demostrar nada, tocamos y listo”, aclara.
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