Triquinosis: consejos para evitar riesgos

Triquinosis: consejos para evitar riesgos

El consumo de carne de cerdo se afianza en el país. Ante esto, el Senasa difundió datos sobre la enfermedad. En personas puede presentarse una sintomatología inespecífica, similar a una gripe, con síntomas gastrointestinales, fiebre, vómitos, diarrea, dolores musculares, entre otros. En el animal los síntomas no son visibles. Por ello, es necesario realizar controles en laboratorios.

Triquinosis: consejos para evitar riesgos

En varias oportunidades se habló sobre la importancia de consumir alimentos inocuos y de calidad. El consumidor lo exige y, por ende, el productor de alimentos hace todo lo posible para satisfacer esa demanda.

La crisis económica -debida a un proceso inflacionario que de a poco va disminuyendo- hizo que el consumidor busque alternativas alimenticias no tan caras, que le brinden las proteínas necesarias.

A raíz de ello, la carne de cerdo se fue incorporando de a poco a la dieta de los argentinos; y en muchos casos se logró afianzar y se convirtió en una carne bastante requerida.

Debido a ello, y en el marco de la Semana de Lucha contra la Triquinosis, las autoridades del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) difundieron información esencial sobre la enfermedad y sobre los métodos de prevención y de control para evitar riesgos.

La triquinosis es una zoonosis parasitaria; es decir, una enfermedad que puede transmitirse de los animales a las personas mediante el consumo de carne insuficientemente cocida o de productos elaborados con carne de cerdo o de animales silvestres -como jabalíes o pumas-, que contengan larvas del parásito en sus músculos. La principal fuente de infección de esta enfermedad para las personas son los cerdos domésticos, aunque también puede producirse por consumo de las otras especies mencionadas.

Cuando las personas la contraen puede producirse una sintomatología inespecífica, parecida a una gripe, con síntomas gastrointestinales, fiebre, vómitos, diarrea, dolores musculares, entre otros. Por eso, ante estos síntomas, resulta fundamental asociar lo que la persona previamente había consumido y asistir al centro médico más cercano.

Dado el nivel de consumo de productos elaborados con carne de cerdo y de derivados en nuestro país -chacinados, embutidos y salazones- resulta fundamental que aquellas personas que se dedican a la cría de estos animales les proporcionen una alimentación segura y adecuada, ya que los cerdos pueden adquirir el parásito por medio de lo que comen. Además, se deben mantener las instalaciones en condiciones higiénico-sanitarias adecuadas.

La mayoría de las unidades productivas que se dedican a la actividad porcina en nuestro país corresponden al sector de la producción a pequeña escala; y su modo de crianza suele ser a campo. Uno de los principales destinos productivos es la obtención de lechones para la venta. En segundo lugar, establecimientos que se dedican al engorde. A raíz de ello es importante controlar y evitar en los predios productivos el ingreso de roedores, ya que pueden contener larvas de trichinella que pueden entrar en contacto con los cerdos.

Debido a que los síntomas de esta parasitosis no son visibles en el animal, es necesario realizar los controles en laboratorios que confirmen la ausencia de la enfermedad. En este sentido, un aspecto clave para la prevención de esta zoonosis es la realización de la prueba de digestión artificial, porque la enfermedad solo puede diagnosticarse luego de la faena.

Este método permite detectar la presencia de larvas de trichinella en una muestra de carne, que debe ser analizada en un laboratorio habilitado por la autoridad competente. De esta manera, puede determinarse si la carne que se produce es apta para el consumo.

La prueba diagnóstica es también una pauta para quienes se dedican a las actividades cinegéticas. En ocasiones, los cazadores elaboran chacinados y salazones con carne de puma, de jabalí o de otros animales silvestres, motivo por el cual resulta clave determinar por medio del laboratorio si la carne es apta para el consumo.

Asimismo, se recomienda a los cazadores que una vez finalizada la actividad se lleven las carcasas. Otro de los pilares clave para la prevención de la enfermedad son las medidas que debe tomar la población a la hora de consumir productos alimenticios porcinos y derivados (chacinados, embutidos, salazones) que se elaboran con carne cruda.

Por un lado, es necesario tener conocimiento acerca de dónde adquirir los productos, considerando únicamente aquellos establecimientos que se encuentren certificados y habilitados para la elaboración de estos alimentos.

Para garantizarlo, quienes consuman productos derivados de cerdos o de animales silvestres deben verificar la etiqueta del producto e identificar la certificación de origen.

Por otro lado, se recuerda a los consumidores siempre cocinar la carne hasta que su interior pierda el color rosado, lo cual indica que se alcanzó una temperatura que asegura la eliminación de larvas que transmiten la enfermedad, en caso de que el producto estuviese infectado.

Estos son aspectos muy importantes que se deben tener en cuenta para poder seguir consumiendo este tipo de carne, que se va imponiendo de a poco en el mercado nacional.

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