La inseguridad en los vecindarios (77%), la carencia de servicios públicos como desagües, veredas y pavimentos (56%), la presencia de drogas (54%), la falta de acceso a la red de gas (53%), la contaminación ambiental (48,6%) y la ausencia de sistemas cloacales (38%) son los problemas predominantes en el entorno habitacional que impactan en la infancia, según el último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA).
La desigualdad social agrava estas privaciones ambientales, especialmente para los niños/as y adolescentes más desfavorecidos económicamente. “Esta situación se evidencia con mayor crudeza en el Conurbano Bonaerense y el Gran Tucumán, aunque las disparidades también existen en otros entornos urbanos”, indica el documento de investigación “Diagnóstico del Hábitat Infantil para un Desarrollo Sostenible”. El informe, elaborado por Ianina Tuñón, Matías Majlar y Nicole Robert en colaboración con el Banco Hipotecario, pone el foco en la relevancia de un hábitat saludable como derecho de todas las personas y, en particular, de los niños, las niñas y adolescentes.
La inseguridad y la presencia de drogas en los vecindarios representan barreras significativas para aspectos fundamentales de la socialización de los niños/as y adolescentes, ya que limitan su capacidad de jugar en espacios públicos y de desplazarse de forma autónoma hacia la escuela u otros lugares. Un 42% de los niños y adolescentes hasta 17 años reside en barrios en los que carecen de suficiente vigilancia policial, y 54,4% en barrios en los que se reconoce la existencia de venta de drogas. “La inseguridad en el barrio es muy alta, pero está por encima de la media en los estratos sociales medios (medio obrero integrado y medio no profesional). Asimismo, se ubica por encima de la media las poblaciones del Conurbano Oeste y Gran Córdoba, Gran Mendoza y Gran Tucumán”, puntualizan los investigadores de la UCA.
Los problemas ambientales y el déficit de servicios públicos en los barrios están interrelacionados, ya que la falta de desagües, por ejemplo, puede propiciar la propagación de enfermedades graves como el dengue, advierte el reporte al que accedió LA GACETA. Las plagas son el primer problema que se registra, seguido por basurales a cielo abierto, quema de basura, y en menor medida se registra la presencia de fábricas contaminantes, puntualiza. Esta de contaminación ambiental afecta al 40% o más de los niños/ as y adolescentes de los aglomerados urbanos del país, pero en mayor medida a los que residen en Tucumán (73%) y en el Conurbano Bonaerense (especialmente en zona oeste y sur), señala el informe en base a datos de fines de 2023.
Asimismo, el acceso a agua potable, condiciones adecuadas de saneamiento y gas domiciliario son cruciales para la nutrición y la salud de los niños/as, así como para su desarrollo físico y sus capacidades educativas. Además, cerca del 20% de los niños/as y adolescentes viven en condiciones de hacinamiento o en viviendas precarias, lo que limita su desarrollo personal al no contar con espacios para la privacidad, el descanso adecuado o la interacción social con sus pares. La precariedad habitacional también conlleva riesgos para su supervivencia y bienestar. Por último, aproximadamente el 10% de los niños/as y adolescentes residen en viviendas informales, lo que genera inestabilidad y vulnerabilidad en su entorno habitacional, lo que probablemente afecta negativamente el bienestar psicológico de los adultos a cargo de su cuidado y crianza.
El estudio destaca que es imperativo profundizar, mediante acciones concretas, el mejoramiento de las condiciones de hábitat de vida de la ciudadanía, lo cual tendría consecuencias positivas de gran significancia en el crecimiento madurativo y cognitivo de los niños/as, no solo en sus primeros años de vida, sino también en su posterior desarrollo y crecimiento.