“Nos ha costado, pero se hizo realidad”, destacó Liliana Massara en la apertura del Mayo de las Letras. A su lado, en el escenario de la sala Orestes Caviglia, sonreían Susana Montaldo y Humberto Salazar. La frase con la que Massara inició su discurso está anclada en la complejidad de la realidad económica y a la vez da cuenta del esfuerzo que significó concretar el festival. Mucho público acompañó el acto en la sede del Ente Cultural y desde el subsuelo, una vez terminadas las formalidades, pasó a la sala Lola Mora para asistir a la inauguración de la Feria Regional del Libro. El acceso es libre y gratuito a ese espacio, que alberga stands con editoriales del NOA y sirve, al mismo tiempo, de escenario para las principales actividades que va marcando la grilla.
Las fechas “redondas” -como los 20 años que cumple el festival- suelen darles pie a los homenajes y en este caso el agasajo fue a María Blanca Nuri. Reconocida impulsora del Mayo, cuya primera edición se concretó allá por 2004, ella se llevó una plaqueta y un libro de regalo (la Antología Federal de Poesía-Región NOA).
“Al Mayo le pasaron muchas cosas, pero el espíritu sigue en pie, tal como fue pensado en sus orígenes. Ese espíritu fundante se mantiene vigente contra viento y marea”, destacó Nuri, y citó a la filósofa Julia Kristeva aludiendo a cómo la cultura remite a una sociedad que vive y no se estanca.
Nuri explicó que el Mayo de las Letras se creó sobre cuatro pilares: la construcción de identidad (ligada a la elección de un mes tan especial para organizarlo); el concepto de que cultivar la palabra es cultivar el pensamiento; la consigna de que las actividades cruzaran todo el espectro social; y el fomento de cruces creativos entre distintas especialidades. Recordó también algunas iniciativas que dejaron su marca, como los talleres de coplas con chicos en Tafí del Valle, o de narrativa con jóvenes que trabajaban en los semáforos o estaban alojados en el Instituto Roca.
En el afán de no olvidar a la gran cantidad de gente que colaboró con la concreción del festival, Nuri optó por escribir los nombres en tres páginas y las dejó en un sobre para la consideración de las autoridades. Y se despidió con un pedido: “ya está diseñado un libro con las ponencias y participaciones de las tres primeras ediciones del Mayo. Sugeriría que se publique”. Fue una manera elegante de pasar la pelota al campo del Ministerio de Educación y del Ente Cultural.
Fundamentos
En su primer Mayo al frente de la Dirección de Letras, Massara recalcó la tradición que ya caracteriza al festival y cómo se inscribió en la memoria de la comunidad. “Lo hacemos con un principio de diversidad, inclusión e interactividad con otras producciones artísticas -indicó-. Hacer cultura es construir con equidad”.
Massara es Doctora en Letras y docente. Desde el auditorio la escuchaban las autoridades de la Facultad de Filosofía Letras de la UNT, la que fue su casa durante muchos años. “Las palabras oyen y dicen sobre el mundo que nos rodea”, apuntó durante un discurso enriquecido por citas de Josefina Ludmer y Gilles Deleuze, y en el que además de recorrer el canon de la literatura tucumana destacó la fuerza de los creadores actuales. Cerró con la lectura de un poema de Pablo Romero.
Salazar reiteró un concepto del que se había valido cuando asumió hace poco más de dos meses la presidencia del Ente Cultural: el de resistencia cultural en estos tiempos de crisis. “Seguimos explorando maneras de visibilizar escritores, con proyectos creativos para transitar este año tan difícil”, enfatizó. Puso énfasis en el carácter federal del Mayo, a partir de la gran cantidad de actividades programadas en diferentes puntos de la provincia y celebró la presencia en el acto de integrantes del Consejo Regional Norte Cultura. Además, no se privó de recomendar la asistencia a “Los amores de Lola”, la obra protagonizada por el Ballet Estable que cerrará el festival el jueves próximo en el teatro San Martín.
La ministra de Educación se declaró feliz por asistir -definió- a una celebración de la cultura como es el Mayo. “Más allá del eslogan ‘no hay plata’. se trata de resistir con altura a la adversidad”, enfatizó Montaldo. El lema del festival (“Las palabras no se callan”) le habilitó una reflexión: “es la capacidad de la palabra para enriquecernos y abrirnos a nuevas realidades, para describir nuestras emociones. La palabra configura un espejo en el que podemos mirarnos y esa imagen muestra que todavía podemos”.
Liliana Barrionuevo y Gabriela Brito recibieron los premios del concurso por el Día Internacional del Libro y, en el epílogo, la narradora Alejandra Jiménez escenificó un fragmento del cuento “Los restos del secreto”. La autora, Alejandra Kamiya, la aplaudió desde la primera fila. Y también hubo música, con la voz de Nancy Pedro, pero ya en la Feria del Libro. Era el momento de los brindis.
La programación del viernes 17:
- A las 15: jornada de literatura gótica tucumana, a cargo de
- A las 15.30: taller-conversatorio “Cultura y juegos del lenguaje”, con Susana Maidana (en la Bandeja 1).
- A las 17: jornada “Tucumán de poetas”, coordinada por
- A las 18: conversatorio “La arquitectura del cómo. Procesos escriturarios de la poesía tucumana contemporánea”, a cargo de Pablo Romero (sala Lola Mora).
- A las 19: conversatorio con Diego Albarracín; coordina Diego Cheín (sala Lola Mora).
- A las 20: conversatorio con la invitada especial María Rosa Lojo; coordina María José Daona (sala Lola Mora).
Actividades fuera de la Capital
- Aguilares: visita de escritores a la escuela media (a las 10, coordina Patricia Mora).
- Santa Rosa de Leales: jornada “Leer es parte de crecer”, organizada por el espacio cultural Las Manos de Leales. Coordina Isabel Campero (a las 15).
- Simoca: teatro de títeres y marionetas (a las 15). -
- Monteros: actividad teatral (a las 21) y concierto tanguero (a las 22) en la sala SUMA.