16 Mayo 2024
UN PROBLEMA DE INVERSIÓN. Según el informe de Fundar, los jóvenes argentinos no logran ascender socialmente por falta de políticas públicas adecuadas.
“Una inversión social contenedora, pero poco transformadora”. Así titula la organización Fundar a su último informe de políticas sociales en Argentina publicado el 13 de mayo de este año con la firma de Andrés Schipani y de Lara Forlino. Junto al Instituto Universitario CIAS, la institución de la sociedad civil plantea que, a pesar de haber incrementado su presupuesto en inversiones sociales, el país no logra bajar sus índices de pobreza desde hace más de una década. Desde 2014 a 2022, el presupuesto destinado a ayuda social, directa y urgente creció el 25% mientras que el índice de pobreza subió del 32% al 37,85%. La pobreza llegó al 41,7% en el segundo semestre de 2023, según los datos que el INDEC reveló en marzo y que no forman parte del estudio de Fundar, pero confirman sus premisas.
¿Por qué el índice de pobreza no logra bajar pese a las inversiones crecientes del Estado? La organización especializada en políticas públicas para la Argentina sostiene que, a pesar de que el Gobierno aumentó el gasto público en políticas sociales, los programas no son suficientemente eficientes para promover la movilidad social ascendente. La ineficiencia se intensifica en el segmento de los jóvenes: el informe detalla que la población que tiene entre 18 y 24 años parece ser una de las categorías etarias con menor inversión específica. Para llegar a esta conclusión, Fundar se basa en dos parámetros fundamentales: la educación y el trabajo.
En relación con la educación, los montos reales de las becas Progresar fueron disminuyendo: desde los $ 11.329 constantes de 2018 (pesos corrientes corregidos por la tasa de inflación) a los $ 9.477 de 2022. “Los jóvenes de ingreso más bajo necesitan un complemento monetario para poder finalizar sus estudios”, refiere el documento.
Otra de las vías que tienen los jóvenes para ascender socialmente es a través de la obtención de un empleo formal. Respecto de este rubro, la inversión también cayó, principalmente en relación con programas destinados a la promoción y preservación del trabajo formal después de las medidas de emergencia desarrolladas durante la pandemia. Si bien este descenso es generalizado y afecta a toda la población, el documento manifiesta que los jóvenes son el grupo etario que enfrenta mayores obstáculos para insertarse en el mercado laboral. “Mientras que la tasa de desocupación para la población general en 2022 era del 7.1%, entre los jóvenes de 14 a 29 era de 16.6%”, recuerda.
“A diferencia de las otras categorías etarias, el segmento joven hoy no tiene un conjunto de políticas públicas específicas destinadas a fomentar su integración social. Esta es una etapa crítica en el desarrollo y un momento en el que muchas personas definen sus trayectorias laborales. En un contexto de pobreza creciente, creemos necesario un apoyo más activo del Estado”, expresa el informe de Fundar, organización de la sociedad civil dedicada al estudio, la investigación y el diseño de políticas públicas con foco en el desarrollo de una Argentina sustentable e inclusiva.
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