“No confundir limpieza con buena higiene”, señalan los especialistas cuando explican el fenómeno que ocurre en los hogares del mundo desde la pandemia por Covid 19. Y es que desde 2020 son muchos los que convirtieron la limpieza en una obsesión y los expertos alegan que esta práctica puede tener consecuencias. ¿En que afecta a nuestra salud tener la casa demasiado limpia?
Para Sally Bloomfield, presidenta del Foro Científico Internacional sobre Higiene del Hogar, es preocupante el hecho de que la pandemia haya llevado a muchas personas a adquirir hábitos de limpieza poco útiles. Por ejemplo, fregar obsesivamente los pisos en lugar de centrarse en buenas prácticas de higiene que ayuden a prevenir la propagación de enfermedades.
Por qué no debemos confundir limpieza con higiene
"La gente está obsesionada con la limpieza como un medio para protegerse contra los gérmenes", dice Bloomfield. "Está en algún lugar de nuestro ADN que asociamos la limpieza con la salud... Hemos evolucionado para evitar las cosas desagradables o malolientes", agrega.
Pero limpieza e higiene no son lo mismo, dice la académica. "La limpieza se trata de lograr una apariencia del área para que se vea limpia. Pero la higiene se trata de protegerse de los microbios dañinos", asegura.
Para Bloomfield, todos deberíamos practicar una "higiene específica" en nuestra vida diaria y reconocer cuándo es probable que se propaguen los microbios que son dañinos. Por ejemplo, cuando manipulamos alimentos crudos, usamos el baño, tocamos mascotas, nos sonamos la nariz o tiramos basura.
Una encuesta realizada por la Royal Society for Public Health (RSPH) en el Reino Unido reveló que muchas personas están confundidas acerca de la diferencia entre higiene y limpieza. Muchos de los encuestados dijeron que ser higiénico implica eliminar la suciedad.
Más de un tercio (36%) dijo que la suciedad era generalmente dañina y un 61% dijo que tocar las manos de un niño después de haber estado jugando al aire libre probablemente propagaría microbios dañinos.
Pero la RSPH señala que las principales fuentes de patógenos no suelen estar en los lugares que se consideran "sucios", sino en alimentos contaminados, animales domésticos y personas infectadas. Aún más, la investigación señala que ensuciarse puede proporcionar muchos beneficios importantes para la salud.
Las causas del desarrollo de alergias y asma
La creencia de que la limpieza y la higiene son lo mismo ha persistido desde finales de la década de 1980, cuando el epidemiólogo británico David Strachan postuló la "hipótesis de la higiene".
Strachan argumentó que la exposición en la primera infancia a gérmenes e infecciones ayuda a desarrollar el sistema inmunológico de los niños y protege contra las alergias. Según el epidemiólogo, el aumento de las alergias infantiles y el asma a fines del siglo XX se vinculaba con la reducción de la exposición de los niños a los microbios a través de la disminución del tamaño de las familias, la interacción limitada con los animales y los estándares más altos de limpieza.
Ahora, sin embargo, los científicos argumentan que no hay evidencia que demuestre que la limpieza esté relacionada con el desarrollo de alergias. Graham Rook, profesor emérito de microbiología médica en University College London (UCL), dice que la hipótesis de la higiene debería reformularse como la "hipótesis de los viejos amigos".
Esta teoría dice que la exposición a organismos no infecciosos (llamados "viejos amigos") que han existido durante gran parte de nuestra historia evolutiva es en realidad lo que entrena al sistema inmunológico para que no reaccione de forma exagerada a los microbios inofensivos. Así mismo, aseguran que los niños reciben todos los aportes microbianos que necesitan para desarrollar un sistema inmunológico saludable a través de las vacunas, de su entorno natural y de la microbiota beneficiosa que obtienen de sus madres durante el parto.
"Las prácticas de higiene específicas en momentos y sitios de riesgo clave pueden maximizar la protección contra una infección y minimizar cualquier impacto en las exposiciones microbianas esenciales", afirma el estudio de Rook y Bloomfield. "No puedes mantener tu casa higiénica. Si quisieras hacer eso, tendrías que ponerla en una caja esterilizada", dice Bloomfield.