Los 30 y 50 años son decisivos para la osteoporosis: cómo prevenir la enfermedad en las etapas cruciales

Los 30 y 50 años son decisivos para la osteoporosis: cómo prevenir la enfermedad en las etapas cruciales

Las maneras de prevenir la osteoporosis en las etapas definitivas para la enfermedad.

Cómo prevenir la osteoporosis en las etapas cruciales de la enfermedad. Cómo prevenir la osteoporosis en las etapas cruciales de la enfermedad.
15 Mayo 2024

Nuestros huesos son la parte fundamental de una vida activa. Nuestro esqueleto es el sostén del que nos fiamos para salir a hacer las compras, ir a trabajar, disfrutar de una caminata o simplemente mantenernos sentados en el sillón viendo la tele. Por ello la importancia de resguardar y prestar cuidado a estos tejidos para prevenir enfermedades como la osteoporosis.

Los huesos son tejido vivo que constantemente se está renovando, desplazando aquellas partes más envejecidas para mantener una estructura firme y sólida. Pero cuando este equilibrio de actualización continua se rompe y el cuerpo no puede formar suficiente hueso de calidad o elimina el viejo demasiado rápido, se produce la osteoporosis.

El correr de los años y su efecto en nuestro cuerpo: ¿qué acciones tomar en cada etapa?

Así nuestros huesos se debilitan convirtiéndose en estructuras pasibles de ser fracturadas. Una caída mínima, un golpe sencillo o incluso la tos o una carcajada pueden causar que estos se rompan y lo que provoca que muchas veces nuestra calidad de vida se vea alterada, volviéndose más dificultosa la libertad de movernos y hacer las actividades más cotidianas.

Por ello debemos ser conscientes del cuidado que ha de ser llevado a cabo para mantener nuestros huesos vitales la mayor cantidad de tiempo de vida. En este propósito es pertinente comprender que en las distintas edades nuestros huesos transcurren distintas etapas. A los 30 años alcanzamos el pico de densidad ósea, por lo que luego la misma comienza a reducirse gradualmente.

Los 30 años: la etapa crucial para protegener nuestros huesos

Las decisiones que se toman a los 30 años son cruciales para definir cuál será el futuro de nuestros huesos. Adoptar un estilo saludable lo antes posible es fundamental para determinar que nuestros huesos estarán saludables la mayor parte del tiempo posible. Para ello es esencial seguir una dieta equilibrada y adecuada, como lo es la dieta mediterránea. Esta dieta debe proporcionar suficiente calcio para fortalecer los huesos.

El calcio no solo se encuentra en los productos lácteos, sino también en otros alimentos como los vegetales de hojas verdes (espinacas, brócoli, col, acelga), los pescados como sardinas y salmón en lata; el tofu, los productos a base de soja, los frutos secos (almendras, nueces) y las semillas (chía, sésamo), así como alimentos enriquecidos con calcio, como zumos de frutas y cereales.

Además es fundamental evitar sustancias como el tabaco y alcohol ya que pueden aumentar el riesgo de osteoporosis al interferir con el manejo del calcio y otras sustancias esenciales para la salud ósea. También afectan a la producción de hormonas importantes para mantener la densidad ósea. Además, el alcoholismo puede llevar a una mala nutrición, lo que puede contribuir aún más a la pérdida de densidad ósea.

Cuidar de nuestro peso corporal es también esencial para la salud de nuestros huesos. Cuanto más exceso de peso tengamos, mayor será la sobrecarga y las lesiones en las articulaciones. Para evitar estas condiciones se vuelve esencial incluir la actividad física a nuestros hábitos.

¿Qué hacer para prevenir la osteoporosis a los 50 años?

Llegados los 50 el cuerpo cambia considerablemente. En las mujeres la menopausia produce la reducción de la generación de estrógenos, lo que afecta a la vitalidad de nuestros huesos. Por ello en esta etapa es recomendable realizarse una densitometría para evaluar la salud de nuestros huesos.

La densitometría es un estudio que mide la masa ósea, es decir, la calidad de nuestros huesos. También nos ayuda a estimar el riesgo de fractura utilizando diferentes fórmulas. Esto permite al profesional de la salud diseñar un plan de hábitos saludables personalizado siguiendo las recomendaciones descritas anteriormente y, si fuera necesario, administrar la medicación más indicada para ayudar a recuperar la calidad del hueso.

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