Sebastián Amaya es un apasionado de las tijeras y el fútbol. Pasiones que parecen disímiles entre sí; que se desarrollan por caminos diferentes hasta difusos. Pero la iniciativa fue suficiente para encontrar un punto de unión. Un nexo que siempre existió pero que pertenece a un selecto grupo. Ese que lo convirtió en uno de los peluqueros de los futbolistas de Atlético y San Martín. “Ese siempre fue el sueño”, anticipa.
El camino fue largo y complejo. Pero, siempre con el horizonte claro. “Empecé a cortar desde muy chico. Siempre iba a la peluquería y me quedaba horas viendo. Un día me enteré que un primo mío tenía una máquina y le corté el pelo. Lo haché, jajaja Era algo que hacía por hobby”, dice sobre el nacimiento de la curiosidad por el mundo de la peluquería. Si bien las pasiones son el combustible necesario para dar el paso, Amaya comentó que tuvo que especializarse para crecer la profesión. “Después hice varios cursos hasta llegar a trabajar en una peluquería en el centro. Siempre estaré agradecido a ellos porque pude aprender mucho ahí. Ahora tengo mi barbería y estoy por abrir me segunda sucursal. Siempre soñé con llegar acá”, indica.
Incluso, Amaya reconoce que fue todo un trámite convencer a sus familiares que se iba a dedicar a la peluquería. “No había ninguna que sepa de este rubro. Al principio, ninguno creía en mí. Incluso, mi mamá no quería saber nada. Pero siempre les repetía lo mismo: ‘voy a llegar lejos’. Es lo que me gustaba y tenía toda la fe de que me iba a ir bien. Todavía me falta un montón, pero estoy donde quiero”, relata.
Su relación con el fútbol nació en 2020 gracias a Lucas González. “Cuando era delantero de San Martín, se me abrió una puerta gigante. Hablábamos por las redes sociales y me dijo que llegué al hotel. Así fue el primero que le corté antes de la pandemia. Ahí cumplí mi primer objetivo de llegar a San Martín y Atlético”, recuerda. “Ellos te hacen bromas y siempre intentan conocerte un poco más. Siempre te tiran buenas vibras. Es lindo porque le comentas tus proyectos y ellos se ponen en tu lugar”, puntualiza.
También reconoció que todavía hay muchos jugadores que les deben jugadores. “Son muchos de acá, aunque también hay muchos futbolistas de afuera que me prometieron regalarme indumentaria”, dice, mientras explica que muchas de ellas la tienen expuesta en su peluquería. “Tengo colgada la de Ariel Chavez, Leandro Vella, Francisco Flores y una de Almirante. En la nueva sucursal, van a estar las demás. Pero no las uso porque siempre hay personas que me piden que les regale”, expresa.
“Los jugadores de fuera de la provincia siempre se contactan por mensajes en las redes sociales como fue el caso de (Nahuel) ‘Perrito’ Barrios o hay muchos que vienen por recomendación de los jugadores locales”, añade.
Pero, en 2022, tuvo el corte más importante de su cara. “Le corté a (Exequiel) ‘Tucu’ Palacios. Después de que salió campeón del mundo, me mandó un mensaje por medio del celular del hermano y me dijo: ‘nosotros vamos mañana a Tucumán y vemos si me podes cortar a mí’. Así que nos juntamos en Yerba Buena y le corté. También pude estar con la medalla, que fue algo mágico”, puntualiza. “También pude cortarle a L-Gante y a los chicos de La T y La M cuando estaban en pleno auge con el tema del Mundial”, añade el peluquero, de 20 años.
La profesión también estuvo repleta de retos. “Me acuerdo que con Juan Orellana estuve como dos horas para sacarle el corte que quería. No le encontraba la forma y estuvimos muchísimo tiempo. Como tenía la barba se me complicó demasiado”, revela, aunque revela que los cortes a los futbolistas con pelo largo también son un reto. “También es difícil para los que tienen melena y quieren mantener el pelo largo. Le sacamos un poquito de volumen, le cortamos las puntas y con eso estamos. Uno de mis clientes es el (Cristian) “Laucha” Luchetti. Él sólo se corta con tijeras”, dice.
Para ingresar al plantel de Atlético aplicó una fórmula similar que con el “santo”. “Me contactó Francisco Flores y él hizo que me conozcan los demás. También lo conocía a Sergio Gómez, que era el DT de ese proceso. Ahora le cortó a más de la mitad de los jugadores”, comenta.
Amaya, en tanto, asegura que todavía no cumplió su sueño. Claro, cortarle a Lionel Messi. “Todavía no llegué a cortarle al mejor del mundo pero es lo que aspiro. También quiero seguir superándome. Pero soy un privilegiado y espero que muchos chicos puedan cumplir su sueño como me está pasando a mí”, cierra, con las expectativas de seguir creciendo en su profesión.