Las ciudades como Salta se enfrentan a retos actuales y globales como el incremento de la población; la densidad habitacional en algunas zonas; el consumo energético elevado y concentrado; el aumento de vehículos en las calles; desafíos en la infraestructura de servicios; las excesivas distancias para acceder a los lugares de abastecimiento, etc.
Estos retos nos llevan a pensar en un nuevo paradigma de ciudades, es decir, en la transformación de las comunidades tradicionales.
Así se comienza a mirar el modelo de una “smart city” o ciudad inteligente. ¿En qué se basa este modelo? En aprender del pasado para pensar y comprender el futuro, y en buscar nuevos enfoques para resolver los problemas.
En Proyecto Norte entendemos la ciudad como un sistema complejo y lo relacionamos con el desarrollo sostenible o sustentable. Decimos que el desarrollo sostenible, que abarca lo social, lo económico y lo ambiental en una comunidad, implica el desafío de conocer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades.
Consideramos que ciudades como Salta deben descentralizarse en lo relativo a servicios públicos y privados, integrando en diferentes zonas todas las necesidades de los usuarios, ocasionales y permanentes, de la ciudad, lo que fomentará distintos enfoques como la sustentabilidad, la gestión de la infraestructura, las personas y sus necesidades. Ello se proyectará en una mejor calidad de vida de los habitantes.
Tomando como referencia ciudades que adoptaron el modelo inteligente, nos propusimos emular la idea de una “smart city” en San Lorenzo Chico, donde hemos desarrollado una parte importante de nuestros emprendimientos. Desde nuestro lugar de desarrolladores urbanos, promovimos iniciativas por objetivos como, por ejemplo, reducir las emisiones de CO2, favoreciendo la instalación de todo tipo de servicios, desde comerciales hasta institucionales y de salud, para evitar viajes innecesarios al centro. Conferimos un lugar importante a la ciclovía, como forma de invitar a los habitantes a cambiar hábitos y utilizar la bicicleta en un marco de ambientes parquizados, en los que no solo se mantuvo la arboleda original, sino también se plantaron nuevos árboles y se proyectaron azoteas verdes en las infraestructuras. Ello, en la idea de que la acción del verde urbano sobre la atmósfera no solo absorbe el dióxido de carbono, sino que aporta el oxígeno.
Asimismo, promocionamos el hábito de separar los residuos, con la colocación de islas de reciclaje y separación de residuos como forma de contribuir a la armonía y belleza del espacio.
En la implementación del modelo resulta valorable la visión de la Municipalidad de San Lorenzo, a la satisfacción de las necesidades colectivas y garantizando la integración y participación de los ciudadanos y empresas en la planificación y el desarrollo humano sostenible de esta parte del municipio. Asimismo, destacamos el rol de instituciones intermedias como la Asociación Civil San Lorenzo Chico, que tiene un rol clave en la representación de los intereses de los habitantes y emprendedores del barrio.
Sostenemos, desde una mirada holística o integral, que es conveniente adaptarse de una manera dinámica a las nuevas necesidades urbanas, mediante la capacitación permanente en beneficio de los habitantes y de sus empresas.
Reflexionamos de qué manera el desarrollo y la aplicación inteligente de las TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones) pueden influir en la calidad de vida de los ciudadanos teniendo en cuenta sus preferencias, requerimientos, opiniones, actividades, de acuerdo a las diferentes edades, intereses y capacidades, como así también a distintos actores del ecosistema como empresas, start ups, emprendedores, entre otros.
En ese orden de ideas, se construyeron modernos espacios públicos que permiten la interacción social y comunitaria, lo que fortalece la experiencia comunitaria.
Al reimaginar nuestra ciudad, abrimos caminos hacia un urbanismo que abraza la naturaleza, creando espacios que promueven la biodiversidad, la salud y la convivencia armoniosa. En este sentido, el paisaje de Salta nos abre una senda natural que no podemos desaprovechar.
Por Milagros Macedo Gauffin. Arquitecta, miembro del Equipo de Diseño de Proyecto Norte SRL. Posgrado en “Smart Cities: urbanismo, tecnología y sostenibilidad” – Universidad Politécnica de Cataluña (Barcelona, España).