10 Mayo 2024
Un dolor persistente en la mandíbula, cerca de los oídos, puede ser indicador de bruxismo. Foto: Freepik
Son cada vez más los diagnósticos que se dan a personas que padecen bruxismo, una enfermedad que puede manifestarse tanto durante el día como durante la noche. En este último caso, la enfermedad ocasionada generalmente por el estrés puede progresar de manera silenciosa hasta que se manifiestan síntomas complejos.
El bruxismo es el comportamiento mediante el cual se ejerce presión con las mandíbulas y entre ellas produciendo un rechinido con los dientes. Esto puede generar desgaste dental, dolor de mandíbula, de oído o similar y hasta de cuello. Por eso es importante reconocer de forma temprana la sintomatología para tomar medidas al respecto e iniciar los tratamientos correspondientes.
Ejercicios faciales para el bruxismo
La presión que se ejerce con la mandíbula cuando se padece bruxismo puede llevar a tensar los músculos de la cara o a generar complicaciones como la conocida mandíbula trabada. Los especialistas recomiendan hacer ejercicios faciales para evitar estas dolencias.
1. El primer ejercicio consiste en ejercer presión sobre la parte superior de la cuenca de los ojos (entre los párpados y las cejas) y abrir la boca al máximo. Luego se debe cerrar la boca lo más lento posible para distender los músculos del rostro. Repetir el ejercicio por 15 minutos.
2. Para el segundo ejercicio será útil reconocer el esternocleidomastoideo, un músculo ubicado en el cuello. Una vez reconocido se recomienda tomar entre los dedos suavemente y masajear durante algunos minutos.
3. El tercer ejercicio consiste en apoyar las palmas de las manos en los temporales, a los lados de la cabeza. Esto debe acompañarse con un ejercicio de apertura de boca. Sacar la lengua lo máximo posible apoyando la punta sobre los dientes inferiores. Repetir ejercicio durante 10 minutos.
4. Otro ejercicio consiste en masajear cerca de los pómulos. Con los dedos pulgares se debe hacer presión y movimientos circulares en la zona lateral a la nariz, desplazando el movimiento hacia las orejas poco a poco.
Para todos los ejercicios se recomienda relajar la mandíbula conscientemente.
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