Las alteraciones de las condiciones meteorológicas, en particular la baja de temperaturas, afectan directamente a una de las enfermedades reumáticas más extendidas entre la población. Entramos en fechas en las que la artritis se convierte en un tema de conversación entre los más mayores, visto cómo les afecta el frío y cómo se incrementan los dolores.
¿Qué es la artritis?
La Fundación Española de Reumatología define esta patología grave como: "Una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones de forma simétrica", por ejemplo, ambas muñecas.
La artritis, a medida que pasa el tiempo, puede llegar a destruir el cartílago y el hueso dentro de la articulación.
Es una enfermedad que suele aparecer entre los 45 y los 55 años. Los síntomas más habituales entre los que la padecen son: el dolor, la rigidez. Y en especial notaremos estos síntomas al despertar por la mañana o tras largos períodos de descanso.
Qué pasa con la artritis cuando hace frio
Lo aclararán tajantemente los expertos: el frío no causa en ningún caso la artritis. Lo que sí ocurre es que algunos factores climáticos son capaces de aumentar el dolor o la rigidez. Nos referimos en concreto a:
El clima frio
La humedad de la lluvia o de la nieve.
Un descenso de la presión barométrica
El típico incremento de la humedad justo antes de una tormenta.
Y es precisamente por estas dos últimas razones por las que aciertan tantas veces al predecir los cambios meteorológicos. Además, el frío, la humedad, la lluvia o la nieve aumentan el dolor y la rigidez propias de esta patología reumática. De hecho, muchos pacientes experimentan una mejora de las molestias cuando se trasladan a zonas cálidas y secas.
Consejos para protegerse del frío
Y como a partir de esta semana y durante todo el invierno, los días de frío serán muy frecuentes y las lluvias estarán muy presentes, es importante que los pacientes con artrosis conozcan la mejor manera de protegerse de las bajas temperaturas con el fin de no empeorar. su sintomatología.
Desde la Arthritis Foundation señalan que la clave para evitar el frío es proteger el cuerpo cubriéndolo de dentro a fuera. Así, es recomendable:
Poner ropa interior bajo la ropa de la calle (camisetas, térmicas…), evitando que sean de algodón y optando por fibras aislantes.
Una vez dispuesta la primera capa de ropa, completaremos la vestimenta con prendas de lana ligeras y abrigos que nos aíslen del viento y la humedad. Es mejor utilizar prendas y pantalones que se sequen rápidamente, de lana o a prueba de humedad. De momento vamos a dejar los pantalones jeans en el armario.
Especialmente merecen atención las extremidades. Medias térmicas van a mantener los pies calientes y secos. Para las manos, existen en el mercado guantes fabricados con materiales impermeables y aislantes. También será bueno proteger la cabeza y llevarla cubierta, tanto por el frío como por la humedad y el tiempo que tarda el pelo en secar. Y no olvidemos el cuello, que junto a la cabeza es una zona especialmente sensible para detectar el frío. El calzado, además de cómodo, también debe ser cerrados.