09 Mayo 2024
EN ALZA. Cada vez son más los jóvenes que se sumergen a las apuestas deportivas como un juego. Foto: El 1Digital
De la riña de gallos y la carrera de caballos hasta el casino virtual. Si bien las apuestas deportivas no son una novedad en el entramado social, el auge tecnológico reconvirtió las viejas “mañas” del juego en prácticas mucho más silenciosas, aunque igual de compulsivas.
Hoy, solo es necesario un celular al alcance de la mano y un partido de fútbol de la sexta división de Hungría para incentivar a los fanáticos del deporte a arriesgar todo su dinero por un ganador. Lamentablemente, es una tendencia cada vez más usual en los más jóvenes y es mediáticamente fomentada por las grandes instituciones deportivas.
Los indicadores de la adicción a las apuestas
Para la mayoría, todo empieza como un “hobbie”. Según las estadísticas del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, el 30% de la población mantiene algún tipo de vinculación con el juego, y dentro de ese porcentaje el 95% corresponde a personas que lo hacen recreativamente, el 3.5% son jugadores problemáticos y el 1.5 por ciento corresponde a compulsivos.
Sin embargo, con el tiempo, lo que había comenzado como un juego se empieza a percibir también como una oportunidad de ganar dinero. Sus usuarios, alentados por sus conocimientos sobre el deporte, conciben que pueden anticiparse sin grandes dificultades a los resultados de los partidos y así reunir algunos pesos extra. Sin embargo, no son conscientes de que están siendo seducidos por el sistema de recompensas que caracteriza a una casa de apuestas: la búsqueda constante e insaciable del placer instantáneo que genera ganar.
En esa búsqueda encuentra su lugar la adicción. La incapacidad de controlar los impulsos del juego conducen a un deterioro de la vida individual, familiar y colectiva; y a un aislamiento progresivo de la realidad. Para evitar llegar a ese punto, se recomienda seguir con atención las siguientes señales que podrían indicar un caso de ludopatía.
Síntomas de adicción a las apuestas deportivas
1. Apostar a cualquier deporte. La mayoría de los usuarios empiezan por el fútbol, por cercanía y afinidad. Sin embargo, los jugadores compulsivos empiezan a introducirse poco a poco en otras disciplinas.
2. Planificar los eventos deportivos en torno al juego. Los ludópatas ya no suelen disfrutar de los partidos junto a su familia o amigos. Por el contrario, prefieren apostar en solitario.
3. Arriesgar cada vez más dinero. Las apuestas comienzan siendo pequeñas, pero van creciendo a medida que aparece la adicción. Los jugadores terminan con deudas, robando o mintiendo para poder apostar.
4. Intentar recuperar el dinero perdido con otra apuesta. Tiene que ver con el sistema de recompensas que caracteriza a este tipo de actividades. Ganar genera satisfacción y alegría; mientras que perder causa vergüenza y desilusión. El jugador compulsivo se sumerge en un círculo vicioso para intentar recuperar el dinero.
5. Perder la concentración en otras actividades. Sumergido en la necesidad de apostar, el ludópata pierde interés por cosas que antes le daban placer. Presentan inestabilidad emocional (ira, tristeza, desgano, ansiedad) y cada vez tiene más dificultades para relacionarse.
En caso de reconocer una o más de estas conductas, se recomienda asistir con un especialista para hacer una consulta.
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